«Recolocación» de marcas en el centro tras la salida de El Corte Inglés

«Hablar de precios es difícil. Cada local es un mundo. No es lo mismo uno de 40 metros cuadrados que uno de 300, pero en la calle Santiago el precio puede oscilar entre los 40 y los 80 euros por metro cuadrado», comenta sobre la cotización de esta codiciada calle comercial Mónica Muro, de A&M Consultores. «Un local de 300 metros cuadrados no es descabellado que pague 15.000 euros al mes de renta», calcula.

Esta calle seguirá siendo una de las más cotizadas para el comercio y muy rentable para sus casaros. Su estructura de propiedad está compuesta por un número mínimo de locales de particulares y una mayoría de locales en manos de inversores patrimoniales que los alquilan.

Sobre el fin de la actividad de El Corte Inglés y el efecto que pueda tener en la zona más comercial del centro de Valladolid, Muro considera que dependerá de los nuevos negocios que ocupen este lugar, pero es optimista. «Todo lo que se ponga ahí va a reactivar la actividad, tanto en la calle Santiago como en la calle Constitución», explica, «es positivo, es una generación, algo nuevo para el comercio del centro que estaba un poco anquilosado».

Muro añade otros efectos adicionales. «Dependiendo de la marca que se instale se va a producir una reubicación de tiendas que ahora está en la calle Santiago», aunque ese movimiento se puede encontrar con dificultades. «Hay más gente que busca local en la calle Santiago que espacios disponibles», advierte. Además, en función de la marca que se instale en el edificio de los grandes almacenes y la reubicación en la calle Santiago el movimiento contribuirá a «agrandar la zona comercial de Valladolid». «Le irá bien a la ciudad, todos los cambios generan atractivo», opina.

En todo caso, Muro cree que el fin de la actividad de los grandes almacenes no afectará al tirón comercial de la calle Santiago. «La calle Santiago es la calle Santiago, las grandes marcas no se van a marchar, no va a dejar de ser la calle que une Zorrilla con la Plaza Mayor», sentencia.

Y esos pronósticos parecen cumplirse antes incluso de que El Corte Inglés se vaya. El esquinazo de Santiago con Claudio Moyano, uno de los rincones deseados por los comerciantes, cambiará de inquilino en breve. Un edificio con historia. De ilustre café a prestigiosa entidad financiera. Más de un siglo construido y sólo dos inquilinos en su local principal. Y, dentro de pocos meses, firma de moda internacional: Adolfo Domínguez. El local del número 22 de la calle Santiago cambiará en las próximas fechas de inquilino en una maniobra de recolocación comercial de una prestigiosa marca de ropa y complementos para hacerse con un espacio en la milla de oro de Valladolid.

Y es que el Banco Santander dejará en los próximos días la oficina que ocupa en los bajos de este inmueble tras 75 años de actividad ininterrumpida. Es más, esta sucursal llegó a ser la popularmente conocida como O.P., la Oficina Principal de esta compañía en la ciudad, hasta el comienzo de los años 80 en que por crecimiento de su negociado y por necesidades de espacio se trasladaron al edificio de la Plaza Mayor que continúa siendo su gran sede financiera en Valladolid y Castilla y León.

La fusión de oficinas bancarias derivadas de la menor presencialidad de los clientes como consecuencia del aumento de las transacciones digitales ha motivado que el Banco Santander reunifique sedes en la mismísima calle Santiago y tanto la decena de trabajadores de la entidad como las cuentas bancarias se trasladen del número 22 al 17 de la céntrica vía. Este tipo de reunificaciones están siendo muy habituales en los últimos años, pero lo cierto es que en esta ocasión la mudanza destaca sobremanera porque la que dejan es la sede histórica del Banco Santander en Valladolid, la primera sucursal de esta compañía que se abrió en la ciudad exactamente en el año 1947. Los empleados ya tienen comunicación oficial de que deberán mudarse a su nueva oficina, a escasos 100 metros de distancia, el 9 de diciembre.

Los días posteriores hasta final de año servirán para vaciar del mobiliario de oficina el local porque prácticamente de inmediato, ésa es la intención inicial, comenzarán las obras de adaptación y reestructuración del local para poder abrir en los primeros meses del próximo año la tienda de ropa de Adolfo Domínguez, una marca que realmente se reubica, porque en la actualidad está abierta en la calle Héroes de Alcántara esquina Zúñiga y que ahora pasará a estar en plena calle Santiago.

«Se trata de una operación hecha en los últimos meses pero relativamente rápida para lo que a veces son este tipo de negociados porque la situación y características del local son muy atractivas», explica Mónica Muro, directora de A&M Consultora Inmobiliaria, que ha formalizado esta operación pero también numerosos de los cambios comerciales registrados en esa céntrica calle como es el caso de Zara, Parfois, Hoff, Calzedonia & Intimissimi o las marcas del antiguo edificio de Casino.

En esta línea destaca «cómo las entidades financieras situadas en este tipo de calles comerciales van saliendo y sus locales van siendo ocupados por grandes marcas e incluso por firmas exclusivas que llevaban cierto tiempo tratando de implantarse en pleno centro de Valladolid».

El local que deja el Banco Santander y que ocupará Adolfo Domínguez cuenta con una superficie útil de 350 metros cuadrados, con gran visibilidad exterior por su emplazamiento en esquina, con nueve ventanales además del acceso por la calle Santiago. Precisamente el nuevo inquilino podrá integrar los usos de sus necesidades a los dos frentes exteriores, tal y como recoge el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valladolid aunque en su conjunto la fachada esté protegida por la misma norma municipal y más porque es un edificio emblemático construido en 1912 y especialmente admirado y reconocido por varias generaciones de vallisoletanos hasta la actualidad.

Aún pendiente del oportuno proyecto, tal y como ha explicado a este periódico Ignacio de Miguel, gerente de la empresa familiar propietaria del inmueble, Adolfo Domínguez podría diseñar unos escaparates del mismo modo que la peletería contigua, el otro local de este edificio que está en Claudio Moyano, es decir, un hueco de escaparate más amplio que las ventanas actuales lo que, además, conllevaría la supresión de las rejas de hierro forjado tan llamativas, que datan del momento en el que el Banco de Santander ocupó el bloque. Por tanto, no son originales de la construcción.