Ver 16 fotos

Ambiente navideño en la plaza de Martí y Monsó. Rodrigo Jiménez
Valladolid

El tardeo, refugio de los últimos en llegar a la cena de Nochebuena

La previa a la reunión familiar vuelve a llenar las calles del centro de la ciudad pese al frío

Sergio García

Valladolid

Domingo, 24 de diciembre 2023, 20:06

Empiezan los nervios. Los de los padres en casa, porque el hijo no llega y claro, aquí la gente tiene hambre. Los canapés, intocables bajo pena de prisión hasta que no estemos todos sentados en la mesa. Y mientras, el primo pequeño jugando a la ... consola en la habitación y los tíos, que ya estarán hablando del último tema polémico del momento. Pero bueno. Que los amigos son la familia que se elige y claro, pues también habrá que celebrar con ellos. Un brindis, qué menos. Si solo nos juntamos una vez a la semana. Ya habrá tiempo de pelar gambas con la familia y de poner buena cara cuando toque. El centro de Valladolid bulle un año más para celebrar la tardebuena, ese refugio que, convertido ya en tradición, reúne cada año a quienes son los últimos en llegar a la cena de Nochebuena.

Publicidad

Entre esos tardones se encuentran Paula y Clara. «Vamos, ponte el gorrito de Papá Noel para la foto», le dicen a Alejandra, otra amiga y la única de las tres que no cumple con el protocolo de vestimenta. Apuran la copa para hacer un brindis, que además tienen motivos para celebrar. «Hace una semana he presentado el trabajo final de grado de periodismo», advierte Alejandra, ya con el gorro. Desde uno de los sitios más cotizados de la terraza, el más cercano al calefactor, aseguran que no tienen prisa por llegar a casa. «Mi madre ya me ha dicho que no tarde. Pero vamos, que tengo el móvil boca bajo para no mirarlo», comentan entre ellas. «Cuando lleguemos ya estará todo a mesa puesta. No tardaremos mucho, nos tomaremos otra y ya vamos viendo», afirman.

Alejandra, Paula y Clara hacen un brindis. Rodrigo Jiménez

De momento, el epicentro de la tardebuena es la plaza de Martí y Monsó, pero la situación también es similar en los barrios. Música, jolgorio y fraternidad que inunda las calles de Delicias, en la zona de Embajadores, Parquesol, especialmente en la plaza de Marcos Fernández y Villa de Prado, donde están organizadas diferentes actividades con motivo de la tardebuena. Y atención que después de cenar también hay fiesta para aquellos que quiera seguir. Por el centro también se ven locales que incluso están animados por las canciones de algunos djs. Mezclar villancicos no debe ser nada fácil.

«Sin tardebuena no hay Nochebuena», exclaman en el grupo donde se encuentra Sandra Abril. Ya se les escuchaba antes cantar «pero mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al dios nacido». Sin duda uno de los himnos de estos días. «Todos los años quedamos para comer y luego organizamos un amigo invisible. Este año la temática era fundas para el teléfono feas», explica. Es entonces cuando, de su grupo de amigos que reúne a 15 personas en torno a una mesa, comienzan a salir fundas de móviles. Que si una sartén pegada al teléfono, que si una mano de expositor de anillos. Una tradición más que en su grupo se une a esta Navidad.

Publicidad

Un gran grupo de amigos celebra la tardebuena. En la mesa, de color verde, la sartén reconvertida en funda de teléfono móvil con el dispositivo pegado. Rodrigo Jiménez

La verdad que el ambiente no invita a ir a casa, solo el frío. Ya si eso se vuelve por Navidad, como aquel turrón. La situación es similar en otras zonas del centro de Valladolid. Todos muy elegantes, con el conjunto ya dispuesto para la cena familiar. Y bueno, gorritos festivos, algún que otro antifaz y matasuegras. El 'dress code' de este festival navideño. De aquellas champanadas estas tardesbuenas. «Es lo mejor del día. Estás con los amigos primero y luego con la familia. Todo el día fuera y a esperar a Nochevieja», comenta Álvaro Rodríguez.

Y toda nueva tradición tiene su explicación. Las reuniones en Navidad ya no se congregan solo en cenas de empresa y de amigos. Ahora se adelantan hasta la comida. «Estamos notando un cambio de tendencia, ahora hay casi más comidas que cenas. Sobre todo entre semana, para así poder alargar más la reunión, que por la noche es más difícil», expresan desde la Asociación de Hosteleros de Valladolid. Y la sobremesa se alarga, que es otra de las explicaciones.

Publicidad

Ahora sí. Con las mejillas rojas también por el frío, los tardones emprenden su camino a casa, que los trabajadores de hostelería también tienen familia y quieren cenar con ella. Guiados quizá por alguna estrella del firmamento, ahora que parece que la niebla deja ver hasta más allá de la siguiente calle, ya se divisa el portal -de casa-. Los padres respiran aliviados al escuchar la cerradura, el primo pequeño ha terminado esa última partida antes de cenar -que es multijugador y no puede dejar a medias- y los tíos siguen a lo suyo. Cosas que no cambian ni con la magia de la Navidad. Ah, y por supuesto, lo más importante. Se abre la veda de los canapés.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad