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El vandalismo seca el parque del nuevo barrio de los cuarteles de FarnesioLunes por la mañana. Un grupo de niños disputa un partido de fútbol bajo el sol en una cancha prácticamente a estrenar. Fuera del terreno de juego, abuelos y nietos disfrutan en los columpios de una mañana inusual de puente en vísperas del día de ... Castilla y León. Mientras tanto, a pocos metros de allí en una zona de tierra más apartada, un joven juega con su mascota. Son solo algunos de los usuarios del nuevo parque ubicado en el incipiente barrio de los cuarteles de Farnesio, una nueva zona ajardinada comprendida entre las calles Teresa de Calcuta y Bartolomé de las Casas (entre el paseo de Farnesio y la calle General Shelly), abierta a su uso a principios de año y que cuenta con una única fuente o, más bien, contaba.
La fuente en cuestión, situada en un lateral del corredor verde y con vistas a la parte posterior del antiguo cuartel General Monasterio, nunca ha llegado a surtir agua y, por si fuera poco, acaba de perder el grifo fruto a todas luces del vandalismo. Y eso después de semanas en las que los propios usuarios del parque reclamaban su puesta en funcionamiento.
Y todo ello en una incipiente zona urbana en la que, a pesar de que la ausencia aún de habitantes autóctonos (son ya dos las promociones que se están levantando en el nuevo barrio), son ya muchos los vecinos que se desplazan desde los alrededores para disfrutar de la zona recreativa y de las facilidades que proporcionan las múltiples plazas de aparcamiento en un entorno tan saturado como el de Delicias. La mayoría de ellos provienen, claro, de barrios cercanos, como Delicias o la Ciudad de la Comunicación (al otro lado del paseo del Arco de Ladrillo); donde, a diferencia del entorno del citado parque, sí hay una gran cantidad de edificaciones con viviendas habitadas que acogen ya a cientos de residentes.
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Ignacio Repilado
Este nuevo barrio, delimitado por el paseo de Farnesio al norte, la calle General Shelly al sur y el paseo del Arco de Ladrillo al oeste, nace de la urbanización de los antiguos cuarteles (General Monasterio y Conde Ansúrez) ubicados en el paseo de Arco de Ladrillo. En esta zona está prevista la construcción de 837 viviendas, que se levantarán, por un lado, en los terrenos del cuartel General Monasterio, las cuales darán cabida a más de 2.500 personas. Es precisamente en esta área donde ya se están edificando las dos primeras promociones. Por otro lado, está previsto que los terrenos del cuartel Conde Ansúrez acojan 164 viviendas de protección en sus cuatro barracones centrales, mientras que el resto de edificaciones quedarán destinadas a servicios y usos públicos. Los inmuebles del antiguo edificio militar, centenarios, están catalogados y deberán conservarse en su totalidad.
Volviendo al parque, rodeado de calles bautizadas con nombres de figuras pacifistas que contrastan con el antiguo uso de los terrenos, se pueden encontrar diferentes instalaciones para el disfrute de pequeños y mayores. Dos zonas con columpios variados acotadas con barreras o la mencionada cancha polivalente, ya que permite jugar partidos tanto de fútbol como de baloncesto; así como una zona de tierra con varios bancos.
También llama la atención la gran ocupación de las numerosas plazas de aparcamiento que se distribuyen en los alrededores; particularmente en la calle Bartolomé de las Casas, aunque también en Teresa de Calcuta y la perpendicular Dalai Lama. «Ha sido abrir la zona de aparcamiento y al día siguiente ya estaba lleno de coches», comenta un hombre que pasea por la zona.
Sin embargo, no todas las comodidades son completamente funcionales. En el mismo parque también existe una pequeña plaza adoquinada con una brújula de piedra en el centro, rodeada de bancos y una fuente. O eso parece a primera vista, ya que la moderna fuente, con pulsador en el suelo, carece de grifo (y, lógicamente, de agua). Algunos vecinos del barrio ya han advertido este problema, que atribuye al incivismo vandálico. «He querido acercarme con mi sobrino, pero al parecer no funciona». Sin embargo, el hombre comparte su opinión positiva con el entorno. «En esta zona no tienes ningún problema de nada. Este parque está muy bien para pasear o venir con mi sobrino, mucho más renovado que el parque de la Paz».
Es precisamente en este vecino parque de Delicias, situado al otro lado de la calle General Shelly, donde se encuentra la fuente más cercana. En este jardín de Delicias, presidido por una gran estatua de Gandhi, un grupo de hombres que conversan afirma que «hasta hace no mucho la fuente no tenía agua, pero recientemente se ha puesto en funcionamiento», como se ha podido comprobar.
Desde Aquavall, entidad municipal encargada de la gestión hídrica de Valladolid, afirman que este tipo de fuentes se cierran durante las primeras semanas de invierno «normalmente en noviembre, con las primeras heladas». Y así permanecen hasta la primavera con el fin de evitar posibles averías. Sin embargo, no parece que este sea el caso de la fuente sin grifo, ya que los propios vecinos del entorno llevan semanas reclamando su puesta en funcionamiento en mensajes dirigidos al Ayuntamiento y a la compañía municipal del agua. Para que eso suceda ahora tendrán que reponer el grifo 'desaparecido' antes de que llegara a estar en uso.
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