Secciones
Servicios
Destacamos
El pasado 6 de julio llegó el titular: 'Valladolid recupera los 300.000 habitantes'. Y ahora, casi diez días después, comenzamos a conocer el detalle y la letra pequeña. El Ayuntamiento acaba de publicar los datos desglosados del padrón, actualizados a 1 de julio de 2023, y distribuidos por barrios, edades o nacionalidades. De este modo, podemos conocer qué zonas de la capital asumen la mayor parte de este crecimiento demográfico, qué barrios no consiguen remontar en habitantes, cuáles están cada vez más envejecidos o cuáles incrementan población gracias a la llegada de nuevos vecinos llegados de otros países.
Noticia Relacionada
Víctor Vela
Para afrontar esta radiografía hay que tener una primera idea clara. Estas cifras del padrón corresponden a los datos recabados por el Ayuntamiento y que tendrán que ser posteriormente refrendados por el Consejo de Ministros y publicados en el Instituto Nacional de Estadística (INE). Habitualmente, la revisión del INE es a la baja, por culpa de las dobles inscripciones en el padrón o de bajas no hechas efectivas. La cifra oficial se conocerá a finales de año. Pero, de momento, podemos hurgar en los datos que maneja el Ayuntamiento para dibujar una fotografía demográfica de la ciudad. Para ello, vamos a comparar la evolución de la capital en los últimos cinco años, con estos datos provisionales de 1 de julio de 2023 y los ya confirmados de forma oficial correspondientes al 1 de enero de 2018.
Valladolid tenía inscritas en su padrón, a 1 de julio de 2023, a 300.479 personas. La capital rebasaba así de nuevo la frontera de los 300.000 habitantes, una marca que había registrado por última vez en 2016, con 301.876 residentes. Un año después, la cifra había bajado a 299.715 y alcanzó su mínimo en 2022, con 295.639 habitantes. A partir de ahí (ya con cifras provisionales) el padrón ha crecido hasta esos 300.479 vecinos con los que se cerró el primer semestre del año.
¿Por qué? Hay dos motivos principales. El primero es el repunte en la construcción, con la urbanización de nuevos barrios, que capitalizan los mayores incrementos porcentuales de población de estos cinco años en zonas como Los Viveros (dentro de San Pedro Regalado) o Arcas Reales (contabilizadas en Polígono de Argales). Así, estos barrios consiguen retener a vecinos jóvenes, que en etapas anteriores (sobre todo durante el 'boom' del ladrillo previo a 2007) se marchaban a vivir al alfoz. El segundo es la llegada de población extranjera, que no solo ha conseguido amortiguar la pérdida de población de casi todos los distritos, sino que incluso ha logrado que algunos crezcan, como Caño Argales o San Juan.
El Ayuntamiento distribuye estadísticamente la ciudad en 48 barrios. De ellos, 14 consiguen incrementar su número de vecinos y en otros 17 la pérdida no supera el 2%.
Los barrios que hoy tienen más residentes son Polígono de Argales (649 vecinos más en los últimos cinco años, crece el 25%), San Pedro Regalado (crece el 14,41%, con 396 habitantes más) o Puente Duero (153 vecinos más, sube el 13,59%). También aumentan en el padrón Girón y Villa del Prado (7,51%), Caamaño-Las Viudas (con 1.017 residentes, el 6,79% más, en zonas como Pinar de Jalón) o Pilarica (con 424 nuevos vecinos, especialmente en Los Santos).
Los peores registros se dan en Huerta del Rey, Gavilla e Insonusa (en estos dos casos, con pérdidas por encima del 8%). Allí se aprecia un movimiento que ya sufrieron años atrás barrios que se construyeron con anterioridad, como Pajarillos o La Rondilla. Los hijos de los propietarios originales de los pisos se independizan, se marchan a vivir fuera del barrio y por ahí se pierde población.
Al mismo tiempo, los precios de los pisos en esta zona están por encima de los de otros distritos, con lo que no se ocupan con la facilidad con la que sí que se alquilan en otras zonas y, así, no se recupera población. Los últimos informes de venta de los portales inmobiliarios marcan una media de 1.735 euros por metro cuadrado en Huerta del Rey (más de 500 euros por encima que en Delicias o 210 euros más caros que los de la Circular). Y además, está el porcentaje de vivienda social (muy presente en calles concretas del barrio) que tiene condicionantes más estrictos a la hora de ejecutar operaciones de compraventa.
