Los Bomberos aseguran el bar incendiado en el parque de Las Norias para facilitar las labores de limpieza del interior. J. Sanz

Valladolid

Bomberos y operarios adecentan el peligroso interior del bar incendiado en Las Norias

Los trabajadores municipales retiran las cristaleras rotas y aseguran la estructura a la espera de su recuperación como marquesina

J. Sanz

Valladolid

Miércoles, 13 de marzo 2024, 11:47

Una legión de operarios municipales han tomado este miércoles a primera hora de la mañana el maltrecho bar del parque de Las Norias más de una semana después de que fuera devorado por las llamas cuando cuatro indigentes, que llevaban meses allí cobijados, dormían en ... su interior. Ellos solo sufrieron heridas leves y la estructura del cubo de cristal, que nunca llegó a tener uso, quedó completamente destruida. Y no solo eso. Su estado suponía un riesgo evidente dado que carecía de vallado o precinto y estaba situado en el corazón de esta amplia zona verde situada entre la vía (al otro lado de La Farola) y la Ciudad de la Comunicación.

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Los operarios del Servicio de Limpieza han acudido al alba con palas y una excavadora (está prevista la demolición parcial del cubo de titularidad municipal para mantener solo su estructura metálica como marquesina) para retirar inicialmente los restos de las enormes cristales reventadas por el virulento incendio del martes de la semana pasada fruto de la acumulación de colchones y enseres de los 'inquilinos' de este espacio infrautilizado que nunca llegó a abrir sus puertas desde que fuera inaugurado el parque en torno a la antigua azucarera Santa Victoria en un lejano 31 de marzo de 2007.

El cubo quedará vallado y precintado a la espera de su recuperación para ganar un espacio de sombra

Las labores de limpieza, dada la peligrosidad del espacio y la presencia de materiales tóxicos en el revestimiento del techo, se han paralizado a media mañana para requerir la presencia de una dotación de Bomberos, cuyos efectivos han asegurado el interior del quiosco para permitir así que los operarios pudieran entrar, equipados con máscaras de protección, y retirar los restos del incendio.

El Ayuntamiento, de entrada, vallará y precintará el entorno del cubo de cristal y prevé demoler todos los elementos de este espacio sin uso, que cuenta con contenedor principal acristalado de 80 metros cuadrado y otro adosado de madera de 42 (cocina, barra y aseos), para mantener solo el chasis metálico con la idea de «reconvertirla en una marquesina para dar sombra en un parque que no tiene muchos lugares a resguardo», tal y como anticipó ayer el concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona.

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La intervención, meramente estética, será la única a corto plazo en este pulmón verde de 4,2 hectáreas en el que en su día (2007) se invirtieron 8,2 millones de euros y que quedó un tanto abandonado a su suerte al quedarse aislado por las vías (de alta velocidad por un lado y de Ariza -Renault, por otro) y en el que solo se pudo encontrar un inquilino para sus edificaciones catalogadas de ladrillo en 2010, cuando la Fundación Jorge Guillén estableció su sede en uno de los dos chalés situados a las puertas de la azucarera.

Y el gran proyecto de recuperación para este enorme espacio abandonado, como era la rehabilitación de todo el cuerpo principal de la antigua azucarera para convertirla en un bloque de 36 pisos destinados a jóvenes, que fue aprobado hace un año, duerme ahora el sueño de los justos después de que el Ayuntamiento renunciara al mismo al estar vinculada su financiación al proyecto de integración ferroviaria. Esto último ha supuesto la pérdida de una subvención europea de 1,5 millones de euros para un proyecto valorado en 7,2 millones y cuya puesta en marcha rubricaron el 8 de febrero de 2023 el propio Consistorio, la Junta y el Gobierno.

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Así que a la espera de que algún día pueda recuperarse el proyecto llamado a dar vida por fin al parque de Las Norias, el espacio continúa languideciendo y ahora, a mayores, ha perdido el cubo destinado a albergar un bar justo cuando la vía de Ariza, el muro que separada el área verde de la Ciudad de la Comunicación, está a punto de desaparecer en cuanto entre en servicio la línea de mercancías que rodea la ciudad por el páramo de San Isidro.

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