![Castilla y León: La comparecencia de García-Gallardo causa roces entre PP y Vox por «confundir roles»](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202205/23/media/cortadas/_08MAX202205563877-kRC-U170184302666x4D-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Perspectiva de familia, prosperidad y batalla cultural. Eso es lo que Vox aportará a la Junta. Juan García-Gallardo ha defendido este lunes en las Cortes de Castilla y León, en calidad de vicepresidente de una de las autonomías que definió como «un lujo que ... no nos podemos permitir», la devolución de competencias al Estado. Mientras tanto, se marca como objetivo hacer de la comunidad «una región maternal» con el fin de fomentar los nacimientos y luchar contra la despoblación (su modelo dijo que es el de la Hungría de Viktor Orban), además de impulsar una «batalla cultural» contra «los enemigos de España» que «intentan pervertir nuestra cultura, instrumentalizarla y llevar a la sociedad a la ignorancia para después manipularla». A este último cometido servirá, apuntó el dirigente de Vox, la derogación del Decreto de Memoria Histórica y Democrática de Castilla y León.
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La intervención inicial del vicepresidente ante los procuradores se extendía por 26 folios y medio, de los que 23 estaban dedicados a líneas generales y cuestiones de todas las consejerías de la Junta, con especial mención a las tres que gestiona Vox como «generadoras de prosperidad», y dos folios y medio servían para explicar las competencias exclusivas atribuidas a su vicepresidencia, que son fundamentalmente de representación, coordinación y sustitución del presidente de la Junta. Desde la oposición acusaron a García-Gallardo de dar un mitin en las Cortes. Y desde el PP, socio de Gobierno en la Junta, apreciaron una «involuntaria confusión de roles» en el orador, los de dirigente de Vox y vicepresidente de un Gobierno de coalición. En términos moderados, pero es el primer pie en pared de los de Mañueco al mes de echar a andar el Gobierno bicolor.
El procurador José Luis Sanz Merino remarcó tras esa intervención inicial del vicepresidente que «el gobierno lo dirige el presidente Alfonso Fernández Mañueco». Y precisó que con independencia de lo que hubiera dicho el político de Vox sobre asuntos de las consejerías que gestiona el PP (Presidencia, Economía y Hacienda, Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Movilidad y Transformación Digital, Sanidad, Familia e Igualdad de Oportunidades y Educación) «la voz autorizada son los consejeros, que son los que tienen competencia». Le respondió el vicepresidente que él lo es de todos los consejeros: «Tanto al señor Fernández Mañueco como a mí, a los dos, nos concierne todo». Y advirtió de que no se tomará «una sola decisión en la Junta» sin que los dos partidos, y eso incluye a Vox, den su aprobación.
«La siembra ha comenzado a dar sus frutos», subrayó García-Gallardo en el preámbulo de un discurso en el que anunció que no van a permitir que «el Gobierno de Sánchez pervierta a los niños de Castilla y León» acercándoles una educación sexual «a una edad impropia». El vicepresidente puntualizó que no se podía «robar la inocencia» a niños de 6 años con cuestiones como «el sexo binario, el fluido y el mediopensionista» y enseñándoles posturas sexuales. «¿En qué colegio de Castilla y León se enseña a los niños y niñas de 6 años posturas sexuales?», le preguntó al final de las casi cinco horas de debate el socialista Fernando Pablos. Juan García-Gallardo no citó ninguno. «Es lo que queremos evitar», contestó.
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MELCHOR SÁIZ-PARDO/YENALIA HUERTAS
El vicepresidente abordó una despoblación que en Castilla y León alcanza cotas de «emergencia demográfica». Recordó que ocho de cada diez localidades del mapa autonómico «están en riesgo de muerte y de extinción» en una comunidad «incapaz de retener el talento» de los jóvenes y en situación de «emergencia demográfica». Luego mencionó «lo contradictorio» de lamentar la pérdida de población «y fomentar, al mismo tiempo, la cultura de la muerte, con leyes de eutanasia y aborto libre».
García-Gallardo anunció que con Vox llega a la Junta la «perspectiva de familia» en todas las políticas que aplicará el Gobierno de coalición, con apoyo a la maternidad para alcanzar ese título de «región maternal». «Reivindico la figura de las mujeres, portadoras y dadoras de vida, y su papel fundamental en la sociedad a todos los niveles», subrayó el vicepresidente, que incluyó en su intervención el cheque bebé de 2.500 euros, promesa de campaña de Alfonso Fernández Mañueco y el PP, o los 750 euros del Bono Concilia o el bono térmico que se pusieron en marcha en 2021, en la recta final de la alianza de PP y Cs.
