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Mantiene su tercera posición como principal causa de baja laboral en Castilla y León pero crece desde hace años de forma paulatina, especialmente desde la pandemia, hasta casi triplicar el número de profesionales afectados por ella que terminan por sufrir una incapacidad temporal para poder ... trabajar y además reincidente. La ansiedad. Llega a términos patológicos e incapacitantes y además produce bajas largas, la enfermedad que más jornadas se lleva por delante.
Así los revelan los datos de la Consejería de Sanidad que analizan las principales causas de baja de los trabajadores. No obstante, las ausencias del puesto de trabajo por enfermedad o lesiones crecen de forma exponencial y en números absolutos, además de proporcionales, pese al descenso del número de afiliados a la Seguridad Social. Así mientras hace diez años se registraban 142.461 incapacidades transitorias en todo un año, el cerrado balance de 2023 arroja la importante cifra de 275.976 y ello con 118.878 profesionales menos en el mercado laboral. No obstante supone un descenso del 31,4% con respecto al ejercicio previo, el de 2022.
Un balance a largo plazo muestra unos trabajadores bastante enfermos, seguramente unas plantillas más envejecidas y con menos repuesto generacional justifiquen parte de estos datos, en las que el dolor constante en la espalda, que se hace más frecuente a última hora del día y que crece con el cansancio acumulado, es el dueño de los diagnósticos que se traducen en una incapacidad temporal, muy repetitiva además, y también suma un buen número de días de ausencia y, aunque pasan al quinto lugar de la casuística otros dolores articulatorios suman un buen número de afectados también.
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Ana Santiago
Así la dorsalgia, el padecimiento musculoesquelético afecta a 25.115 empleados o autónomos en 2023 y supera los 1,3 millones de días de ausencia al ser procesos también bastante largos, 52 días de media. Y los problemas en articulaciones y dolencias similares suman 13.710 incapacidades de unos 13 días de media en tiempo.
El segundo diagnóstico en la lista autonómica son las gastroenteritis y colitis no infecciosas, con un buen número de bajas anuales –17.912 el año pasado– pero son procesos que, de media, no alcanzan la semana, de recuperación bastante rápida.
Y el peso pesado es el citado de la ansiedad, muy habitualmente entremezclado con problemas de estrés e incluso depresión. Son cuadros de Salud Mental complejos y largos. En el mercado laboral, 15.902 personas la sufrieron el año pasado frente a las 5.776 en 2013 con diez días más de tiempo medio de ausencia hasta las 85 jornadas. Supone el 1,66% de los afiliados cuando hace diez años eran el 0,69%. Hay menos activos actualmente, 118.878 menos en concreto.
Los afectados hasta el punto de cursar baja, porque muchos lo sobrellevan con tratamientos farmacológicos durante meses y años, han ido creciendo progresivamente algunos años apenas un centenar más y otros en torno a los ochocientos sin llegar al millar. El año previo a la pandemia, 2019, registró 10.863 trabajadores con ansiedad y un par de meses de baja. Los dos siguientes años poscovid crece en realidad de forma ligera hasta los 11.038 en 2020 y 11.356 en 2021.
La explosión llega después, una vez superada la pandemia y recuperada la actividad asistencial de forma que en 2022 ya son 14.506 y además la media se dispara hasta los cuatro meses y medio y alcanza los citados 15.902 en solo un año más aunque las bajas son más cortas y se recuperan los más habituales 85 días, no llega a los tres meses.
Son muchos los informes y trabajos que alertan desde hace años de los problemas crecientes de Salud Mental en la sociedad en general y en el trabajo en particular.
Según un informe de la OCDE, en todos los países, los problemas psicológicos y psiquiátricos de los desempleados y los que experimentan inseguridad financiera fue peor que la de la población en general, una tendencia que es anterior a la pandemia, pero que parece haberse acelerado en algunos casos. Además, dicho informe señala que, a partir de marzo de 2020, la prevalencia de ansiedad y depresión aumentó, duplicándose en algunos países.
Castilla y León no es una comunidad aislada, la cifra de bajas laborales relacionadas con 'trastornos mentales y de comportamiento' (catalogado así por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones) ha batido récord en España, con casi 600.814 en 2023. El incremento respecto al año anterior es del 15,8% y, en siete años, el número se ha duplicado.
La evolución del número de afiliados activos a la Seguridad Social en Castilla y León ha sido decreciente en el período 2008-2013. Desde entonces ha aumentado un 13,6%. El descenso sufrido en el año 2020 por motivo del Covid-19 se ha recuperado, superando en el año 2022 las cifras del 2019, y manteniendo la tendencia ascendente iniciada hace 10 años.
En Castilla y León se han tramitado, a lo largo del año 2023, 22.998 bajas al mes (45,7% hombres y 54,3% mujeres). Desde el año 2013, el número ha tenido una tendencia ascendente, que fue más acusada en el periodo 2020-2022 debido a las bajas ocasionadas por la pandemia. En el último año, ya no ha existido el efecto Covid, lo que ha supuesto una disminución de las bajas muy cortas, con una progresiva regresión a las cifras de la serie histórica.
El informe de la Junta recoge asimismo que hay procesos que a pesar de no representar una cantidad importante, consumen un gran número de días, como por ejemplo, los relacionados con las alteraciones mentales –al margen de la citada ansiedad– (como el trastorno depresivo mayor, episodio único y reacción a estrés grave y trastornos de adaptación), con 121,0 y 98,1 días de baja de media por proceso y las alteraciones osteomusculares y otros trastornos de articulación y traumatismo con 74,6 y 54,8 días de baja de media por proceso, respectivamente.
La Consejería de Sanidad insiste en que «una buena salud mental es fundamental en edades tempranas, ya que facilita alcanzar hitos de desarrollo físico y emocional, permite aprender ciertas habilidades sociales y poder afrontar problemas en etapas más maduras». La nueva Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud para los años 2022-26 incluye una línea estratégica específica para el mejor desarrollo de la salud mental infanto-juvenil, con el objetivo de hacer frente a los problemas de salud mental en esta población, haciendo incidencia en la detección precoz desde atención primaria.
La Red Centinela Sanitaria de Castilla y León realizó en 2023 un estudio sobre las causas de derivación de la población infantil desde Atención Primaria a especializada en el que se observó que la tercera causa más frecuente de consulta enviada al hospital fueron los problemas de salud mental (9,6%), solo después de las derivaciones a Oftalmología (22,9%) y Otorrinolaringología (13,6%).
Los profesionales de los centros de salud (pediatría, medicina de familia y enfermería) «tienen un papel clave para la prevención y detección de trastornos mentales en la etapa infanto-juvenil, y es precisamente en esa etapa en la que se inician, de forma general, el 70% de los trastornos mentales», señalan.
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