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Primera reunión del Comité de Seguimiento del Coronavirus en la UVA. Fotografía cedida por la Universidad de Valladolid

La UVA suspende parte de las prácticas sanitarias a cerca de 2.000 estudiantes por el Covid-19

El comité para el asesoramiento del rector toma medidas preventivas para las áreas de Urgencias, Emergencias y la UCI

Samuel Regueira

Valladolid

Lunes, 9 de marzo 2020

La Universidad de Valladolid ha conformado recientemente un comité de asesoramiento al rector en la materia del coronavirus, con el fin de establecer un protocolo de medidas y recomendaciones dependientes de las directrices de las autoridades sanitarias que combatieran la difusión de la enfermedad. ... Dicho comité, establecido el pasado miércoles 4 de marzo, se reunió ayer por segunda vez tras el último positivo detectado en Valladolid; una estudiante de Enfermería que hizo el rotatorio de prácticas en el Río Hortega, y que ha provocado que la UVA tomara, como medida de urgencia, la decisión de suspender las prácticas sanitarias en las llamadas 'unidades críticas' (UCI, Emergencias y Urgencias); en las que, estimaron, existía mayor riesgo de poder entrar en contacto con pacientes que puedan tener coronavirus.

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«Son todo medidas condicionadas a lo que dispongan desde la Consejería de Sanidad», ha subrayado en numerosas ocasiones la vicerrectora de Comunicación de la UVA, Carmen Vaquero, integrante a su vez de esta comisión de seguimiento: «En nuestro segundo encuentro hemos confirmado que se mantendrá la actividad académica y la docencia de clases con normalidad, con la excepción de estas prácticas universitarias que en sus turnos rotatorios caen en áreas donde puede haber riesgo de contagio».

Este comité, presidido por el rector Antonio Largo Cabrerizo, lo conforman, entre otros, Helena Castán, secretaria general de la UVA; Ana Almaraz, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública; Daniel de Luis, delegado del rector para Ciencias de la Salud, y la propia Vaquero. La comisión, que después de esta medida y de enviar un comunicado oficial a los estudiantes (que ya habían recibido un mensaje, días atrás, de los respectivos decanatos de cada centro educativo) no tiene previstas más reuniones al margen de lo que, de nuevo, les marquen desde Consejería: «Hay un deseo de que esto mejore y tenemos una confianza absoluta en las autoridades sanitarias y en su buen hacer», recalcó la vicerrectora.

Cerca de 2.000 estudiantes pueden verse afectados por estas medidas: más de 1.000 procedentes de Medicina, más de 500 de Enfermería y en torno a 160 tanto en Nutrición como en Logopedia. La planificación que se desarrolla desde la institución académica por hospitales y centros sanitarios, que vertebra un sistema de rotación complejo pero que garantiza a cada estudiante pasar por todos los servicios médicos, dificulta a la UVA precisar un número concreto, y en su lugar se ciñe a las distintas medidas que van surgiendo mientras diseña un protocolo de actuación «con pautas alineadas con las indicaciones de las autoridades sanitarias para los diferentes casos que pudiesen producirse». No obstante, desde la institución asumen que la realidad cambia a una velocidad tan notable que no es posible mantener una serie de reglamentos fijos sin correr el riesgo de quedarse obsoletos con el devenir de los acontecimientos.

«Este protocolo es un documento interno y efectivamente está elaborado y puede cambiar en función de las circunstancias», indicaron desde el gabinete de Comunicación. «Estamos reevaluando la situación continuamente, y nuestra obligación es contemplar todos los escenarios posibles para estar preparados ante cualquier contingencia».

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Ambulancias sin residentes

Los MIR y EIR (Médicos y Enfermeras Internos Residentes) también han visto fuera de su sistema de rotación el servicio de urgencias extrahospitalarias, entendidas como las emergencias en atención médica desde las UVI móviles. En el caso de los primeros, que en Valladolid ascienden a 448, la dinámica que se plantea adaptar consiste en el freno prioritario de la enfermedad, de acuerdo al presidente del Colegio Oficial de Médicos, Jose Luis Almudi: «Lo que tenemos que hacer es asegurar que tenemos controlada la transmisión de la enfermedad», aseveró, «entonces evitamos posibles contactos entre profesionales sanitarios, ya sean MIR o personas con pleno ejercicio, trayectoria y especialidad», añadió.

Si las medidas asumidas no consiguen parar el avance del coronavirus entre los profesionales médicos o al resto de la población, las consecuencias pueden afectar directamente al sistema sanitario: «Si esto se extiende, no habría recursos para atender ni a los pacientes del coronavirus ni al resto de patologías, ya que hay un déficit de recursos que nos impide sustituir a todos los que se pongan de baja». Almudi insiste en que lo mejor es actuar preventivamente y minimizar el contacto entre profesionales sanitarios, además de asumir las medidas y recomendaciones surgidas del Ministerio de Sanidad y la Consejería: «Lo más importante es la higiene de manos, cubrir con mascarillas a los pacientes con sospecha de infección respiratoria y protegernos nosotros», indicó. «Y ante los primeros síntomas, no ir al centro de salud ni a urgencias, sino ponerse en contacto con el teléfono habilitado y que el epidemiólogo tome las medidas adecuadas».

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Por su parte, Silvia Sáez, presidenta del Colegio de Enfermería de Valladolid, lamentó que las medidas protocolarias se estuvieran implantando «un poco a salto de mata» y que «los estudiantes se hayan visto en tierra de nadie hasta que se ha tomado la decisión», y aunque ve «razonables» cancelaciones de congresos multitudinarios, señala que las enfermeras, incluso las cerca de veinte residentes que se encuentran en la ciudad, deben estar «activas y trabajando, pues hace falta gente que sepa mantener la cabeza más fría desde la prevención y la precaución».

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