Valladolid registra el mayor incremento de población de los últimos quince años

Este es el incremento más abultado, en términos absolutos, de los últimos quince años. Hay que retroceder hasta los primeros síntomas de la crisis de 2008 para encontrar un semestre con cifras similares.

Desde ese año, las variaciones del padrón fueron cada vez más exiguas hasta encadenar varios años de pérdidas de población (entre 2012 y 2018), que se repitieron durante la pandemia desatada por el coronavirus.

Desde enero, el padrón ha engordado a un ritmo de casi diez nuevas personas al día (9,8) y, en el último año (de julio a julio), ha aumentado en 2.951. La población actual, de 523.352 habitantes, no se alcanzaba en Valladolid desde el segundo semestre de 2016 y está lejos aún del pico de 532.644 vecinos registrado el 1 de enero de 2012.

¿Cómo se explica este cambio de tendencia demográfica? ¿Por qué Valladolid crece en población?

La respuesta hay que buscarla en la migración. La reactivación en la llegada de población extranjera ha conseguido de nuevo paliar el saldo vegetativo negativo en el que está instalada la provincia vallisoletana. Mueren muchas más personas de las que nacen.

La estadística provisional de nacimientos que ofrece el INE de momento solo facilita datos hasta mayo. Durante esos cinco primeros meses del año, llegaron al mundo en la provincia 1.224 bebés. Son 24 menos que en el mismo periodo de 2022. La cifra de alumbramientos sí que es superior a la de 2021 (hubo mínimo de 1.158 nacimientos motivado por la incertidumbre del confinamiento y la covid), pero está muy por debajo de las inmediatas cifras precovid, con 1.387 nacimientos en los cinco primeros meses de 2020 (aquí hubo partos en pleno confinamiento) y 1.350 en 2021.

Frente a esos 1.224 nacimientos, Valladolid registró 2.664 muertes en esos primeros cinco meses del año. Dicho de otra manera, mueren más del doble de los que nacen en la provincia. El saldo vegetativo es de -1.440 habitantes. Fue de -1.225 en el mismo periodo de 2022 (y de -1.997 en 2020, con el exceso de muertes derivado de la pandemia).

Por lo tanto, la provincia perdió 1.440 vecinos si nos fijamos exclusivamente en la diferencia entre muertes y nacimientos, pero la cifra total de población creció en 1.774 habitantes. Es decir, los saldos migratorios (la llegada de población, tanto procedente de otras provincias como del extranjero) arrojaron unas cifras positivas de 3.214 personas.

Los datos publicados este martes son provisionales y habrá que esperar para conocer la letra pequeña, para fijar al detalle las rutas seguidas por las personas llegadas durante los últimos meses a Valladolid. Pero sí que se puede apuntar ya que desde enero a junio se empadronaron en la provincia 340 marroquíes, 380 venezolanos (de ellos, treinta tenían ya la nacionalidad española) y 840 colombianos, que es la comunidad que más ha crecido en los últimos meses. Frente a esto, hubo 110 colombianos que se marcharon desde Valladolid al extranjero y 120 vecinos de Bulgaria que hasta ahora vivían aquí y decidieron durante el primer semestre regresar a su país de origen.

De acuerdo con estas cifras, en Valladolid residen en la actualidad 49.332 personas que habían nacido fuera de España (suponen el 9,4% de la población total). Esta es la cifra absoluta más alta desde que existen registros y también el porcentaje más elevado de población foránea. El pico anterior se registró en enero de 2012, cuando había 38.538 vecinos nacidos en otros países (el 7,23% del total). Por lo tanto, el futuro demográfico de la provincia, su capacidad para crecer en habitantes, depende de forma evidente de la población procedente de otros países.

Los mayores acelerones en el padrón se registraron en Valladolid durante la segunda mitad de la década de 1970. En aquellos años del 'baby boom', la provincia se aprovechaba de unas altísimas cifras de nacimientos, acentuada en la capital por el proceso de industrialización y éxodo rural. Durante el primer semestre de 1976, el padrón creció con 3.730 personas (20,6 al día), el mayor incremento contabilizado en Valladolid desde que el INE tiene registros.

Este vertiginoso ritmo no solo se aplacó a mediados de los 80, sino que incluso cayó a números rojos en 1990 y 1991, con bajísimas cifras de natalidad. A lo largo de los años 90, el padrón creció a un ritmo muy lento, ya que apenas era significativo el aporte de la población extranjera. El desembarco de foráneos comenzó a hacerse evidente a partir del año 2002.

El 1 de julio de ese año, en Valladolid vivían 14.237 personas que habían nacido fuera de España. Suponían el 2,9% de la población. En diez años (entre 2002 y 2012), el número de extranjeros creció hasta los 38.100 (un aumento de 23.863 personas, hasta el 7,7% del total). La bonanza económica vinculada al desarrollo inmobiliario atrajo a muchos trabajadores procedentes de otros países. En el año 2007, el padrón vallisoletano se hinchaba a un ritmo similar al de aquellos años 70, con 6.800 altas.

El estallido de la burbuja del ladrillo funcionó como un frenazo. La crisis desatada en 2008 (que desembocó en las mayores cifras de paro en la primavera de 2013) redujo la llegada desde más allá de las fronteras y entre 2012 y 2018 los aportes desde el extranjero no fueron suficientes para compensar la pérdida de población conectada con la baja natalidad. En 2019 comenzó a vivirse una pequeña recuperación, cortada de lleno por la crisis. Una vez superada la emergencia sanitaria de la covid, la llegada de población extranjera ha revitalizado el padrón, con esas 1.774 personas llegadas durante los seis primeros meses de este año.

Asi, Valladolid creció con 1.890 inscripciones de población extranjera y perdió 116 anotaciones en el padrón de nacidos en España. Por edades, el mayor incremento absoluto durante estos seis meses se dio entre las personas de 80 a 84 años (con 769 personas más en este tramo de población) y el mayor descenso (-1.034) entre los de 40 a 44 años. También retrocede el número de niños (-367 entre los menores de 10 años).

Los datos ofrecidos este martes por el INE (correspondientes a la provincia de Valladolid) no bajan al detalle de los municipios, por lo que hasta finales de año no se podrán conocer las variaciones en las diferentes localidades, incluida la capital. Los datos provisionales de la ciudad, también a 1 de enero (y en este caso del Ayuntamiento) dicen que se habían rebasado de nuevo los 300.000 vecinos, con 300.479 inscripciones en el padrón local (algo que deberá revisar el INE).

Esta tendencia creciente no es exclusiva de Valladolid, sino que se da en todo el país. La población española ha marcado un nuevo máximo histórico al llegar hasta los 48.345.223 millones de habitantes, tras crecer durante el segundo trimestre de 2023 en 135.186 personas, la mayoría (100.394) nacidas en el extranjero.