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Con el susto aún en el cuerpo y tratando de reponerse prefieren mantenerse en el anonimato y hablar de lo sucedido con precaución, este matrimonio de 71 años ella y 72 él, vecinos del Paseo Juan Carlos I han sido víctimas, hace una semana, de ... una oleada de robos que ha generado el miedo y la inseguridad entre muchos de los residentes de la zona y también de las calles Albacete y Huelva, donde en menos de quince días han entrado en cinco viviendas.
«El viernes fuimos y estaba todo bien, porque solemos ir a dar una vuelta de vez en cuando y no vimos nada extraño. Y este miércoles iba a coger una pulsera que me había dejado en el joyero, pero cuando hemos vuelto nos hemos encontrado todo, ha tenido que ser el domingo o el lunes como mucho, porque a los del primero también les han robado y se dieron cuenta el martes», dice ella, aún llevándose las manos a la frente.
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En el momento que su llave no encajaba bien en la cerradura, le sobrevino un mal presentimiento. «Pensé que lo habían intentado y cuando ya vi que la cerradura del piso de al lado, tenía signos de haber sido forzada, me temí lo peor, incluso que se nos hubieran metido okupas», dice consternada.
Al no poder abrir, llamaron al 091 y una patrulla se presentó de inmediato. Los agentes lograron abrir la puerta y entonces corroboraron sus peores presagios, habían sido víctimas de un robo. «Cómo me han dejado la casa, está todo revuelto, te deja una sensación en el cuerpo...», asegura ella mientras muestra varios vídeos que tomó una vez pudo entrar en su vivienda.
Armarios y cajones abiertos por todas las habitaciones, ropa y bolsos encima de la cama... inspeccionaron todo a fondo, incluso el baño, y el joyero vacío encima de la cama de matrimonio es una muestra clara del objetivo de su botín. «No tocamos nada para que la policía pudiera hacer su trabajo, para que tomasen huellas y lo inspeccionaran todo, pero nos faltan joyas y algo de dinero, unos 200 euros que cogieron de la cómoda. Iban solo a por eso, porque no han tocado objetos de valor como una cámara de fotos o unos prismáticos».
Lo que más les duele es el valor sentimental de lo que los ladrones se han llevado de su casa. «Varios anillos, pendientes de perlas que me regaló mi marido, collares, una cadena de él, también nuestras alianzas de casados, una pulsera preciosa, unos pendientes de pedida que me regaló mi suegra hace muchos años... Y no se han llevado más, porque me las joyas de más valor me las traje al pueblo, sino me quedo sin nada», dice con pesar la mujer.
Cuando la policía Nacional llegó se percató de inmediato de la presencia de un pequeño y casi inapreciable hilo de pegamento en la puerta de la casa de este matrimonio, no es la única vivienda marcada, «en el octavo también había hilos en todas las puertas», añaden.
Los agentes llamaron a la Científica, que se personó unas tres horas más tarde, «porque venían de investigar otro robo, deben estar a tope», señala él. Pero en la casa de este matrimonio los ladrones han cometido un error que les puede costar caro, «se han dejado una lata de Coca Cola que cogieron del frigorífico y que seguro servirá a la policía para sacar las huellas», asegura la mujer.
«Es una sensación horrible saber que han entrado en tu casa y han tocado todo lo que es tuyo. Han sido sigilosos y profesionales, nos han dicho que son bandas organizadas, eso seguro. Los vecinos de abajo no han escuchado ni el más mínimo ruido y estuvieron en casa todo el día», señala su marido.
No son las únicas víctimas de robo, porque al asalto en su vivienda se suman «los vecinos del primero A de nuestro bloque, las dos viviendas de la calle Albacete hace un par de semanas y otro robo en la calle Huelva, a escasos metros de la parroquia de María Milagrosa», aseguran.
Se trata de viviendas situadas a escasos 150 metros unas de otras. «Está claro que nos han estado vigilando y eso da miedo», aseguran el matrimonio, que ya ha denunciado los hechos a la Policía Nacional. «El seguro se hará cargo, pero no llegará ni de lejos al valor de lo robado», lamentan.
Desde la Policía Nacional aseguran no haber detectado un incremento de este tipo de delitos en Valladolid, tampoco en Las Delicias. «Entra dentro de lo habitual en estas fechas en las que las viviendas quedan vacías», señalan y hacen especial hincapié en la importancia de seguir los consejos que dan cada verano para evitar robos y «tener siempre a alguien de confianza en el bloque que eche un vistazo y se percate, por ejemplo, de la presencia de hilos de pegamento y ante la más mínima sospecha, se ponga en contacto con nosotros».
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