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Valladolid marca su mejor saldo migratorio desde la crisis de 2007 con más extranjeros y menos fugas a Madrid

La llegada de población desde otros países se ha acelerado después de la pandemia, con Colombia y Venezuela en cabeza

Víctor Vela

Valladolid

Viernes, 13 de diciembre 2024, 06:10

Los padrones en Valladolid se hincharon el año pasado gracias a la aportación de los nuevos vecinos que vinieron a vivir procedentes de otras comunidades autónomas y países. La provincia registró (con 5.938 personas) su segundo mejor saldo migratorio desde 2007 (el año inmediatamente ... anterior a la gran crisis económica). Esto supone que vienen a vivir a Valladolid más personas de las que se marchan, en un movimiento empujado por los aportes desde el extranjero (con Colombia, Marruecos y Venezuela en cabeza) y, en los últimos meses, sobre todo, por la mudanza desde otras provincias.

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Valladolid ha invertido la tendencia que vivió durante los años más duros de la recesión, cuando se redujo la llegada de población foránea (las altas tasas de paro frenaron los aportes desde el extranjero) y, al mismo tiempo, se aceleró la salida de vallisoletanos (sobre todo a Madrid). Ahora, no solo se ha incrementado la entrada de población desde otros países, sino que, además, Valladolid recibe más vecinos de otras provincias de los que se marchan fuera a vivir.

Son precisamente estos fenómenos migratorios los que consiguen compensar la pérdida de población que desde 2012 sufre Valladolid por causas estrictamente naturales. Si no fuera por los cambios de residencia, la provincia perdería vecinos, según reflejan los datos sobre migraciones publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El año pasado, nacieron 2.977 bebés en Valladolid. Murieron 5.130 personas. El saldo natural fue negativo. Por esta vía, el padrón perdió 2.153 vecinos. Sin embargo, hay formas de compensar este boquete demográfico. En 2023, recalaron en Valladolid 8.322 personas de otros países (y se marcharon al extranjero 3.875). El saldo en verde es de 4.447 personas. Pero, además, acogimos a 8.904 residentes procedentes de otras provincias, mientras que desde aquí salieron 7.413 a otros territorios del país. De nuevo, números en positivo, con un saldo interior de 1.491.

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En total, el padrón creció con la aportación de 5.938 personas. Estas cifras compensan con creces ese agujero de 2.153 habitantes menos por los fenómenos estrictamente naturales (nacimientos y defunciones), lo que demuestra la dependencia que tiene Valladolid de la emigración (tanto interior como exterior) para crecer en población.

Ese saldo migratorio de 5.938 registrado en 2023 mejora el dato de 2022 (fue de 5.427) y especialmente el de 2021, cuando todavía coleaban los efectos de la pandemia de la covid. Entonces, fueron 1.142 personas, debido a la menor movilidad ciudadana.

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Pero, ¿qué dicen las cifras sobre estos fenómenos? ¿De dónde vienen los nuevos vecinos de Valladolid? ¿Y dónde se van los vallisoletanos a vivir cuando deciden abandonar la provincia?

Población extranjera

Valladolid recibió el año pasado a 8.322 personas que habían nacido en otros países. Fueron casi 23 acogidas diarias. La cifra es superior a la de los años anteriores (7.652 en 2022 y 4.955 en 2021). Por países, destacan los llegados desde Colombia (1.750), que han registrado un importante incremento en apenas unos meses. En 2021 llegaron a Valladolid 583 personas desde ese país. Hoy son tres veces más. En segundo lugar se sitúa Marruecos, que también ha vivido un incremento (desde 734 a 979) y la tercera posición es Venezuela (que salta de 303 en 2021 a 823). En cuarta posición se coloca Perú, que también ha registrado un especial incremento en las llegadas, acentuado, según avanzan varias ONG de la ciudad, durante los últimos meses.

De esas 8.322 llegadas, 4.287 fueron hombres y 4.035 mujeres. Hay un factor relevante y es el de la edad media de esas personas foráneas que llegan a vivir a Valladolid. No solo insuflan vida a los padrones, sino que además los rejuvenecen. El principal tramo de edad de los recién llegados se sitúa entre los 30 y 34 años (1.046 personas), seguido de quienes están entre 25 y 29 (1.029). Son, por lo tanto, jóvenes que en muchos casos forman después en Valladolid su familia. De hecho, casi uno de cada cinco nacidos el año pasado en la provincia eran hijos de madre extranjera. La edad media de los extranjeros que quienes llegan de otros países a Valladolid es de 31,97 años.

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Por municipios, el mayor punto de acogida fue la capital. Aquí se instalaron 5.825 personas (siete de cada diez). El resto, encontró hogar en la provincia, con los municipios más poblados en cabeza (Medina, Arroyo y Laguna). Después se sitúa Íscar, que recibe, porcentualmente, más población foránea que otras localidades más grandes, como La Cistérniga. En la siguiente tabla, puedes consultar cuántas personas extranjeras se instalaron en cada municipio de la provincia durante los tres últimos años.

