Daniel de Frutos, alumno del Ramón y Cajal, que ha comenzado a trabajar nada más terminar las prácticas. Rodrigo Jiménez

Daniel de Frutos, alumno de FP en Ramón y Cajal

«No había terminado el ciclo y ya tenía un contrato indefinido»

Daniel de Frutos estudió el curso de Química y Salud Ambiental y ha comenzado a trabajar en la empresa donde ha realizado su formación durante tres meses

Sergio García

Valladolid

Domingo, 9 de junio 2024, 08:21

Daniel de Frutos tiene que aplazar una hora la entrevista. «Es que estoy trabajando y no podré antes», dice. Hace una semana, su respuesta habría sido otra. Parecida, pero con un significado totalmente diferente. «Es que estoy de prácticas y no puedo antes», habría dicho. ... Llega al centro Ramón y Cajal con una sonrisa. Hasta hace escasos días era todavía un alumno del ciclo de Química y Salud Ambiental. Empezó las prácticas en Quesos Entrepinares en marzo y tres meses después ha firmado el contrato indefinido. «El día que acababa me dijeron que si podía ir a recursos humanos y allí me dijeron que estaban muy a gusto conmigo y que si quería continuar. La sensación de casi no haber terminado el curso y ya tener un trabajo es increíble. Es el primer fijo que firmo así que más contento imposible», relata.

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Su inicio en la Formación Profesional fue, en parte, de rebote. Al menos para acceder a este curso. «Fue mi quinta opción, porque yo quería hacer laboratorio». Al final, como se suele decir, todo acabó saliendo bien de una u otra forma. «Llegué con pocas expectativas, pero es un ciclo que abarca tanto que cuando he terminado me encuentro con que trabajo en garantía de calidad. Es un mundo nuevo que me ha encantado y que me ha gustado más de lo que pensaba», relata. El joven se encontró con una decisión al terminar Bachillerato –estudió el de ciencias tecnológicas–. «Me puse a trabajar en un laboratorio y quería progresar en la empresa, pero no podía sin estudios. Entonces pensé en hacer el ciclo de Laboratorio de Análisis y Control de Calidad». No lo consiguió y al final estudió la que había marcado como quinta opción, el de Química y Salud Ambiental. «A la semana estaba encantado. Vi que era muy amplio y que si no podía ser en laboratorio sería controlando diferentes tipos de emisiones. Que eso salía mal, pues en garantía de calidad. Con esta formación podría haber promocionado en mi anterior empleo y buscar otros diferentes. Vi un abanico enorme», añade.

«En poco más de un mes en la empresa ya estaba solo e impartiendo formación a compañeros»

De su experiencia en Formación Profesional, De Frutos destaca la parte práctica de las clases. «Había teoría, pero en seguida estabas ya con lo práctico, que es más ameno. En la empresa fue como sentarme de nuevo en clase, porque lo que me explicaban ya me lo habían enseñado. El aprendizaje fue bestial porque llevaba una base muy buena y en poco más de un mes ya estaba solo dando formación al resto», comenta. El joven se decantó por la FP antes que la universidad por un motivo: «Veía que era más tiempo. Estar con 27 años estudiando después de haber trabajado era un recorrido más largo. La FP era más corto y específico. Que en la universidad también lo tendría todo más teórico y que luego tardaría más en encontrar trabajo», finaliza.

El joven pertenece a ese grupo de alumnos de Formación Profesional que encuentran trabajo en menos de un año tras haber terminado el ciclo. El último informe realizado por Educación reflejaba que el 86,6% de los alumnos de la comunidad estaban en este grupo. En su caso, no ha tenido que esperar ni un día.

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