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Vía libre para recuperar la Electra y el Lope de Vega tras dos décadas cerrados

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El alcalde de Valladolid, Jesus Julio Carnero, ha convocado a los medios para informar de estos y otros asuntos incluidos en el orden del día de la primera reunión municipal tras el paréntesis estival. En el caso del Lope de Vega, el Ayuntamiento ha adjudicado a la unión de empresas formada por Obrascón Huarte Laín y Cabero Edificaciones la puesta al día de una histórica sala que fue adquirida por la Administración local en 2020, cuando gobernaban PSOE y Toma la Palabra. Con un prespuesto de 13,4 millones de euros y financiada en parte con fondos europeos, la intervención tiene un plazo de ejecución de 22 meses. El tajo arrancará tras las fiestas de la capital. Los estudios de arquitectura de Paredes Pedrosa y de Óscar Ares son los responsables del proyecto.

La obra se acometerá sobre los 6.050 metros cuadrados construidos y con una idea clara: conservar la esencia del teatro original del XIX (536 asientos y 736 plazas para seguir eventos de pie) y crear otras dos estancias de nueva factura, una con entrada por María de Molina y la otra por Veinte de Febrero, para la celebración montajes y espectáculos de diferentes formatos, así como para acoger exposiciones, conferencias y otros actos culturales. En total, mil personas podrán utilizar estos tres espacios de forma simultánea.

La intervención prevé, además, la ampliación de la torre escénica hasta una altura de 28 metros, a la que se incorporarán todas las estructuras necesarias para el posterior montaje de un peine motorizado, así como las pasarelas técnicas inferiores, apta para las escenografías futuras más exigentes, según la información facilitada por el Consistorio. Se prevé que la obra sea compleja, ya que el estado de conservación de algunas partes del Lope de Vega es muy deficiente. El proyecto contempla eliminar los espacios interiores más dañados, como los forjados de pasillos, accesos o los viejos camerinos, para crear áreas nuevas y modernas que favorezcan la movilidad del público asistente y las prestaciones para el desarrollo de espectáculos teatrales o musicales.

De iniciativa privada, pero importante para la ciudad es también la intervención en el edificio de La Electra. En desuso desde 2004, cuando la compañía eléctrica abandonó las instalaciones, Urbanismo ha dado luz verde al plan especial para desarrollar la parcela. Se mantiene la envolvente de la reconocible construcción industrial de ladrillo, que se restaurará, mientras que en la franja que da a la calle Veinte de Febrero se levanta un bloque de nueva planta hasta alcanzar en su parte más alta las nueve alturas. En él será donde se ubicarán las 64 unidades residenciales.

Además contará, según la información municipal, con un centro de día, una clínica de fisioterapia, salas de reunión, biblioteca, gimnasio y spa. «Con la implantación de estos usos, que respetan lo dispuesto en el planeamiento vigente, se contribuirá a la conservación, rehabilitación y mejora del patrimonio arquitectónico», subrayan en el Ayuntamiento. El pasado mes de marzo, Allegra Magna Residencial, la cooperativa que promueve la transformación del inmueble, ya tenía 56 de los 64 apartamentos reservados. Sus precios oscilan entre los 133.300 y los 329.300 euros sin IVA. El inicio de las obras está previsto para comienzos de 2025 y el plazo de ejecución es de dos años.