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Los expertos ya vaticinaron hace tiempo que este sería el siglo de la soledad. Pero nadie contaba con que este mal recibiera el refuerzo de esta pandemia del coronavirus que ha confinado aún más a los que ya estaban solos. Cerca de 30.000 ... personas tienen que pasar el desafío del aislamiento general consigo mismos. La cifra llega a 150.0000 en toda Castilla y León.
Para todas ellas se multiplican estos días las ofertas de teleesperanza. El consuelo o la ayuda desde el otro lado del teléfono. «La escucha es un vínculo básico y esa es nuestra terapia», resume la coordinadora del Centro de Orientación Familiar Diocesano, Mónica Campos. En este servicio vinculado a la Iglesia (atienden de 9 a 14 y 16-18 horas) pronostican «un pico de llamadas a partir de la semana que viene. Es duro, pero lo difícil vendrá más tarde».
En esto, la angustia va paralela a las peticiones oficiales de que ¡lo más duro está por venir'. «Cuando todo pase ya contamos con que nos llegarán muchos casos de 'shock postraumático'. Algunos procedentes de los servicios sanitarios», advierte Mónica Campos.
Son tiempos para reinvertarse también en el Teléfono de la Esperanza que ha cerrado sus 29 centros en España. También el de Valladolid. Ahora sus 10 a 15 voluntarios teleasisten desde casa. Es el caso de Asunción González que constata que «las llamadas han aumentado porque hay mucho miedo. Y son los que estaban solos los que lo pasan peor».
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Es fácil pensar que son nuestros mayores aislados los más demandantes, pero voluntarios y técnicos lo descartan. «No son el mayor grupo, porque ya estaban acostumbrados a estar solos», aclara Asunción. Además «los mayores son los que mejor soportan psicológicamente estos días. Tienen más fortaleza ,pero sus necesidades son más acuciantes», completa el delegado de Cáritas en Valladolid, Luis Miguel Rojo.
De hecho, es difícil establecer un perfil de esas soledades que levantan hoy un teléfono porque no pueden más. «Pero destaca la demanda de personas de 30 a 60 años procedentes de crisis familiares», destaca Mónica Campos.
También Cruz Roja lleva varios días llamando, uno a uno, a los 5.000 usuarios mayores de 65 años, o con enfermedades crónicas y que pueden verse bloqueados en sus casas al centrarse todos los esfuerzos en el coronavirus. Llevan ya más de mil llamadas y, tanto desde Valladolid como desde su media docena de asambleas locales de la provincia, se esfuerzan en detectar los casos de soledad problemáticos. «Son personas que están muy solas pero se siguen preocupando por los demás, por el resto de su familia».
Se trata de personas que, muchas veces, «no pueden ver a sus hijos o nietos, no entienden de videollamadas o comunicación digital y prefieren contar sus cosas de viva voz», indica la titular del Centro de Contacto de Cruz Roja, Rocío Velasco.
Es este un trabajo posible gracias al voluntariado. Personas como Pilar Bayón que ha desarrollado toda su empatía para captar en los tonos de voz al otro lado cualquier alerta. «Les llamas y se emocionan mucho, algunos lloran y me cuentan sus historias. Trato de adaptarme a sus mundos».
Y también descubrir al que necesita ayuda en forma de medicamentos, comida o ser derivado a una consulta médica. «Los más acorralados no son los de los pueblos sino esos solitarios que viven en pisos y solo ven un patio», admite Bayón. Por contra, los muchos solitarios que viven en los entornos rurales se recrean «hablando de lo que tienen en su patio, lo que hacen en el corral o cómo cuidan sus flores».
La angustia de la soledad añadida a la situación que vivimos todos hace que en estas 'terapias de la escucha' se repitan desde el otro lado las mismas preguntas. «¿Y cuándo va a terminar todo esto? ¿Y cómo evoluciona la situación?».
«Necesitas hablar, llámanos…«. Son las sugerentes palabras con las que el Colectivo para el Desarrollo Rural de Tierra de Campos anuncia el servicio 'Charlemos un rato', que, junto al de apoyo psicológico, ha puesto en marcha para toda la población de Castilla y León.
«Charlemos... está pensado para personas que viven o se sienten solas y necesitan hablar», explica el gerente de esta entidad, Javier Paniagua, que señala que «a veces las personas es lo único que necesitan, no tienen dificultades para gestionar el miedo o la incertidumbre pero les vendría bien un rato de charla». Les atiende el equipo del Colectivo Tierra de Campos, con perfiles variados y mucha experiencia en el contacto cercano con la gente.
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Carmen Barreiro
El apoyo psicológico busca que las personas con dificultades emocionales por el aislamiento reciban una atención terapéutica gratuita. «La situación de aislamiento provoca emociones como miedo, confusión, tristeza, estrés, o incertidumbre, que a algunos les resultan difíciles de gestionar. El aislamiento y esta emergencia hace que se agraven». Para estas personas está a golpe de llamada, el equipo profesional de psicólogas de la asociación, que se hace extensible también a familias con hijos pequeños o en edad adolescente, que necesitan estímulos constantes. Porque «tener a niños y adolescentes metidos en casa durante tanto tiempo requiere mucha paciencia y cierto bienestar emocional». Los dos servicios cuentan con el apoyo de la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León.
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