Botas

Cuando tengo que opinar sobre alguna estadística me hago a mí mismo las preguntas que los expertos hicieron antes a los encuestados. Supongo que es por envidia ya que jamás me consultaron nada, ni por teléfono ni en la calle, por lo que debo ser ... el único español que no ha participado en ningún 'trabajo de campo'. Normalmente, mis opiniones no suelen variar mucho de las del resto de personal, porque al fin y a la postre las cosas que nos afectan no se diferencian gran cosa. Pero ayer, además de responder sin que nadie me hubiera dado vela en ese entierro, trasladé la cuestión a tres compañeros de tertulia mientras tomábamos unos campanillos. Y casi todos convinimos en que lo mejor de un bar o un restaurante no es su carta de vinos sino el buen trato, que a veces escasea. Por cosas así tengo hechas una docena de cruces a locales a los que no pienso volver ni aunque me lo regalen. Sin embargo, en lo que todos coincidimos con la encuesta fue en lo peor de numerosas tabernas y casas de comida: los aseos, aunque uno del grupo respondió que el ruido ambiente, que en algunas de ellas es insufrible. Pero lo de los mingitorios sucios y descuidados lo dibujó muy bien mi amigo Félix cuando añadió que hay retretes donde conviene entrar con botas de regante. Una sentencia que podría aplicarse a bastantes locales de este tipo, y aunque la ocurrencia nos hizo reír me temo que no tiene ni pizca de gracia. Sobre todo si vas con zapatos de tafilete…