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Es una de las obras más vistosas de la ciudad, la que despejó de vehículos la Plaza Mayor para inyectar espacio y seguridad a los peatones. Pero los casi diez meses de obras que duró la adaptación de los accesos del aparcamiento subterráneo –tres de ... ellos de un retraso no previsto– dejaron tras de sí tres negocios que tuvieron que cambiar de propietario por las pérdidas ocasionadas y otros cinco que se resintieron, principalmente por el lucro cesante, es decir, por lo que dejaron de ganar por una actividad que, o cayó en picado, o tuvo que cerrar.
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Los más afectados resultaron los de la calle Jesús, que estuvo cerrada completamente al tránsito de vehículos entre octubre del pasado año y la Semana Santa. Durante todos estos meses apagó los fuegos el Bar La Sepia, cuyos propietarios han acumulado facturas por un importe de 130.191 euros, que es la cantidad que reclaman al Ayuntamiento en concepto de indemnización por lucro cesante. El establecimiento, situado en la vía por la que anteriormente salían los vehículos, estuvo así seis meses cerrado al público y otros tres conviviendo con zanjas, maquinaria y ruidos.
Los nueve meses de obras íntegros estuvo cerrado Calzados Azar, el otro negocio situado en la calle Jesús que finalmente optó por cambiar de propietario y de nombre. En su caso son 99.217 euros los costes calculados para solicitar al Ayuntamiento una compensación por este cierre, desglosados cada uno de ellos con facturas de ingresos en años anteriores para poder justificar las pérdidas que han ocasionado estas obras del aparcamiento de la Plaza Mayor.
En la misma calle, entre ambos establecimientos, tiene su sede la cofradía del Nazareno, que cuenta con 900 hermanos y una hermandad fundada en el siglo XVI. Las obras de los nuevos accesos al aparcamiento de la Plaza Mayor obligaron a cortar la calle y, por tanto, la iglesia Penitencial de Jesús vio afectado su culto diario, según justificaron este verano. Cayeron los ingresos y, por tanto, según denunciaron, su financiación, que procede anualmente en un 50% de los donativos, colectas y estipendios. En total, según la reclamación presentada en el Ayuntamiento, son 6.000 euros lo que dejaron de ingresar.
En la calle Manzana, paralela a la de Jesús, la construcción de la rampa de acceso al subterráneo llenó de vallas, polvo y ruido este punto de entrada a la Plaza Mayor. En su lateral se ubican varios negocios que durante meses vieron cómo caía de forma drástica el número de clientes que caminaba por los soportales de la zona. Uno de ellos, un bar, cambió de propietarios, mientras que otro, dedicado a la venta de sushi, se mantuvo gracias a los pedidos a domicilio. Su responsable, Ricardo Mínguez, aseguraba este verano que los ingresos se vieron reducidos en torno al 30% con respecto a meses normales, por lo que la reclamación presentada en el Ayuntamiento asciende a 10.916 euros.
El grueso total de las reclamaciones presentadas hasta superan así los 246.000 euros, pero la cifra podría verse incrementada en los próximos meses porque hay un año de plazo para que los afectados presenten su petición de indemnización, según explicaron fuentes municipales. Serán los técnicos municipales los que se encargarán de estudiar cada una de las reclamaciones, justificada con facturas, para pagar aquellas que se estimen en función de dos criterios; por un lado el daño emergente y por otro el lucro cesante, lo que se ha dejado de ganar. «Se abonará en la parte correspondiente y según se considere justificado. Es un tema puramente legal y se hará según lo que tipifique la ley, aquí no hay dudas de si hay o no que indemnizar, si está justificado se hará», aclara el concejal de Hacienda, Planificación y Recursos, Pedro Herrero.
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