Se acabó. El Ayuntamiento de Valladolid se ha cansado de los incívicos que no usan el punto limpio ni el servicio de recogida de enseres a domicilio y prefieren tirar sus desperdicios de grandes dimensiones en zonas apartadas de la ciudad, lejos de los ... ojos inquisidores de otros vecinos. Zonas como el camino Palomares, el camino de Renedo, el camino Hornillos o Soto de la Medinilla amanecen día sí y día también llenas de escombros, enseres y basura. Pero la Concejalía de Salud Pública y Seguridad Ciudadana está tratando de frenar estas conductas con la ayuda de los drones de la Policía Local, que patrullan estos 'puntos sucios' de la capital en busca de los infractores.
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Hasta 17 son las zonas que se está encargando de vigilar la unidad de drones gracias a esta iniciativa, que forma parte del Plan de Escombreras. El concejal Alberto Palomino asegura que, dadas las circunstancias, es tan importante limpiar como evitar que estas zonas se vuelvan a ensuciar. Por esta razón han optado por esta medida disuasoria, que anuncia en grandes carteles sanciones de hasta 5.000 euros para aquellos que decidan tirar basura o escombros en estos puntos. «Llevamos un tiempo haciendo vigilancia con drones y este mes hemos decidido señalizarlo para que la gente sepa que se arriesga una multa importante si decide tirar desperdicios en estos puntos de la ciudad», explica el concejal, quien señala que desde que se ha puesto en marcha este servicio de vigilancia se han tramitado seis denuncias.
Controlar que se cumple la normativa en 17 puntos ubicados en diferentes lugares de la capital no es fácil, por lo que la Policía Local tiene establecidos unos criterios muy claros a la hora de patrullar de forma aérea y telemática con estas pequeñas aeronaves no tripuladas. «La Policía tiene una planificación en función de los lugares en los que se está tirando más basura y actúan dependiendo a esos criterios», apunta el concejal de Salud Pública y Seguridad Ciudadana.
Alberto Palomino
El artículo 13 de la Ordenanza de Protección de Medio Urbano tipifica como infracción grave el depósito de basura y otros desechos fuera de los espacios autorizados. La sanción prevista oscila entre los 750 y los 1.500 euros. No obstante, «con la nueva Ley de Residuos todas las ordenanzas van a cambiar y se endurecerán las multas», adelantan desde el Ayuntamiento, que han trabajado con tanta previsión que en los carteles disuasorios anuncian sanciones de hasta 5.000 euros.
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En 2021, sin la colaboración de los drones, la Policía Local tramitó un total de 160 denuncias por estas conductas, más fáciles de detectar en núcleos poblados, donde la presencia de patrullas es mayor, que en descampados y espacios sin desarrollo urbanístico, en los que, con nocturnidad y alevosía, muchos aprovechan para desprenderse de los restos de obras domésticas, colchones y otro tipo de mobiliario.
Acabar con estos vertederos ilegales es fundamental, como es lógico, para evitar insalubridad y plagas en estas zonas, pero también lo es para que dejen de repetirse una y otra vez incendios en estos puntos. Según datos aportados por el 112, en el vertedero ilegal de Juana Jugán, el mayor de la ciudad, ha obligado a los Bomberos a realizar una decena de salidas en lo que va de año, lo que repercute en el servicio, tal y como reconoce su jefe, Javier Reinoso. «Puede suceder que una intervención en esta zona -en la que más del 80% de los incendios son provocados- se solape con otra llamada que nos requiera desplazarnos. Necesitamos concienciar a la ciudadanía para que esto deje de suceder», incide Reinoso.
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Otro problema derivado al que se tienen que enfrentar los Bomberos cuando acuden a apagar incendios en estas escombreras y vertederos ilegales tiene que ver con los daños que sufren los camiones para llegar al punto en el que se ha originado el incendio. Sus caminos están jalonados de toneladas de residuos, en su mayoría, procedentes de alguna fábrica de colchones y sofás, aunque también hay piezas de automoción (ruedas, paragolpes, parabrisas...), escombros de obras, muebles viejos y un largo etcétera de desperdicios. «El acceso para nuestros vehículos a estas zonas es complicado. En varias ocasiones nos han generado daños en las ruedas porque se vierte todo tipo de material», afirma el jefe de Bomberos de Valladolid.
Y para evitar todos estos problemas, el Ayuntamiento lleva años luchando, por tierra, contra los que tiran residuos en las escombreras ilegales. Ahora también lo hace por aire, pero parece que la sensibilización está tardando en llegar. Prueba de ello es la imagen que acompaña a estas líneas, tomada esta mañana en el camino Palomares, en la que se pueden ver varios sacos de escombros junto al cartel que anuncia sanciones de hasta 5.000 euros para los autores de estas prácticas.
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