Valladolid

Veinte toneladas de arena renuevan la playa de Las Moreras en otro agosto sin baños

Lo habitual, o así ha sido otros años, es que las máquinas tomen la playa de Las Moreras en las últimas semanas de mayo con el único objetivo de acondicionar el espacio que durante el verano es tan utilizado por los vallisoletanos. Este año, «por retrasos en la empresa que lleva a cabo el acondicionamiento, el trabajo se está realizando a cuentagotas», explican fuentes municipales. «La semana pasada ya se esparcieron varios remolques, y hoy tres nuevos camiones llevarán más tierra hasta la playa», añaden. Un acondicionamiento que viene acompañado de unas pequeñas obras en la entrada al arenal próxima al chiringuito y de las que el Ayuntamiento prefiere no aportar más información de momento.

Hasta la renovación de la arena este 5 de agosto, Las Moreras presentaba una imagen muy diferente a la de años anteriores. Montones de arena ocupaban la primera línea, haciendo de barrera entre las toallas y el agua del Pisuerga junto a las amplias rodaduras que dividían la playa causadas por la pesada maquinaria. Unas condiciones, a las que si se suma la prohibición de baño, se alejan mucho de la imagen habitual de una playa.

A la tarea de sustitución de arena -con sus dos fases, compactar y esparcir arena fina- se suma las labores de desbrozamiento. Y es que durante este año las hierbas se han apropiado del arenal hasta convertirlo en los últimos días prácticamente en un paraje verde con maleza casi del tamaño de un arbusto.

Un retraso en el acondicionamiento de la playa que ha disgustado y 'cabreado' a varios de sus ´bañistas' que han llegado a expresar que «en cuarenta años como usuarias y tomando el sol aquí, este ha sido el que peor está».

La limpieza de la playa -tradicionalmente- lleva una semana de trabajo dividida en dos fases. Por un lado, se debe desbrozar el perímetro para extender una primera capa de tierra compacta, sobre la que posteriormente se esparce una segunda capa -de unos quince centímetros de espesor- de arena fina. Para completar esta segunda fase, los vehículos pesados descargarán en total hasta setenta u ochenta remolques, lo que supone entre quince y veinte toneladas de tierra que en campañas anteriores ha sido traída desde los pinares de Arrabal de Portillo, con un coste aproximado de 30.000 euros.

Una superficie de doce hectáreas y casi 255 metros lineales en el que los vallisoletanos pueden seguir tomando el sol, eso sí, sin posibilidad de meterse en el agua, ya que por las condiciones de esta -presencia de bacterias- un año más continúa como no apta para el baño. Una prohibición que puede acarrear multas de hasta 750 euros, por el momento, según informa la Policía Local, no se ha interpuesto ninguna sanción, aunque sí se han visto obligados a realizar varias advertencias sin mayores consecuencias.