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El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ultima la redacción del proyecto de «humanización» -así lo llaman- de la VA-20, conocida como la Ronda Este: nueve kilómetros que circunvalan Valladolid desde la rotonda de la Carretera de Segovia hasta la Autovía de Castilla ( ... A-62). Los responsables de este departamento del Gobierno central han mantenido una reunión este viernes con la Concejalía de Planeamiento Urbanístico para exponer las líneas generales de una obra que pretende convertir este arco en un espacio transitable no solo para vehículos a motor, sino también para peatones y ciclistas.
El plan contempla que este cinturón de circulación gane aceras, principalmente en los tramos coincidentes con zonas habitadas, para permitir que los viandantes puedan moverse con seguridad por las márgenes de la carretera. A esto se añade la creación de un carril bici continuo y una intervención general para su renaturalización, con la plantación de arbolado y la creación de zonas ajardinadas, cuyo objetivo es romper con la dureza del gris asfalto. La intención es crear unas sendas paralelas a la VA-20 para que estos tráficos que queden protegidas de flujo circulatorio y permitan una movilidad alternativa en una vía que ya ha sido absorbida dentro de la mancha de la ciudad. «Se trata ya de una ronda netamente urbana donde favorecer otros tipos de movilidad es lo propio», destaca Manuel Saravia.
Estas nuevas prestaciones, no obstante, no restarán en absoluto capacidad a la vía, que mantendrá los dos carriles por sentido, según ha acotado el edil de Urbanismo, quien no ha aportado más detalles a la espera de conocer el proyecto definitivo. Ambas administraciones estarán coordinadas para ejecutar esta actuación al desarrollarse en algunos espacios de terreno de titularidad municipal. Se pagará con fondos europeos y, por tanto, su inicio, aunque no será inminente, no se prolongará demasiado en el tiempo, ya que estas inyecciones monetarias de la UE llevan aparejadas la obligación de que estén concluidas en diciembre de 2025 como muy tarde. En principio y a expensas de conocer las fases de ejecución, la obra no afectará al tráfico al llevarse a cabo en las franjas paralelas.
En el mismo recorrido, pero ya en la avenida de Zamora, está pendiente la que quizá sea la obra más necesaria en esta circunvalación. Se trata del túnel para aliviar los atascos en la rontonda de Colegio San Agustín. En este caso, el Ayuntamiento ya ha hecho los deberes, pero queda negociar con el mismo Ministerio para ponerla en marcha al ser la Carretera de Madrid de titularidad estatal.
El anteproyecto redactado por la empresa Consulting de Ingeniería Civil SPL contempla la construcción de un paso subterráneo de 370 metros de longitud y un solo carril, que dará la posibilidad a los coches y camiones que lleguen desde Laguna de Duero a circular bajo tierra para salir, tras un giro a la izquierda en el interior de este canal, hacia la avenida de Zamora en dirección al polígono de Argales. El coste estimado de la infraestructura alcanza los 4,3 millones de euros. «Se está pendiente de llegar a un acuerdo con el ministerio para firmar un convenio y acometer la obra», señala el concejal, una solución para la que habrá que esperar al próximo mandato municipal.
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