El proyectista Javier Bolado y el decorador Diego Blanco muestran esta impresionante vivienda. Foto y vídeo: R. Ucero
Bienvenidos a mi casa

Vivir en la Casa Mantilla: el piso imponente que fue destruido por una bomba

Los elementos arquitectónicos y decorativos utilizados en esta vivienda abrazan la naturalidad a base de utilizar el blanco en suelo, techo y paredes

Laura Negro

Valladolid

Lunes, 9 de octubre 2023, 00:03

Desde que estrenamos la sección 'Bienvenidos a mi casa', han sido muchos los lectores que han pedido que les mostráramos alguna vivienda singular en uno de los edificios más emblemáticos de Valladolid: la Casa Mantilla, que ocupa la manzana situada entre las calles Acera ... de Recoletos, Miguel Íscar, Marina Escobar y Mantilla. Este imponente edificio es una joya arquitectónica que mandó construir en 1891 el comerciante cántabro Fidel Recio Mantilla al renombrado arquitecto Julio Saracíbar, autor también de la Casa Zuloaga en Vitoria, el Palacio Letona en Bilbao y a Casa Resines en la capital vallisoletana (esta última reconocible por su distintiva fachada amarilla en la Acera de Recoletos). La Casa Mantilla fue pionera en muchos sentidos. En ella se instaló, en 1892, el primer ascensor de la ciudad y dispuso de electricidad y sistemas de ventilación directa en todos sus hogares, características verdaderamente innovadoras para su tiempo.

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La vivienda singular que hoy nos ocupa ha sido recientemente reformada por el estudio de JBS Arquitectura y decorada por Arte Industrial, ambas empresas ubicadas en Valladolid. Nos reciben su proyectista Javier Bolado y su decorador Diego Blanco, dispuestos a mostrar cada rincón de esta gran casa. Tras ellos, distinguimos las letras de neón azul en el que se puede leer 'Bienvenidos a nuestra jungla'. La casa, de entrada, ya promete. Al cruzar el umbral, la primera impresión es la de entrar en un espacio fluido, amplio y abierto. El suelo corrido, de microcemento blanco, realza la elegancia e ilumina cada estancia, con un contraste armonioso con los techos altos, de hasta tres metros, típicos de un edificio de la solera de la Casa Mantilla. El rodapié está encastrado e iluminado. Destacan las puertas, majestuosas por su altura, que se funden con las paredes y el techo, lo que contribuye con esa sensación de continuidad. Mientras que las cristaleras de corredera, ubicadas estratégicamente en algunas de las estancias, permiten la entrada de la luz natural y aportan más amplitud, si cabe.

Parece increíble que este piso de exquisito diseño, en los años de la Guerra Civil, fuera testigo directo de la contienda. Allí mismo, en el salón, el 8 de abril de 1937 impactó una bomba de un avión republicano. Lo que dejó una cicatriz indeleble en su estructura. «Este edificio y esta vivienda son historia pura. Cuando ejecutamos la obra nos dimos cuenta de que los ventanales que dan a la calle Miguel Íscar, estaban todos recuperados, porque la bomba había ido cayendo planta por planta, hasta detonar aquí mismo. Es una vivienda histórica y por tanto, hemos tratado de respetar los diseños y acabados, para que vaya en consonancia con la historia de la ciudad y del edificio burgués en el que nos encontramos», señala Bolado, autor del proyecto de reforma.

La casa fue destruida por una bomba durante la Guerra Civil. El Norte

Vemos grandes ventanales, en los que los elementos modernos conviven de forma armónica con otros históricos, como las molduras y las contraventanas. «Todo ha sido desmontado pieza por pieza y encolado por ebanistas con colas de origen animal. La carpintería exterior estaba en tan mal estado que no se pudo recuperar, pero se creó específicamente para esta vivienda, para que guardara sintonía con el resto del edificio», añade este proyectista.

La selección de muebles tampoco se ha dejado al azar. Es toda una declaración de estilo y sofisticación. Cada pieza ha sido cuidadosamente elegida para que aporte funcionalidad y estética al mismo tiempo. Destaca un llamativo sofá verde con flecos. Una obra de arte en sí misma. «La decoración está todavía en proceso. Nos falta por colocar algunos elementos, principalmente lámparas que darán el toque final a la estancia. Es una decoración ecléctica y moderna, pero mirando siempre al pasado. Hemos utilizado elementos de art déco. También hemos aprovechado los ladrillos originales como elemento decorativo y estamos viendo como integrar la vieja chimenea original de la casa, dentro del conjunto», indica Blanco.