El dirigente autonómico arremetió contra el Gobierno de Pedro Sánchez por la gestión de la pandemia mediante un «arresto domiciliario» inconstitucional, la factura de la luz o la protección de lobo, entre otros asuntos, pero se apeó del calificativo «socialcomunista» que usó hace una semana el consejero de Industria, Mariano Veganzones. Habló de defender la energía nuclear, «porque las renovables son útiles, pero no la panacea», y de que residir en el medio rural y trabajar el campo debe convertirse «en un privilegio». Tampoco faltaron los toros. El vicepresidente de la Junta manifestó su propósito de «difundir los valores éticos, medioambientales, culturales y económicos de la cultura taurina».
De la parte de su intervención circunscrita a sus competencias, como son las relaciones con instituciones como el Procurador del Común y el Consejo Consultivo, el vicepresidente planteó una «reflexión colectiva sobre su utilidad y necesidad» dentro de la apelación al recorte de «gasto superfluo» que salpicó toda su intervención y anunció, en el área de relaciones con las víctimas del terrorismo, la creación de un mausoleo virtual para honrar a las de Castilla y León.
A partir de aquí, llegó el debate con los portavoces de la oposición, con el presidente de la comisión, Ramiro Ruiz Medrano, obligado poner paz en no pocas ocasiones. El vicepresidente llamó «caraduras» a los socialistas por las peticiones de documentación en las Cortes «para cobrar más dinero» y por el supuesto cobro de kilometraje excesivo por parte de los procuradores de la oposición. «Es mentira, mentira», rebatieron desde la bancada del PSOE. García-Gallardo acusó expresamente a los procuradores socialistas de Salamanca. En la sala estaba el salmantino Fernando Pablos, que le retó a mirar las grabaciones. «Por motivos de conciliación familiar voy y vengo solo. No digo que pida perdón, que no lo va a hacer, solo que deje de ser tan miserable». El vicepresidente ratificó su crítica. «Hay constancia de que los procuradores del PSOE por Salamanca, viniendo en el mismo coche, han pasado todos dieta», remarcó en un asunto que incomodó a también en las filas del PP.
«Ha dicho muchas mentiras», acusó el socialista Luis Briones a un vicepresidente al que vio armado con una «piqueta» cargada de odio, homofobia y machismo para demoler instituciones y acuerdos. Briones censuró a García-Gallardo hablar de reducción de gasto superfluo y «crear un chiringuito despilfarrador», encabezando una vicepresidencia sin cartera que en sueldos de altos cargos costará más de 1,4 millones en esta legislatura aplicando el «nepotismo» con la elección a dedo de familiares y allegados. García-Gallardo contrapuso el perfil de titulados de sus altos cargos a los «mediocres» y «tarugos» del Gobierno socialista de la nación.
«No tiene competencias en ninguno de los temas sobre los que nos ha hablado. El debate de investidura ya fue, y usted no era el presidente», replicó Francisco Igea, procurador de Cs, quien definió a García-Gallardo como un «ultraderechista esférico, sin aristas» y un vicepresidente ocioso «al que los ciudadanos de Castilla y León pagan más de 80.000 euros para darnos mítines día tras día», actividad principal en la agenda del dirigente de Vox a la que el de Cs añadió la de catar jamón en actos públicos. De vicepresidente a exvicepresidente, García-Gallardo animó a Igea que acepte que los ciudadanos «le han puesto en el grupo mixto» y aseguró que le daban pena los compañeros de trabajo del procurador de Cs en el Hospital Río Carrión de Palencia, al que se ha reincorporado el doctor Igea y que «le tienen que padecer haciendo colonoscopias».
Ángel Ceña, de Soria ¡Ya! valoró la apelación del vicepresidente a la repoblación, pero demandó medidas concretas, «algo más que palabras, todo se gasta en salvas» y Carlos Menéndez, de Vox, reiteró que su partido va a cumplir la Constitución y que Vox no es el PP. Eso también lo dijo expresamente García-Gallardo. Y el popular José Luis Sanz, que dejó para el Diario de Sesiones que el PP no es Vox. Y que el presidente de la Junta es Alfonso Fernández Mañueco.
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