Switch Mobility pide la licencia de construcción de su fábrica en Valladolid

La empresa Switch Mobility, más allá de los anuncios y las declaraciones de intenciones, ha empezado a dar los pasos burocráticos necesarios para conseguir que su implantación en Valladolid sea una realidad. La firma ha presentado la solicitud para obtener la licencia de obras este martes 24 de mayo, tras lo cual el Ayuntamiento tiene tres meses para responder.

Este plazo, salvo que falte documentación o exista algún error que subsanar, se va a acelerar al máximo, dado que tanto el Ayuntamiento -que es quien concede la licencia- como la Junta y el Gobierno intentan apoyar el proyecto para que empiece a generar cuanto antes esos «dos mil empleos directos y cinco mil indirectos» que la empresa asegura que será capaz de crear cuando esté, en unos años, a pleno rendimiento.

La licencia de obras mayores permitirá a Switch comenzar a construir el embrión de la factoría, que ocupará en torno a 112.000 metros cuadrados en el Soto de Medinilla (antigua azucarera de Acor) En marzo, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, calculaba que los trámites pertinentes podían llevar el inicio de las obras a finales de verano.

Resulta obvio que eso hace inviables los optimistas planes que expuso su CEO, Andy Palmer, en la presentación en sociedad del proyecto, cuando dijo que esperaba ver los primeros autobuses fabricados en diciembre de 2022. Sin embargo, la compañía ha insistido en que mantiene intacta su idea inicial de traer a Valladolid en tres fases la producción de autobuses eléctricos, de furgonetas eléctricas y de baterías. Un proceso que asumen que será largo y que requerirá una inversión prolongada en el tiempo.

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