Sonia Fernández, durante el desfile de lencería y ropa de baño organizada por la AECC. Rodrigo Jiménez

Valladolid

Las seis vallisoletanas «guapas y valientes» que desfilan contra el cáncer de mama

La AECC organiza una pasarela de bañadores y lencería adaptada para visibilizar la lucha contra la enfermedad y lanzar un mensaje de esperanza a las mujeres que acaban de recibir el diagnóstico

Víctor Vela

Valladolid

Martes, 21 de mayo 2024, 20:22

«Guapas», les gritan entre vítores y aplausos. «Pero qué guapas estáis», piropea el público a las seis mujeres que este martes, en el hotel Olid, pisan la pasarela en el desfile de lencería y trajes de baño para operadas de cáncer de mama que ... ha organizado la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). «Guapas, sí, pero sobre todo valientes», dice Mercedes García, 84 años, una de las seis modelos que han participado en esta cita que, desde hace 26 años (24 desfiles), ofrece un escaparate a la moda pensada para mujeres mastectomizadas y, al mismo tiempo, lanza un mensaje de «acercamiento y sensibilización» para quienes se hallan en una circunstancia similar a la que se encuentran (o por la que han transitado) esfas mujeres «guapas y valientes» que caminan sonrientes por la pasarela.

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«Me hacía ilusión desfilar. Es una forma de demostrar que se puede con todo, que no hay límites», asegura Nuria Alonso (55 años), quien lo comprobó en primera persona («no hay límites, se puede con todo») cuando en 2019 le diagnosticaron cáncer de mama. «Tu vida cambia, claro que cambia, pero aprendes que, aunque de otra manera, la tienes que vivir con más ilusión. Yo antes me arreglaba mucho, me ponía escotes, tacones… En casa me decían, ¿pero no te da vergüenza? Y no, prefiero dar vergüenza que ser un seto. Ahora, no solo por el cáncer, por otras patologías, no me puedo poner tacones, el barullo me aturulla, hay días que me levanto muy cansada. He tenido que dejar de trabajar (celadora en el Clínico), pero eso ni me para ni me condiciona. Y como prueba, aquí estoy», dice Nuria.

«Lo más duro es eso, acostumbrarte a que tu vida ya no será igual. Te dicen cáncer y se paraliza todo. Tu vida, de repente, se detiene. Ves cómo la gente a tu alrededor sigue a lo suyo (su trabajo, sus reuniones) y tú estás enredada en tratamientos. Hay días que estás muy animada y otros que todo hace 'boom' y el ánimo se te cae a los pies. Pero ahí tienes que pensar que la vida sigue y que merece la pena. Y entonces haces ejercicio, vas a pilates, quedas con amigas. Los buenos momentos también hay que buscarlos», asegura Mónica López, 50 años, diagnosticada de cáncer de mama en enero de 2022. «He tenido suerte. El tumor ha crecido muy lentamente», asegura Mónica, quien este año desfila por primera vez. «Me lo ofrecieron un día en el que estaba eufórica y no pude decir que no», bromea.

También es el primer año para Lucía Pérez (46), quien reconoce que el desfile no solo es una acción de visibilización social, sino también un puro chute de energía para ellas, las participantes. «Después de todo lo que hemos pasado, también apetece verte más guapa que ninguna». Ella empezó a saber que tenía cáncer el mismo día de su cumpleaños, 5 de octubre. «Fue cuando me hicieron la eco». Luego vino la punción, el 10 de noviembre comenzó la quimio. El 22 de marzo la terminó. Apenas dos meses después, camina esperanzada por esta pasarela en la que Victoria Benito 'Charo' (68) es ya una veterana. Es su tercer año, después de participar en 2012 y 2014. En su caso, el cáncer entró en su vida en 2010. «Al principio te hundes, la palabra es muy fuerte. Pero aquí estamos para lanzar un mensaje de ánimo».

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Luisa Lobete, gerente de la Asociación Española contra el Cáncer en Valladolid, recuerda que la situación ha cambiado mucho desde finales del siglo pasado, cuando se celebró el primer desfile de este tipo. «La investigación ha avanzado, también las terapias, la detección precoz y, sobre todo, la tasa de supervivencia, que se ha multiplicado en los últimos años. Hoy una mujer que recibe un diagnóstico de cáncer de mama tiene un 90% de supervivencia en cinco años», cuenta Lobete. «Pero hay que seguir investigando. Las administraciones tienen que invertir ahí», exclama Mercedes. «Y hay que apoyar también la labor que hacen desde asociaciones como esta», añade Sonia Fernández (48), quien destaca la importancia de una red de apoyo para cuando se piensa que ya ha pasado lo más complicado.

«Mientras estás en el hospital, con la quimio… estás en un momento extraño y no te paras mucho a pensar. El bajón suele llegar después. Por eso es tan importante tener a la familia y a los amigos cerca. O contar con el apoyo de la AECC, de sus talleres, actividades y terapias», dice Sonia, para quien este desfile es «un reto personal». En septiembre de 2022 le dijeron que tenía cáncer. Le extirparon el pecho izquierdo. «Tu cuerpo es diferente. Cuando te miras en el espejo, falta una parte de ti. Y tienes que aprender a mirarte. Por eso, este desfile es una demostración de que estamos contentas con quienes somos». Orgullosas de la vida que viven, aunque en algún momento («malos pensamientos tenemos todas») pensaran que no la podrían disfrutar. «El diagnóstico es terrible, el tratamiento es largo… pero la vida sigue. Y hay que aprovecharla al máximo», asegura Mónica mientras, entre bambalinas, se prueba los bañadores con los que va a desfilar.

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Por la mañana acudieron a maquillaje y peluquería. Antes, eligieron los modelos (lencería, traje de baño, bikini) con los que iban a recorrer la pasarela. «Son piezas de la casa Amoena, una firma que se dedica exclusivamente a este sector, todo adaptado para las prótesis y con gran variedad de escotes y cortes para todos los gustos», cuenta Lobete, quien recuerda que estas prendas, que se venden en farmacias y ortopedias, suelen ser más caras que una pieza de lencería habitual. «Además, ni los sujetadores ni los bañadores adaptados están financiados por Sanidad», recuerdan las mujeres «guapas y valientes» que han desfilado para ganarle la batalla al cáncer de mama en Valladolid.

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