Secciones
Servicios
Destacamos
En el tardeo vallisoletano no existen las edades. Están los que peinan canas en un porcentaje elevado de su cabellera y los que calzan corte de pelo de futbolista por eso de imitar a sus ídolos. Y mucho menos si se habla del tardeo de ... Nochevieja. 'Tardevieja' lo han bautizado unos; vermú torero el último día del año, lo llaman otros. Sea como fuere, Valladolid se echó a la calle antes de despedir el año y tomarse las doce uvas con la única intención de disfrutar. Daba igual la amenaza de cuatro gotas (la cual no se consumó) o que el termómetro no superase los 10 grados. No hay mejor paraguas que una copita de champán ni mejor abrigo que un ron-cola.
Con esa premisa, el centro de la capital se colapsó. Principalmente, los locales de hostelería. Había que sacar codo en las barras al estilo Sergio de la Fuente en busca de un rebote y hacerse fuerte en la zona de pedir para no desaprovechar que el camarero andaba cerca. Y esa era la tónica (con ginebra) habitual en los rincones del ocio de Valladolid. Ya fuera Cantarranas, calle Cascajares o la plaza de Coca. A ojo de buen cubero parecía que esta 'Tardevieja' aglutinaba a más personal que los días de ferias con las casetas ocupando gran parte del suelo público.
Pero en esta ocasión no había que llenar el estómago con productos sólidos. Eso llegaría después en un ambiente más familiar y con comida por arrobas.
Noticias relacionadas
Porque hace ya años que empalmar la comida del 31 de diciembre con alguna consumición mientras se pone el sol es ya casi una tradición. «Los hábitos de consumo han cambiado en todas las ciudades. Y en Valladolid eso se ha consolidado. Las comidas y los vermús son más frecuentes y la gente está optando por esta modalidad. Las personas se quieren reunir para despedir el año», agrega en mitad de una jornada frenética el presidente de la Asociación de Hostelería de Valladolid, Jaime Fernández, que recalca que estas horas de fiesta no restan público a la Nochevieja.
«Esto no quiere decir que el ocio nocturno vaya a desaparecer. Es un complemento más a lo que tenemos en Valladolid. La noche es muy larga y a estas horas se apura lo justito para irse a cenar con la familia. Luego también se disfruta de la primera noche del año nuevo», añade.
Y en esas estaba esta tarde el grupo de amigos de María Hortigüela en la plaza de Coca. Apuraban unos vinos y unos 'whiskys', rodaja de naranja incluida («dice mi madre que tengo que comer fruta»), con pelucas en la cabeza y con la intención de que no decayera la tarde. «Iremos a cenar y por la noche continuaremos», recalcaban en una terraza y sin temor a las temperaturas.
Cerca de ellos, en el Pico Fino y de una forma más pausada, se hallaba el grupo de Tina. Salieron por la mañana y continuaron, casi sin querer, con una comida que se les había alargado hasta pasadas las 17:00 horas. Es un día especial y por eso brindaron en varias ocasiones (una de ellas para inmortalizar una fotografía para El Norte) por un feliz 2024.
Y mientras los grupos de personas empezaban a agolparse en busca de mesas y sillas, había un local hostelero que despedía ya el año. Era el caso del Villa Paramesa, que, tras las comidas del mediodía, decidían poner punto final al 2023. «¿'Tardevieja' lo llaman ahora?», preguntaba uno de los camareros mientras afrontaba las últimas horas de trabajo del año.
Una estampa que se repetía por todo Valladolid mientras la noche hacía acto de presencia. No pasaba nada. Había calefactores por casi todas las terrazas, en las que se escuchaba de forma manida los 'felices años'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.