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Podía parecer fácil. Tan fácil como que 11 de PP y 3 de Vox suman 14, y eso vale para ganar cualquier votación, incluida la de los presupuestos municipales. Pero no lo es. No lo ha sido en Burgos, donde Vox sometió a la alcaldesa, Cristina Ayala, al via crucis de una cuestión de confianza ... . Y no lo ha sido en la Junta, donde 31 de PP y 13 de Vox no han sumado 44, sino una minoría parlamentaria que ha obligado a Mañueco a prorrogar las cuentas. Tampoco, de hecho, lo ha sido en el Gobierno central, donde la fragmentación y la diversidad ideológica de los grupos dificultan un acuerdo. Así que Jesús Julio Carnero, a las 13:55 horas, cerró la sesión plenaria con una frase que le concede mérito a este asunto aparentemente burocrático de confeccionar las cuentas municipales: «Tener presupuesto… No lo pueden decir todas las administraciones».
Y sin embargo todo fue predecible. Tanto la duración, «unas dos horas», decían algunos, «dos horas y media», aventuran los que más se acercaron al crono justo, como el resultado. Tan cantado estaba el 11+3 que el servicio de prensa del Ayuntamiento envío la nota con la aprobación de las cuentas a las 11:59, apenas media hora después de empezado el Pleno.
Así, 444,98 millones de euros, el más alto de la historia, un 4,46% más que el del año pasado y una hoja de Excel con muchas celdillas que consiguió que a Francisco Blanco, concejal de Hacienda, le felicitaran los compañeros de bancada tras la sesión por el esfuerzo. También él destacó que no todos los ayuntamientos tienen las cuentas para este 2025 que viene: «Ayuntamientos que conocen bien como Barcelona, La Coruña o Palencia, que está bien cerca, no tienen presupuesto», recordó.
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Antonio G. Encinas
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A partir de ahí, lo habitual. Euforia y defensa del equipo de Gobierno, con Vox más centrado en sus áreas, y ataque a las cuentas por parte del PSOE y de Toma la palabra. Para unos, récord de inversión. Para otros, herencia recibida, porque las partidas mayores son para proyectos que se ataron en el anterior mandato con una buena parte de fondos europeos. Aunque aquí Blanco recordó la letra pequeña, esos flecos que quedaban pendientes, como apuntar de dónde se iba a sacar el dinero para pagar la gala de los Goya.
Empiezan a bajar, como prometieron en campaña. Para PSOE y Toma la Palabra, suben. Son los impuestos de Schrödinger, bajan y suben al mismo tiempo. Esto es posible por la retórica política y porque en 2025 aterriza en las cuentas corrientes de los vallisoletanos el cargo por la tasa de basuras. «Bajamos el IBI un 5%, se minora el tipo de gravamen un 2,5%, se rebajan los coeficientes de la cuota objetiva por plusvalías un 12%, exenciones en la tasa de la ORA, se desvincula la tasa de servicios urbanísticos del ICIO y se actualizan las tarifas. Y se mantiene todos los beneficios fiscales». Así defendió Francisco Blanco lo que, «en un contexto inflacionista», considera, «de facto, una bajada de impuestos».
Y aquí viene el pero. La tasa de basuras. «Nos vemos obligados a recoger los ingresos de la tasa de basuras de Sánchez», dijo. «El sanchazo», lo calificó Jesús Julio Carnero. «Ustedes desde el Gobierno nos han impuesto la tasa de basuras», acusó Irene Carvajal. Que si hubiera sido por el anterior equipo de Gobierno, aventuró el alcalde, ya se habría pagado en 2024. Aunque lo cierto es que el tremendo 'marrón' de decidir con qué criterios y sistema de tarificación fijar esa tasa tampoco lo tenía muy claro el anterior equipo.
La tasa, recordó Rocío Anguita (Toma la Palabra), la va a ingresar el Ayuntamiento de Valladolid, en todo caso. «Van a recaudar 18 millones de euros», dijo, aunque según el equipo de Gobierno no supondrá un beneficio extra para las arcas porque se cobrará solo lo que suponga el coste del tratamiento de los residuos. Pedro Herrero (PSOE) también tiró de cuentas. «Impone la mayor subida de impuestos en 40 años. En 2025 va a recaudar más que nunca. Para nada. Porque los contribuyentes no van a obtener ningún beneficio adicional. Van a recaudar en tasas un 60% más que en 2023. Entonces, PSOE y Toma la Palabra ingresaban 35 millones, frente a 57,2 que ingresará el equipo de Gobierno de PP-Vox», señaló Herrero, que fue concejal de Hacienda durante esa etapa.
Las 19 enmiendas de Toma la Palabra no salieron adelante porque, señalaron desde el PP, algunas de ellas detraían los recursos de partidas que no se podían tocar. La de supresión del PSOE, tampoco.
En el apartado de murmullos, chascarrillos y teatrillo político, se registraron sobre todo dos momentos. Uno, cuando Pedro Herrero recordó que PSOE y VTLP gobernaron durante la pandemia. «El señor Puente, a pesar de la pandemia, ¿se acuerda usted de la pandemia, verdad?», dijo. Invectiva que estuvo a punto de hacer que Blanca Jiménez (PP) recordara el 'me gusta la fruta' de Isabel Díaz Ayuso. Francisco Blanco expresó su disgusto de otra manera en el turno de réplica: «La licencia que se permite de decir, con el alcalde presente, que si nos acordamos de la pandemia, hay que tener cuajo». Hay que recordar que Carnero padeció las consecuencias más graves del covid y pasó semanas intubado y con riesgo de perder la vida.
El otro punto de fricción vino cuando Rocío Anguita afeó que se mantuviera una partida de 150.000 euros para tauromaquia mientras se retiraba la ayuda para material escolar de la que se benefician «500 niños» en Valladolid y que no supera los 40.000 euros. Ambas cuestiones se integran en el departamento de Irene Carvajal (Vox), y esta defendió las ayudas al Foro Taurino. «Sí, señora Anguita, gobernamos nosotros, asúmalo».
Valladolid tiene, pues, presupuestos para 2025. Y siguen en el cajón algunas de las propuestas electorales, como el puente de Poniente, que solo cuenta con 40.000 euros para la redacción del proyecto, mientras se desarrollan algunas de las actuaciones que debían acelerarse para no perder los fondos europeos. De paso, también se habló del soterramiento y la integración. A escasas semanas de que Óscar Puente, ministro de Transportes, presente la nueva estación de trenes en superficie, el alcalde Jesús Julio Carnero insistía: «Este acalde cree en el soterramiento y no abandonamos el soterramiento de las vías del tren. Vamos a seguir luchando y a seguir en esa senda». La respuesta a la cuestión la brindó Herrero con la previsión de las cuentas municipales: «Ni un céntimo para su gran señuelo, su gran estafa. Y no será por falta de propaganda».
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