Valladolid

La VA-20 reverdecerá con más de 40.000 árboles y arbustos en sus 8,5 kilómetros

Serán, en su mayoría, especies autóctonas, como encinas, pinos y espinos blancos, las que jalonen esta suerte de corredor verde en el que se invertirán cerca de 1,1 millones de euros y que se sumará a las obras en marcha para reducir ligeramente el ancho de los dos carriles de la VA-20, acoplar un carril bici -desde la avenida de Zamora hasta la salida a la A-62 por el norte-, reducir la velocidad de 80 a 50 kilómetros por hora, habilitar los pertinentes parterres para su ajardinamiento (independientes del corredor verde) y reparar el firme de las aceras.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento, en cuanto al denominado 'corredor ecológico interior' de la VA-20, ha dado este lunes el primer paso para su creación con la aprobación del expediente de contratación de las obras, por un importe de 1.089.891 euros (IVA incluido), con el objetivo de que los trabajos puedan comenzar antes de fin de año y que estén listos en un plazo de doce meses, es decir, en el mes de diciembre de 2025.

De manera que las obras de renaturalización de las rondas interiores este (de la carretera de Segovia a la de Soria) y norte (de la carretera de Soria a la salida hacia Burgos) coincidirán en el tiempo con los trabajos de urbanización que se están ejecutando prácticamente en el mismo tramo por parte de los operarios del Servicio de Conservación de Carreteras del Ministerio de Transportes.

Las obras de 'humanización' comenzaron el pasado 25 de septiembre, con un primer corte, en principio de dos meses, del carril izquierdo entre la intersección con el camino de Hornillos (Las Flores) y la salida hacia la A-62 (pasada la planta de Michelin), y tienen una duración prevista de 19 meses para las distintas fases, es decir, que el nuevo diseño de la ronda interior completa (una vía que por ahora carece de nombre como tal) estaría listo en toda su extensión en torno al mes de abril de 2026. El presupuesto global de esta intervención alcanza los 12,75 millones de euros.

Los trabajos del 'corredor verde', cuyo coste de 1,1 millones es independiente del asignado a las obras de reurbanización (o 'humanización'), contemplan la plantación de 41.961 árboles y arbustos sobre una superficie que alcanzará las 31,20 hectáreas para abrir así senderos de sombra en las dos márgenes de las aceras de las rondas, así como en sus medianas y rotondas, a lo largo de sus 8,5 kilómetros de extensión. Este proyecto, además, conlleva dos intervenciones paralelas para habilitar conexiones con otros espacios naturales (2.600 árboles a mayores) y la creación de dos 'bosques isla' en dos parcelas de 1.500 metros cuadrados (otros 800 árboles).

El inicio de los trabajos se prevé para finales de año con el objetivo de realizar las plantaciones y siembras en otoño y invierno (antes de finales del mes de febrero) y facilitar así «la viabilidad de las especies», según han informado hoy fuentes municipales, que aclaran que este proyecto de renaturalización paralelo al de 'humanización' se enmarca en el plan 'Valladolid, caminos de biodiversidad humana (VA Biodiversidad)', que cuenta con financiación europea (fondos Next Generation) y el apoyo del Ministerio de Transición Ecológica y del plan de recuperación, transformación y resiliencia.

El futuro 'corredor ecológico', según apuntan desde el Ayuntamiento «servirá de hilo conductor dentro de la trama urbana de espacios naturales, conectando, por un lado, los espacios verdes próximos a las rondas (cerro de San Cristóbal, El Tomillo y el parque de La Ribera de Castilla) y, por otro, las vías naturales de la ciudad (acequias de Valladolid, Canal del Duero y ríos Esgueva y Pisuerga).

Así, añaden las mismas fuentes, se incorporarán estos espacios de biodiversidad «como una parte más de la ciudad, realizando plantaciones con especies autóctonas que generarán nuevos caminos de sombra y 'espacios-isla' en el interior de la zona urbana consiguiendo una conectividad integral entre todos los espacios».

En cuanto a las plantaciones en sí de los más de cuarenta mil ejemplares, se seguirán «criterios de renaturalización para restablecer así las funciones ecológicas, la biodiversidad y las redes tróficas y limitar la presión humana sobre el territorio y la explotación del resto de especies».

Todo ello se traducirá en la creación de tres ejes verdes en torno o dentro de las dos rondas: el primero abrirá un corredor verde transitable en las márgenes de las aceras, así como la plantación de arbolado y arbustos en las medianas, «sin interferir en la calzada y la señalización; el segundo contempla el ajardinamiento de las rotondas para crear 'jardines de lluvia' con árboles en el centro de las mismas y aromáticas en los bordes de la calzada; y el tercero incluye plantación forestales en «superficies marginales de la vía».

De manera que entre finales de 2025, cuando concluya la intervención del corredor verde, y la primavera de 2026, cuando finalicen las obras de urbanización paralelas, las rondas interiores este y norte (VA-20) están llamadas a convertirse en una avenida urbana, en la línea de la avenida de Zamora y de su prolongación (por el oeste) hacia la calle Manuel Jiménez Alfaro (Parquesol), eso sí, sin una denominación que presumiblemente tendrán en un futuro próximo para integrarlas definitivamente en el callejero de la capital.

Así ocurrió con la propia avenida de Zamora a comienzos de siglo y así ocurrió en la década de los noventa con la antigua circunvalación (el actual paseo de Juan Carlos I). La futura avenida, sea cual fuere su denominación, será un corredor arbolado y 'paseable' en sus más de ocho kilómetros de extensión, con un carril bici bidireccional adosado a la acera de 2,3 metros de ancho y dos carriles más estrechos en cada sentido para los vehículos con la velocidad limitada a 50 kilómetros por hora. El conjunto de la intervención supondrá una inversión global de 13,8 millones de euros. Para verla completa, eso sí, tendrán que pasar, en principio, un año y medio.