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Influenciada por los gustos gastronómicos de sus padres, Víctor Amadeo II, duque de Saboya y rey de Cerdeña, y Ana María de Orleáns, sobrina del rey Luis XIV de Francia, María Luisa Gabriela de Saboya, primera esposa de Felipe V y reina de España, adoraba ... la sopa de cebolla pero, según recoge Miguel Ángel Almodóvar en su libro 'Eso no estaba en mi libro de Historia de la cocina española', los cocineros de palacio «no conseguían dar con el punto exacto del plato, por lo que, con cierta frecuencia, además de hacerla en sus habitaciones privadas, la reina consorte bajaba a las cocinas y la preparaba ella misma».
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Llamada en Francia 'Soupe d'oignons aux Halles', la madre de Luis I y Fernando VI, apodada La Saboyana, fue quien introdujo este plato en España. Se tiene conocimiento de recetas de sopa de cebolla desde la Edad Media, aunque al principio era considerada como un 'plato de pobres'. Su inclusión en la gastronomía francesa fue en el siglo XIX cuando se servía en el mercado parisino de Les Halles a los noctámbulos que regresaban de una noche de fiesta. «Los nobles franceses no tardaron en aficionarse a un caldo tan sabroso», recuerda Almodóvar.
Tiempo de preparación
10 minutos
Tiempo de cocción
50 minutos
Tiempo total
1 hora
Comensales
2
Calorías
40
Categorías
Primer plato
4 cebollas blancas
250 mililitros de vino blanco seco
Un litro de agua
50 gramos de mantequilla
Un chorro de aceite de girasol
10 gramos de harina de trigo
100 gramos de queso Emmental rallado
Una barra de pan
Sal
Pimienta negra molida
Se cortan las cebollas en juliana. Se pone a derretir la mitad de la mantequilla junto al aceite en una olla y cuando esté, se añaden las cebollas y se salpimenta. Se cuece a fuego lento unos veinte minutos. Se agrega la harina removiendo un par de minutos y se añade el vino y el agua, sin dejar de remover. Se deja cocer una media hora a fuego lento.
Se corta el pan en rodajas, de unos tres o cuatro centímetros de ancho, y se untan por ambos lados con el resto de la mantequilla. Se colocan en la rejilla y se meten en el horno, precalentado a 180 grados, unos diez minutos por cada cara, para que se doren de los dos lados.
Se sirve la sopa en cuentos aptos para el horno y en cada uno se colocan rebanadas de pan. Se espolvorea con el queso rallado y se introduce al horno, precalentado a 220 grados, unos cinco minutos (hasta que el queso se gratine).
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