Valladolid

La renovación de la arena llegará dos meses tarde a una playa de Las Moreras llena de maleza y calvas

La imagen de la playa se aleja estos días de la habitual para estas fechas en una temporada veraniega, de nuevo con el baño prohibido en el Pisuerga -por la presencia de bacterias similares a las que estos días han mantenido en vilo algunas competiciones en el Sena de París-, en la que se ha retrasado durante semanas una operación de renovación de la arena programada durante lustros por el Consistorio y llevada a cabo siempre a finales del mes de mayo o principios de junio.

Así ha ocurrido cada año antes del inicio del periodo estival. Hasta el presente 2024. «Aquí no se ha renovado nada y esto está como está», refunfuñan los primeros 'bañistas' que este viernes ocupaban la playa al borde de las montañas de tierra ya compactada que espera a ser esparcida por fin en un paraje en el que florecen las malas hierbas, sobre todo, del lado que mira a la pesquera y a los restos de las Aceñas. Pero no solo eso. Buena parte de la playa presenta calvas, sobre todo, en los descarnados bordes del río en parte por el bajo caudal que arrastra estos días y en parte también por el retraso en la renovación de la arena.

Los operarios, de momento, han comenzado esta semana a hacer acopio de tierra al borde de la línea de agua con tímidos viajes matutinos con la previsión de llevar a cabo el lunes la esperada renovación tardía de la arena. Para ese día está prevista la llegada de un rosario de camiones cargados de arena fina de los pinares (habitualmente traída de Arrabal de Portillo) que esparcirán después los operarios con maquinaria pesada para tapar las calvas que presenta este verano la playa. Antes tendrán que desbrozar los hierbajos que crecen sin control por buena parte de las doce hectáreas que ocupa una playa que cuenta con más de 250 metros lineales de superficie con vistas al Pisuerga.

De manera que el lunes (5 de agosto), si se cumple la previsión de llevar a cabo los trabajos, sin que se haya explicado desde el Ayuntamiento el motivo del retraso, los vehículos pesados descargarán hasta setenta u ochenta remolques de arena fina para renovar la arena en una intervención en la que cada año se esparcen entre quince y veinte toneladas con un coste que suele rondar los treinta mil euros. Esta vez ocurrirá en agosto, dos meses después de lo normal, y con una playa desaliñada en la que este fin de semana los usuarios tomarán el sol entre montañas de arena, malas hierbas y calvas.

Y todo ello cuando el Pisuerga ronda su punta más baja del año, algo habitual en los meses más secos del año, como son julio y agosto, con un caudal que estos días apenas supera los quince metros cúbicos por segundo, casi una cuarta parte de su caudal medio (para el conjunto del año), que se sitúa en torno a los sesenta. Poco importa eso en una campaña, la quinta consecutiva, en la que continúa prohibido el baño. Un rosario de carteles diseminados por la playa así lo recuerdan.