Receta con historia

La empanada que enterró a Carlos de Austria

El hijo vallisoletano de Felipe II era, como su padre y su abuelo, un adicto a la comida

Sonia Quintana

Valladolid

Viernes, 10 de noviembre 2023, 00:18

El primogénito de Felipe II y María Manuela de Portugal era, como su padre y su abuelo Carlos, un glotón de manual. Nacido en Valladolid el 8 de julio de 1545, huérfano de madre -muerta a los cuatro días de nacer Carlos-, creció mimado por ... sus tías. Siendo niño se sabía que gozaba con asar liebres vivas. «Su plato favorito era el gigote de carnero», recoge Miguel Ángel Almodóvar en su libro 'Esto no estaba en mi libro de Historia de la Cocina Española'. Este guiso a base de carne picada generalmente de ternera rehogada en manteca de cerdo se lo «servían en cantidades extraordinarias»; además solía acompañarlo «de buenas raciones de capón cocido», recuerda Miguel Ángel Almodóvar.

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Pero fue una empanada lo que le llevó a la tumba. Cautivo por su padre, el príncipe trató de emprender una huelga de hambre y «tras tres días de severísimo ayuno», Carlos de Austria se dio un atracón de empanada de perdices, «bien sazonada y especiada», lo que le produjo una sed abrasadora. «Para calmarla recurrió a jarros de agua helada y de ello sobrevino una diarrea que los médicos no pudieron atajar», puede leerse en el manual 'Esto no estaba en mi libro de Historia de la Cocina Española'.

  • Comensales

    6

  • Calorías

    210

Categorías

Segundo

Ingredientes

  • Para la masa:

  • 225 gramos de harina

  • Tres cucharadas de aceite

  • Una cucharadita de sal

  • 90 mililitros de agua

  • Un huevo

  • Para el relleno:

  • Una perdiz

  • Dos cebollas

  • Un tomate

  • Un diente de ajo

  • Tres cucharadas de aceite de oliva virgen

  • Pimienta

  • Sal

  • 1 vaso de caldo de ave o agua

Preparación

  • Para la masa:

  • Se tamiza la harina con la sal. Se añade el aceite y el agua (caliente) y se trabaja hasta conseguir una masa homogénea. Se reserva.

  • Para el relleno:

  • Se salpimenta la perdiz y se dora en una cazuela con aceite de oliva. Se añade la cebolla y el ajo enteros con la piel. Cuando estén dorados los ajos, se incorpora el tomate y unos granos de pimienta negra. Se añade el caldo o el agua y se pone a cocer a fuego suave durante una hora. Se deja templar y se desmenuza todo.

  • Se estira la masa y se coloca la mezcla, cerrando la masa plegando los bordes. Se pinta con el huevo batido y se hacen agujeros en la masa con la ayuda de un tenedor. Se hornea a 200 grados durante unos 40 minutos (hasta que esté dorada). Se sirve caliente.

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