Una llamada a última hora del lunes arrojó la primera luz al final del túnel en el que 39 familias españolas (entre ellas, la pareja de La Cistérniga formada por Iván Galván y Vanesa Gómez) permanecen atrapadas desde hace mes y medio en Ucrania.
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El ... consulado en Kiev les informaba de la decisión que el martes, a media mañana, hizo oficial el Gobierno. España facilitará –«como medida extraordinaria»– la inscripción de los 39 bebés ya nacidos en Ucrania por vientres de alquiler y que están pendientes de registro. A lo largo de esta semana, la embajada citará a las familias y, ayer mismo, las primeras (entre ellas una pareja palentina) ya regularizaron la situación de sus hijos y recibieron el salvoconducto para regresar a España.
Incluso el Gobierno ha anunciado que enviará a un funcionario diplomático para reforzar la atención consular con el fin de acelerar los expedientes que están pendientes de resolución. «No vamos a lanzar las campanas al vuelo. Hasta que no se haya solucionado la situación de nuestro hijo, no estaremos tranquilos», reconoció ayer Iván, confiado en que la pesadilla haya llegado a su fin.
El Gobierno de Pedro Sánchez dijo haber tomado esta medida «por el interés superior de los menores» y por entender que se han visto perjudicados por la decisión del Ministerio de Justicia (adoptada la semana pasada) de no aceptar la prueba de ADN del padre como válida para llevar a cabo la inscripción. Eso sí, advierten de que la resolución de los expedientes afectará solo a estas 39 familias. Y a ninguna más.
A partir de ahora, los familiares de los niños que nazcan por maternidad subrogada (vientres de alquiler), y hay varias que ya han iniciado el proceso, deberán solicitar el pasaporte ucraniano para salir del país, porque la Embajada española ya no autorizará nuevos expedientes de inscripción, después de que el Ministerio de Justicia dejara sin efecto una instrucción del pasado viernes 16 de febrero que permitía el registro mediante pruebas de paternidad, informa Europa Press. Así, se inscribirá al niño en el registro ucraniano y ya en España, el padre, que es el que aporta la carga genética, deberá obtener una sentencia de filiación de un tribunal español y su cónyuge iniciar un proceso de coadopción. La principal diferencia con la inscripción directa en la embajada es que este proceso dura varios meses.
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Entre las 39 familias que ven ahora cómo después de semanas se resuelve su situación está la pareja vallisoletana compuesta por Iván y Vanesa. Después de intentar la adopción (ella no puede dar a luz por una enfermedad que imposibilita la gestación) recurrieron a la maternidad subrogada a través de una clínica de Ucrania, que se encargó de buscar a la mujer gestante. El pequeño Alejandro nació el 29 de enero. Tres semanas después, Iván y Vanesa confían en inscribirlo ya como ciudadano español para regresar así a Valladolid.
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