Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta, en el Fórum Europa. J. LÁZARO-ICAL

Juan García-Gallardo, un mes de vicepresidente de Castilla y León en campaña

El líder de Vox en la Junta lleva una agenda repleta de actos públicos en los que lanzar el mensaje de su formación y diferenciarse de su socio

Antonio G. Encinas

Valladolid

Lunes, 23 de mayo 2022, 00:20

Un mes después de tomar posesión como vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox) comparece hoy en las Cortes como lo han hecho, antes que él, los diez consejeros que componen el equipo de Gobierno que lidera su socio, Alfonso Fernández Mañueco (PP). Lo hace a petición propia y a petición -que se registró antes- del PSOE. Y en el orden del día figura que hablará sobre el «programa de actuaciones a desarrollar en la presente legislatura».

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El matiz está en que él, a diferencia de los consejeros, no tiene una cartera definida, sino que sus funciones se cimentan en la representación institucional ante organismos como el Procurador del Común, las víctimas del terrorismo o el Consejo de Cuentas. Su actividad, durante los primeros 30 días en el cargo, no deja lugar a dudas. Es el puesto más político de los puestos políticos que componen la política autonómica.

Él mismo se ha definido como coordinador de los consejeros de Vox en el Gobierno, lo que ayuda a dibujar con nitidez las dos mitades que componen este tándem. Incluso tiene su propia dirección de comunicación, con Montserrat Lluis en el papel gemelo de Julio López, director de comunicación de la Junta a las órdenes de Mañueco.

Altavoz con agenda pública

Juan García-Gallardo ha pasado de ser un candidato desconocido a erigirse en altavoz con agenda pública. Y si en el PP estaban a disgusto con el protagonismo de Francisco Igea como vicepresidente-portavoz-consejero, los populares ya han tenido una muestra de cómo puede marcar el paso de la agenda un vicepresidente 'liberado' de un partido que, al contrario de lo que ocurría con Ciudadanos, está aún en auge electoral. «Tendréis enfrente a la Junta de Castilla y León», tuiteó acerca del proyecto de ley del aborto. No escribió «a Vox». Escribió «a la Junta». Y ahí empiezan las dificultades para un PP que esta vez tuvo que enviar a Carlos Fernández Carriedo, el portavoz oficial del Ejecutivo autonómico, a torear catorce preguntas de los periodistas sobre esa aseveración.

En su primera semana quedó claro cómo será el funcionamiento de Vox y García-Gallardo en este Gobierno: por libre. En la toma de posesión de los consejeros de ambas formaciones, todos los populares ofrecieron sus impresiones a la prensa. Por parte de Vox solo hablaron García-Gallardo y su invitado Iván Espinosa de los Monteros. «Quiero agradecer [a los altos cargos nombrados] su valentía por unirse a un proyecto político que está siendo amenazado y objeto de acoso y derribo por muchos medios de comunicación», atizó.

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El día 23 de abril, Vox no acudió a Villalar. El presidente de las Cortes, Carlos Pollán, tan antiautonomista como en su día lo decía ser Luis Fuentes (su predecesor en el cargo por Ciudadanos) obvió su obligación institucional. García-Gallardo clamó: «Hoy reivindicamos el espíritu genuino que inspiró el nacimiento del movimiento comunero. Unámonos todos contra esas élites que extraen rentas al pueblo para pagar su fiesta autonomista y globalista. En Castilla y León empieza de nuevo la lucha».

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La fiesta autonomista en la que Vox cuenta con la Presidencia de las Cortes, la Vicepresidencia de la Junta, tres consejerías, un puesto en la Mesa de las Cortes y trece procuradores. Y en la que, eso sí, quiere recortar el «gasto político», especialmente en lo tocante a la oposición y a las instituciones propias, Procurador del Común, Consejo de Cuentas y Consejo Consultivo. Porque el Gobierno, cuando se complete el organigrama, tendrá 87 miembros, tres más que los 84 de la legislatura pasada y 18 más que en la última de Juan Vicente Herrera.

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Sus modelos a seguir son claros. En su intervención en el Fórum Europa puso como ejemplo a la Hungría de Viktor Orbán. «Con incentivos fiscales adecuados, acercando las guarderías a centros de trabajo y dando ayudas a mujeres que salen de un embarazo, ha aumentado en 13 puntos el trabajo femenino», aseguró. Ha portado a hombros a San Isidro Labrador, ha defendido al sector vino y ha demostrado que la campaña de Vox no ha terminado.

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