Casi tres años de instrucción que se asoman a un juicio con jurado popular

Un largo y tedioso procedimiento de instrucción al que se han aportado decenas de informes, contrainformes, pruebas periciales de todo tipo, recursos de una parte y de la otra... y hasta un reciente cambio de jueza que llevaba el caso cuando a esa línea de investigación poco o nada quedaba por aportar. Era el momento de resolver y eso le ha tocado a otra magistrada, sustituta en Instrucción 5, que se ha tenido que empapar de todo el caso en seis semanas para dar un empujón al procedimiento con ese futurible jurado popular.

Aun así, ese avance en el caso no ha variado ni un ápice la postura del sospechoso. Sigue en calidad de investigado y sobre él no pesa aún ninguna imputación. Situación que puede cambiar el próximo 20 de diciembre, nueva fecha clave en la que presumiblemente la acusación particular, ejercida por la familia de Esther López, solicite nuevamente el ingreso en prisión.

Esa máxima siempre ha sobrevolado durante la investigación, más aún cuando la UCO de la Guardia Civil presentaba su informe con todo tipo de detalles de lo ocurrido el día de la desaparición de la vecina de Traspinedo. El relato de los hechos apunta en la dirección de Óscar Sanz, la última persona que se conoce que vio con vida a Esther López. Le acusaba de atropellar, huir y ocultar el cadáver. Lo tildaba, la UCO, tras un «arrebato en caliente» en las inmediaciones de una residencia familiar de Óscar en Traspinedo.

Además, para apuntalar, la Guardia Civil solicitó al Equipo de Reconstrucción de Accidentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ERAT) la ampliación del informe pericial que ya había elaborado en enero de 2022 para comprobar la compatibilidad entre el escenario, el atropello, la velocidad y la aceleración con los nuevos datos obtenidos. Porque, como consecuencia del atropello, Esther se quedó «sin posibilidades de defensa, desamparada y a merced de su agresor, imposibilitada de obtener ayuda de terceras personas, sin capacidad real de oponerse y con sus efectos personales dispersos en el escenario».

Eliminaba todo rastro de un posible homicidio imprudente. Había intención de matar, decía el Instituto Armado en una documentación que se presentaba de vital importancia. Ese informe es el que más relevancia ha tenido hasta la fecha dentro de la instrucción. Se ha convertido en una especie de Biblia para las acusaciones particular y pública, lo que ha derivado que hasta la fiscal jefe pidiera el ingreso en prisión de Óscar Sanz bajo fianza de 20.000 euros el pasado 15 de diciembre. Aun así, la que era titular del juzgado no lo consideró oportuno y estableció medidas cautelares, vigentes en la actualidad, como la retirada del pasaporte y pasar por dependencias de la Guardia Civil semanalmente.

Durante estos casi tres años, la defensa del sospechoso se ha centrado siempre en rebatir todo eso que aportaba la Guardia Civil. La última vez que se ha declarado inocente fue este viernes a través de un comunicado. Incidía en que el informe de la fiscal jefe se «descartan» numerosas pruebas e indicios, como las partículas de color azul localizadas en el pantalón de la víctima o las piedras localizadas en el abrigo de Esther. «Seguimos insistiendo en que la investigación no ha sido la adecuada ya que se ha partido del objetivo de que Óscar era culpable y se ha forzado el resultado de las diligencias de investigación para llegar a ese objetivo pretendido». De este modo, lamentaba encontrarse ahora con un «cierre precipitado» de la instrucción y la «denegación» de diligencias que vulnera su derecho a la defensa cuando se han aportado informes que «ponen en duda» las conclusiones del informe de la UCO.

Como ejemplo se destacaba que «no se ha tenido en cuenta» el informe pericial que concluye «que el vehículo de Óscar no presenta daños compatibles con un atropello a 45 kilómetros por hora, que afirma también sin ningún género de dudas, que ese vehículo no ha atropellado a nadie», a lo que ha sumado, entre otros aspectos, que «se dice que Óscar y Esther están juntos por el posicionamiento de sus móviles, pero no se explica cómo estando juntos, las antenas que dan cobertura a sus móviles son diferentes».

Su defensa siempre ha versado en estos términos y en que él, la noche del suceso, dejó a Esther y se fue a su casa a dormir. Afirma que nunca más supo algo de Esther López.

La larga instrucción del caso, cuyas decisiones judiciales han sido noticias a nivel nacional, retrotrae cada poco tiempo a la sociedad a esos largos enero y febrero de 2022. Traspinedo, Valladolid y España se sobrecogieron en la interminable búsqueda de la vecina. Su cuerpo apareció en una cuneta de acceso al municipio el 5 de febrero de ese año, 23 días después de la desaparición. El mismo punto, engalanado con flores y fotografías de ella, que desde entonces siempre implora justicia para Esther López.

Casi tres años de un recorrido al que todavía le quedan varios episodios por escribir hasta que Óscar Sanz sea declarado culpable o no culpable.