El tirón de los pisos ilegales penaliza las cifras oficiales de turismo en Valladolid

Las cifras que maneja el INE aluden a las personas que se hospedaron en los 41 establecimientos (hoteles y hostales) reglados (2.165 habitaciones, 4.079 plazas estimadas). Y estas han bajado por la competencia (en ocasiones desleal) que ofrecen otro tipo de negocios, como los apartamentos turísticos, que viven también en Valladolid un momento dulce.

¿El problema? Que no todos están dados de alta en el registro de la Junta y que, por lo tanto, operan en la economía sumergida. La web más importante del sector, Airbnb, mantiene activas 267 viviendas que ofrecen alojamiento en Valladolid. En el listado oficial de la Junta están legalmente establecidas 132 (y la estadística dice que allí se hospedaron entre enero y noviembre del año pasado 9.949 viajeros, con 30.552 pernoctaciones). Hay, por lo tanto, más de la mitad que operan al margen de la legalidad... y de estas no hay datos.

La concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, recuerda que el número de pisos pirata «ha crecido de una forma exponencial en los últimos dos y tres años, precisamente a resultas de que el turismo estaba tirando en Valladolid». Redondo reclamó este jueves, en el contexto de la Feria Internacional de de Turismo, que la Junta establezca «una ordenación adecuada de los pisos turísticos que permita detectar al menos el volumen de turismo que se aloja en estos pisos que no están reglados». Las inspecciones de los últimos años(en noviembre se abrió expediente a 29 alojamientos fuera del registro) han conseguido aflorar una importante cifra de apartamentos turísticos. En 2016 había 30 reglados. Ahora, son 132. De ellos, 79 en la capital, once en Tordesillas y con presencia también en Montemayor, Olmedo, La Parrilla,Peñafiel, La Seca o Tudela de Duero.

La Asociación Hoteles de Valladolid ha recordado en otras ocasiones la necesidad de que los apartamentos turísticos figuren como establecimientos perfectamente reglados para evitar la competencia desleal. De hecho, la agrupación incluye entre sus asociados viviendas de este tipo, en defensa de «la unidad y la convivencia de los distintos modelos de negocio que cumplen con la legalidad y con los parámetros de seguridad».

En cualquier caso, y al margen de esta perturbación que genera la economía sumergida, Redondo reconoce que es «muy difícil mantener una subida sostenida» en las cifras de turistas «cuando se ha crecido tanto en los últimos años». Valladolid ganó, entre 2016 y 2017, 40.000 viajeros de golpe (ha contribuido el tirón del Imserso). Y esa cifra se ha mantenido, más o menos estable, desde entonces, con un retroceso en 2019.

La caída ofrece, en todo caso, una vertiente positiva. El descenso es más destacado en viajeros que en pernoctaciones. Esto supone que la estancia media crece ligeramente. Los viajeros se quedan 1,75 días en Valladolid. El objetivo es alcanzar la segunda noche de alojamiento. El Ayuntamiento y la Diputación trabajan en este sentido con el diseño de paquetes de enoturismo que ofrecen viajes a las bodegas de la provincia para los turistas que se acercan a la capital.El desafío es retenerlos una noche más (y no es sencillo, ya que casi la mitad proceden de Madrid y otras provincias de Castilla yLeón). Este frenazo en las cifras oficiales de la capital no se ha producido en la provincia, que bate récords con 760.000 viajeros, por esa vinculación con el enoturismo, atribuyen desde la Diputación.

Otros de los retos que se han fijado las administraciones es incrementar el turismo vinculado con la enseñanza del español, para incrementar el número de visitantes extranjeros (cuya cifra se ha resentido durante el último año, con 4.973 visitantes foráneos menos) y relacionado con campeonatos deportivos, que al desarrollarse en varios días, alargan las estancias medias.