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Esta vivienda presume de una decoración ecléctica con toques de art déco R. Ucero

Del salón pasamos a la cocina y lo hacemos atravesando un impresionante arco que, para su restauración, tuvo que ser desmontado pieza por pieza y bajo el cual, se han colocado unas puertas correderas de cristal. La cocina se encuentra en el espacio que antaño ocupaban dos de las alcobas de la casa. Está distribuida de tal manera que más que una cocina es un espacio social y llama especialmente la atención, su suelo de cerámica, en tonos alegres, que rompe con el clasicismo del blanco. Cada pieza, pintada a mano, es un lienzo que infunde vitalidad y personalidad a este rincón de la casa. Los muebles, en verde oscuro, también son rompedores. Sin duda, una elección audaz que contrasta con los colores vibrantes del suelo y del rosa de la isla, creando una armonía visual tan sorprendente como acogedora. «No queríamos meter una campana extractora que cortase la vista del frontal y por ello, instalamos una placa de inducción que realiza la extracción de los humos. Es una solución mucho más estética y eficiente», apunta Blanco.

«Todos los mecanismos y enchufes están diseñados específicamente para esta vivienda. Son en color blanco y dorado cepillado y son inteligentes. Una maravilla»

Atravesamos otra impresionante puerta corredera de cristal, esta vez con marco y refuerzos en latón, y llegamos al distribuidor para el que se ha recuperado toda la línea de pilares originales del edificio, debidamente tratados y recuperados. La tecnología lumínica se integra en la esencia misma de la decoración. Líneas limpias y minimalistas consiguen ocultar discretamente la infraestructura técnica que funciona con sensores de movimiento, de forma que se minimiza el desperdicio de energía. Cabe destacar que todos los mecanismos y enchufes están diseñados específicamente para esta vivienda. Son en color blanco y dorado cepillado y son inteligentes. Una maravilla.

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El baño de cortesía de esta vivienda es amplio y vistoso, con piezas de marmoleado elaboradas a medida. Lo preside una bañera exenta, un mueble volado, el inodoro colgante y una grifería saliente desde el espejo. Todo con líneas muy curvas propias del art déco. «Este baño es la muestra del trabajo tan delicado que se ha hecho en esta vivienda», dicen los impulsores de este proyecto de reforma.

La siguiente estancia es un dormitorio de invitados con pared de ladrillo original, dos pilares y una fosa de iluminación. Entre los elementos de decoración modernos brilla con luz propia un mueble-baúl de espejos, muy antiguo, y que los propietarios han recuperado de la vivienda original. Enfrente encontramos otra sala actualmente habilitada como despacho y con puertas correderas de cristal con canto metalizado en negro. «Aquí el principal elemento decorativo es el propio techo, con un original foseado con espejos y vidriera que exigió un enorme trabajo de diseño», indican Bolado y Blanco.

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Al fondo del distribuidor, vemos una gran puerta pivotante de eje vertical y tiradores de latón que da paso al dormitorio principal en suite, con baño y un gran vestidor. La estancia se divide en dos zonas bien diferenciadas, la de descanso y otra zona de relax con un mueble de pladur con varias hornacinas y una original chimenea de agua, que da mayor calidez al ambiente. Al fondo, además, a través de un enorme ventanal se divisan las vistas de la propia fachada del edificio hacia la calle Mantilla y que pueden ser consideradas como un elemento decorativo más.

Un baño y vestidor con impresionantes vistas

El baño no es apto para personas pudorosas ya que todo su frontal está formado por el enorme mirador, el original de la vivienda, que está completamente restaurado. El espacio de la doble ducha, que tiene un revestimiento de gresite en rosa, muy llamativo y brillante, dispone de hornacinas y perchas para hacerlo más cómodo. El gran frente lo conforman dos lavabos tipo bola con dos espejos iluminados que vuelven a recordar al art déco, y un mueble de pladur apoyado en dos grandes esferas. Este gran baño se completa con un inodoro tecnológico y programable. Allí mismo encontramos también, la entrada al enorme vestidor con una altura de tres metros, que combina la funcionalidad con el lujo en cada detalle. Su diseño está cuidadosamente pensado para maximizar el espacio y la organización, sin sacrificar el estilo.

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Si quieres conocer otras viviendas singulares de Valladolid, solo tienes que pasarte por nuestra sección 'Bienvenidos a mi casa' y descubirás espacios muy, muy originales como la de Fernando, situada en el Edificio de la Unión y el Fénix, un dúplex invertido en la calle General Almirante o un local reconvertido en vivienda en la calle Colmenares. ¡No te las pierdas!

Características

Año de construcción: 1891

Año de remodelación: 2023

Tipo de inmueble: Piso de 200 metros cuadrados con dos habitaciones, dos baños, vestidor, despacho y un gran salón. Decoración ecléctica y moderna, con elementos de art déco.

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