Un dato clave en este análisis es la edad. Durante estos últimos cinco años, la población vallisoletana ha envejecido. En 2018, había 49.227 vecinos que no habían cumplido los 20 años (el 16,4% de la población). Hoy son 47.710 (el 15,87%). Hace un lustro, los mayores de 65 años aportaban 76.587 personas al padrón (el 25,62%). Ahora son 83.589 (el 27,8%).
Sin ánimo de ponernos agoreros, este dato es importante para conocer el futuro próximo de un barrio. Una zona con un alto porcentaje de mayores tiene más difícil incrementar su padrón de acuerdo con el movimiento natural de la población: hay más personas próximas a la muerte y menos hogares con posibilidades de tener hijos. Su saldo vegetativo apunta a negativo: mueren más de los que nacen.
En esta línea, los barrios con peores perspectivas, aquellos que están más envejecidos son Huerta del Rey alta (donde el 41,70% tienen más de 65 años), Santa Clara (40,50%), Hospital (39,61%), San Miguel (38,12%) o San Pablo (37,69%). En el lado opuesto de la pirámide poblacional están Las Flores (el 25,30% de sus vecinos tienen menos de 20 años), Páramo de San Isidro-Poblado de la Esperanza (24,41%), Girón-Villa del Prado (23,61%) y Caamaño-Las Viudas (23,21%).
Así, los barrios de nueva construcción, donde llegan más familias jóvenes a vivir, son los que presentan mayor porcentaje de población infantil. Valladolid tiene 39 barrios donde viven más personas mayores de 65 años que niños y adolescentes. En solo ocho se da el fenómeno contrario. Además de esos cuatro antes nombrados (Las Flores, Páramo de San Isidro, Villa del Prado, Caamaño-Las Viudas) son La Overuela, San Pedro Regalado, Pajarilos Altos, el Polígono de Argales y la zona supersur, que engloba a Covaresa, Parque Alameda, Paula López, Las Villas y la Cañada de Puente Duero.
Pero el gran indicador que muestra la pujanza demográfica de Valladolid está en la población llegada desde otros países. El número de vecinos foráneos ha crecido en 9.162 personas desde el 1 de enero de 2018. En aquella fecha, había empadronados en Valladolid 12.788 extranjeros (el 4,28%). A 1 de enero de 2023 eran 21.950 (el 7,31%). Solo en lo que va de año han llegado a Valladolid 1.509 personas procedentes de otros países. Son 8,3 nuevas inscripciones al día en el padrón. Y se trata además de la cifra más alta desde que existen registros, por encima del pico registrado en 2011, cuando se alcanzaron los 19.202 en las cifras oficiales de enero y 20.384 en las inscripciones de julio en el padrón. En aquel entonces, suponía el 6,13% del total de la población de la capital. Hoy es ese 7,31%.
En estos cinco años, Valladolid ha perdido 7.554 habitantes con nacionalidad española. Ocurre esto en 37 barrios. En todos, salvo en Villa del Prado, Argales, San Pedro Regalado, la zona sur, Puente Duero, El Pinar de Antequera, San Juan II, Pilarica, La Overuela y el centro.
Los barrios con mayor porcentaje de población extranjera son San Juan II (con el 16,14% de sus residentes), Caamaño-Las Viudas (15,66%), Vadillos (13,08%) y Batallas (12,35%). La presencia de vallisoletanos llegados de otros países es casi testimonial en Girón-Villa del Prado (1,84), Las Flores (2,74%) o Covaresa-Parque Alameda (2,93%).
Durante estos años han cambiado además los flujos migratorios que llegan (y salen) de Valladolid. En 2018, la nacionalidad más nutrida era la búlgara, con 2.214 vecinos procedentes de aquel país. Hoy son menos, 2.015, lo que certifica que ha habido un regreso de la población búlgara a sus países (o un movimiento hacia otras provincias). Le seguían en el listado Marruecos y Rumanía, con 2.168 y 1.665 residentes, respectivamente.
Cinco años después, Marruecos es la nacionalidad más numerosa, con 3.294 residentes, pero está a punto de ser superada por la comunidad colombiana, con 3.240 vecinos en la capital (cuando hace cinco años apenas eran 328). También ha sido espectacular el crecimiento de los residentes llegados desde Venezuela, al pasar de 353 a 1.964 y situarse como la cuarta comunidad más numerosa, por detrás de Bulgaria, que se coloca en tercera posición.
Este viraje en las procedencias ha implicado también cambios en las asociaciones que trabajan en la integración de población extranjera, ya que el perfil ha variado. Desde Latinoamericana llegan más personas con más formación académica que aquella con la que contaban los flujos migratorios que a principios del siglo procedían, fundamentalmente, de la Europa del Este y el norte de África.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.