Este movimiento con el exterior también de registra en sentido contrario. Así, durante el año pasado hubo 3.875 vecinos de Valladolid que se marcharon al extranjero. Aquí se incluyen tanto a aquellos que regresan a sus países de origen (durante los últimos años esto se ha dado a menudo entre ciudadanos originarios de Bulgaria y Rumanía) como a los españoles que buscan fortuna y una mejor carrera profesional en fuera de España.

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Los países de la Europa del Este encabezaron este listado también en 2023. Durante el año pasado, hubo 550 residentes en Valladolid que se marcharon a Rumanía y 517 que emigraron a Bulgaria. En tercer lugar están las salidas hacia Marruecos (364). Entre los países que acogieron a vallisoletanos por motivos de trabajo están Francia (150), Reino Unido (143), Estados Unidos (121) o Alemania (92).

Bulgaria y Rumanía fueron los principales destinos de vallisoletanos que se marcharon al extranjero

A partir de los datos anteriores de países de procedencia y de esta tabla de países de destino, es posible fijar el saldo migratorio que registra en Valladolid cada una de estas naciones. Así, Colombia se mantiene como la que más aportaciones absolutas hace al padrón (1.529 en un año). Pero el segundo lugar no es para Marruecos (como en el número de llegadas), sino Venezuela (ya que no es tan elevado el número de personas que se va desde Valladolid al país sudamericano). Entre los países con saldo negativo (se van más personas de las que vienen) están Bulgaria (-208), Rumanía (-172) y a gran distancia Bélgica (-39), Suiza (-31) o los países nórdicos. La edad media de quienes se marchan al extranjero es de 31,58 años.

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Movimientos entre provincias

Los otros movimientos migratorios son los que se generan entre provincias, con variaciones de residencia dentro del país. De forma mayoritaria es por motivos de trabajo, aunque también puede haber cambios de empadronamiento por mudanzas vinculadas con estudios de larga duración o, en el caso de personas mayores, para disfrutar de la jubilación en una provincia distinta a la que se ha trabajado durante años. En estas migraciones interiores, Valladolid ha vivido siempre un fenómeno doble que casi siempre se compensaba. Por un lado, la ciudad del Pisuerga es aspirador demográfico para las provincias de su entorno (con Palencia y Zamora en cabeza). Por otro, muchos vallisoletanos, sobre todo jóvenes, se marchan a otros territorios (especialmente Madrid) para labrarse un futuro laboral. Durante la crisis de 2008, la balanza se desequilibró hacia las salidas de la provincia. Ahora, son ligeramente superiores las llegadas a Valladolid.

En 2023, 8.904 personas recalaron aquí procedentes de otras provincias. Los mayores aportes se produjeron entre los que dejaron Madrid (1.785), Palencia (592), Salamanca (480) y Zamora (456).

En sentido inverso, hicieron la maleta 7.413 personas que hasta ese momento habían vivido en Valladolid y que en 2023 decidieron mudarse y abandonar la provincia. La mayoría se fue a Madrid (1.270), pero aquí destaca un dato importante. Este flujo hacia la capital registró el año pasado una importante caída respecto al año anterior. En 2022 se marcharon 1.585 vallisoletanos a Madrid. En 2023 fueron 1.270. Después, son provincia de destino Palencia (450) y León (408).

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En este caso, también puede establecerse un baremo entre salidas y llegadas para ver cuáles son las provincias que más población aportan al crecimiento de Valladolid. Y destaca Madrid. Son más los que han venido desde la capital de los que se van (515). Este saldo es también positivo con casi todas las provincias. Los territorios de costa y de vacaciones son los que lastran este crecimiento. Así, se va más gente a Valencia de la que viene (por ahí perdemos 105 vecinos) y lo mismo ocurre con Alicante (68), Castellón (45) o Málaga (41). Valladolid tiene una mejor tasa de inmigración (17,02 por cada mil habitantes) que de emigración (14,17 por cada mil).

El caso de Madrid es significativo. La relación tradicional era de saldo negativo (se marchaban a vivir a Madrid más de los que venían aquí). Sin embargo, desde la pandemia esa tendencia ha mutado. En los años posteriores a la crisis económica de 2008 y hasta 2020, más de 1.500 vallisoletanos se mudaban cada año a Madrid. Sin embargo, era muy inferior el número de madrileños que venían a vivir a Valladolid. Desde 2018, este fenómeno ha sido más acusado. Desde la asociación de usuarios del Ave aseguran que unas buenas conexiones de alta velocidad son claves para retener población junto al Pisuerga y esta puede ser una clave que apunte en esa dirección.

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También influye el establecimiento en Valladolid de empresas consultoras, que dejan su sede en Madrid. Pero, aunque el INE no discrimina por nacionalidad, es también muy frecuente el siguiente caso: extranjeros que entran en España por Barajas y que, después de probar suerte sin éxito en Madrid, deciden apostar por otras provincias donde, por ejemplo, la vivienda está más barata. Esto ayuda a explicar el importante incremento registrado en los dos últimos años, cuando la llegada de extranjeros se ha reactivado.

Por edades, el saldo exterior está más rejuvenecido (el máximo está entre 30 y 34 años) que en el interior (con pico entre 35 y 39 años).

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