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Cada vez menos utilizan palancas o barras de uña. Los ladrones se especializan en actuaciones rápidas y silenciosas para colarse en el interior de las viviendas en apenas unos segundos. Hacen uso del 'bumping', una técnica que consiste en introducir una llave especialmente modificada en ... las cerraduras con la que los ladrones consiguen mover la posición de los bulones de la puerta tras una serie de golpes, que les permite abrir la puerta de forma ilícita y si dejar aparente rastro. «Para eso existen en el mercado bombines 'antibumping' que pueden ser instalados a partir de unos 90 euros más IVA. Es un sistema relativamente barato que permite dificultar el acceso a la vivienda a los ladrones», señala el cerrajero, Sergio Aguirre, quien recomienda además para evitar ser víctima de robo «instalar a mayores un cerrojo con doble acceso, que también es visible por fuera por lo que, muchas veces funciona también como elemento disuasorio».
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Pero el 'bumping' no es el único sofisticado método con el que los asaltantes consiguen acceder al interior de domicilios o locales sin dejar rastro. Técnicas como la del 'impresioning' también facilitan la apertura de las cerraduras. En este caso, tratan de hacer una copia exacta de la llave del propietario introduciendo unas finas láminas en la cerradura para, posteriormente, grabar las marcas de la llave original y poder así hacer una idéntica que les permita volver a la vivienda y abrir la puerta sin esfuerzo alguno. «El precio medio de cerraduras que incluyen sistemas 'anti bumping' y 'anti impresioning' ronda los 150 euros y teniendo en cuenta que tienen una durabilidad de unos 10 o 15 años no es un desembolso demasiado elevado, cuando se evita un mal mayor», puntualiza el cerrajero.
Cerraduras y cerrajeros
A partir de ahí, uno puede aumentar el precio para garantizar en mayor medida su seguridad. «Los modelos Kaba, de fabricación israelí, serían el tope de gama en este tipo de sistemas y los instalamos sobre todo en chalets de Arroyo de la Encomienda, la zona de Fuente Berrocal o el Camino Viejo de Simancas. Cuestan unos 300 euros», explica Aguirre.
Según el profesional, «hay barrios en los que los robos se cometen de una forma más significativa, como pueden ser Delicias o La Rondilla, donde lo hacen normalmente mediante 'bumping'».
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