Valladolid

Reservados 56 de los 64 pisos de la Electra a un año de iniciarse la obra

La inmobiliaria Agcinmo confirma que 56 de los pisos previstos en este céntrico solar ya están reservados desde que se presentó el proyecto en sociedad el pasado mes de octubre. Tan solo quedan ocho por colocar, lo que da idea del interés que ha despertado el proyecto. Fuentes de esta empresa avanzan que la intención es iniciar las obras a principios de 2025 para que las viviendas se puedan entregar dos años después.

La web de Allegra Magna ofrece imágenes de cual será el aspecto del futuro inmueble. Según esas recreaciones de «carácter orientativo», se mantiene la envolvente de la reconocible construcción industrial de ladrillo mientras que en la franja que da a la calle Veinte de Febrero se levanta un bloque de nueva planta hasta alcanzar en su parte más alta las nueve alturas.

Las casas, destinadas a personas de edad avanzada que quieran mantener su intimidad y a la vez contar con prestaciones sanitarias y domésticas adaptadas a sus necesidades, tendrán una o dos habitaciones, salón, cocina y baño (en algunos casos dos) en unas superficies entre los 61 y los 122 metros cuadrados construidos. La promoción del proyecto hace hincapié en la inmejorable ubicación de este desarrollo residencial en pleno centro de Valladolid y frente al parque de Las Moreras. Los precios de las viviendas van desde los 134.300 euros sin IVA en el caso de los más pequeños y ubicados en las plantas más bajas del edificio hasta los 329.300 para un ático con una amplia terraza con vistas al Pisuerga, según la información facilitada por Agcinmo. En esa cantidad se incluye el piso y un trastero. Quien quiera una plaza de garaje la tendrá que pagar aparte, según matizan en la inmobiliaria.

Los planos que se aportan contemplan un sótano en el que se habilitarán 66 plazas de aparcamiento, otros tantos trasteros, así como un área de gimnasio con una piscina climatizada para el uso de los residentes. Estos también contarán dentro del nuevo edificio con salas de uso común para ver la televisión, leer, además de comedor y zona de lavandería, entre otros servicios. El modelo de Allegra Magna incluye entre las prestaciones básicas el mantenimiento y climatización de zonas comunes, la limpieza del apartamento una vez al mes y el uso de las instalaciones comunes. Entre las optativas, destacan el de alimentación, sesiones de rehabilitación, fisioterapia personalizada, podólogo, teleasistencia o la limpieza diaria de las casas dependiendo de las necesidades de los propietarios.

Ya en la planta de calle, se puede apreciar la apertura de un patio ajardinado para la estancia y el paseo de los residentes y otro espacio destinado ser un centro de día para mayores, que será explotado por una empresa especializada y cuyos servicios se pagarían aparte. Llama la atención en este nivel del edificio la reserva de una importante superficie destinada al comercio y distribuida en tres zonas. De momento, no se ha desvelado qué negocios podrían ubicarse en esta planta a ras de acera. Parece un poco pronto cuando aún faltan tres años para que la obra concluya.

El antiguo inmueble industrial permanece vacío desde junio de 2006 cuando salieron de él los trabajadores de Iberdrola. La inmobiliaria de la compañía eléctrica –Apex 2000– lo vendió un año después a Rayet Hoteles, que llegó a solicitar licencia para levantar un alojamiento de cinco estrellas, un proyecto que se esfumó con la virulenta crisis del ladrillo. En el PGOU de 2004, el inmueble estaba destinado en exclusiva al uso dotacional y terciario. El edificio ha tenido varios propietarios desde entonces.

Fue en 2018, ya con el Gobierno PSOE-Toma la Palabra en el Ayuntamiento, cuando se planteó un cambio de calado. Se hizo en el marco de la operación para la compra del colegio El Salvador como sede la Ciudad de la Justicia. Así, se planteó compensar con edificabilidad para viviendas en la Electra la adquisición por parte de una inmobiliaria de la que no llegó a trascender el nombre de la parcela del antiguo centro educativo para su posterior cesión al Consistorio. Se llegaron a presentar incluso unas recreaciones sobre cómo sería esa promoción de pisos de lujo. Finalmente, el Ayuntamiento optó por la compra directa del edificio de San Pablo, pero se mantuvo abierta, tras la modificación del Plan General, la edificabilidad residencial en el suelo de Isabel la Católica con el objetivo de sacar del abandono un inmueble que se había quedado varado por falta interés comercial. El proyecto de Allegra Magna ahora pone fin al vacío de esta pieza urbanística en pleno corazón de la capital.

Un año después de conocerse que el edificio podía entrar en la operación de la compra del colegio de El Salvador, la Asociación Española para la Defensa del Patrimonio Hispania Nostra alertó sobre la posible desaparición de la Electra y lo incluyó en su Lista Roja. Según la ficha que se publicó entonces, se consideraba que su estado de conservación era de «ruina progresiva» y se decía que estaba «amenazado por la especulación urbanística».