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Valladolid
Los secretos de la restauración del Palacio de Santa Cruz: delfines, leones y un escudo irrepetibleSecciones
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Los secretos de la restauración del Palacio de Santa Cruz: delfines, leones y un escudo irrepetibleHay delfines, cisnes y leones, un escudo muchas veces repetido pero nunca igual, bolas decorativas que se perdieron con el tiempo y sucesivas cruces de Jerusalén. El Colegio de Santa Cruz es un cofre de joyas y curiosidades que durante estos meses (y tan solo para un pequeño grupo de privilegiados) puedieron apreciarse a tan solo unos milímetros de distancia gracias a las diez plantas de andamios instaladas con motivo de las obras de restauración que desde noviembre se ejecutan en el primer edificio que adoptó en España las líneas del Renacimiento.
Los trabajos afrontaron durante este verano su fase más delicada, con la intervención en el cuerpo central, el más finamente decorado, pero también el que presenta una piedra de peor calidad, lo que obliga a una rehabilitación, si cabe, más minuciosa. «La idea es que entre octubre y noviembre haya terminado la restauración de la fachada», dice Julio Grijalba, vicerrector de Patrimonio, Infraestructuras y Sostenibilidad, quien ya avanzaba que a finales de verano tcomenzaría el desmontaje de parte de los andamios. Será a partir de ahora cuando se empiece a disfrutar, de forma pública, de unos frutos que ahora se pueden apreciar a pie de andamio y que quedarán «perfectamente documentados» (con un mapeo en 3D) para facilitar el trabajo de futuras intervenciones.
Porque las habrá. La última restauración es de mediados de los años 90 (entre 1995 y 1997). «Dentro de 30 o de 40 años habrá que hacer otra. Es inevitable. Aunque se lleven a cabo tareas de mantenimiento, un edificio es como una persona, como un ser vivo que tiene catarros, achaques y goteras», explica Eduardo González Fraile, arquitecto redactor del proyecto y director de la obra, cubierta durante estos meses por un trampantojo interactivo (un código QR ofrece información de estas tareas) de 1.730 metros cuadrados.
La restauración, por partes
La parte final de los trabajos en la fachada del Colegio Mayor Santa Cruz se concentran en la parte central, con suciedad, humedad, pérdidas de material y grietas.
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Punto por punto
Pináculos, balaustrada y cornisa
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Los pináculos habían perdido una parte importante de material, especialmente unas bolas decorativas. Cada uno de ellos tenía cerca de 32 y en algunos apenas se conservaban dos. Ha sido necesaria la recuperación de más de cien mediante mortero de reparación.
1
Se ha detectado pérdida de material en pináculos y en la balaustrada superior. Se han recuperado además los flameros de la cornisa. Esta zona de la cubierta ha sido una de las que ha requerido una más rápida intervención, para la reparación del pesebrón y los canalones.
2
En la cornisa se han encontrado gran cantidad de canes sustituidos en la intervención de Luis Cervera Vera, alrededor de 1980. Los que quedan originales están bastante deteriorados. Por eso, su limpieza se ha afectado exclusivamente por láser para no dañar las piezas más deterioradas.
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4
En las cornisas conviven elementos originales de piedra (sobre todo algunos canecillos) con reintegraciones de piedra y otras de hormigón, unas con morteros blancos y otras, más bastas, con hormigones grises que posteriormente recibieron una mano de pintura para disimular material y color. Se han retirado esos hormigones para hacer nuevos morteros.
Parte superior de la fachada
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En las fachada (y también en el portal de entrada) hay varios escudos del cardenal Mendoza. Y presentan una curiosidad. Todos comparten motivos heráldicos: unas bandas y el lema ‘Ave Maria Gratia Plena’. La curiosidad es que no todas las letras aparecen en los escudos. El cantero empezó a tallar las palabras, empezando por distintas zonas y esto hizo que, en algunos casos, no cupieran todas las letras.
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Escudo de los Reyes Católicos.
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Sobre el escudo de los Figueroa luce el busto de un león que se encuentra en muy mal estado. Se va a proceder a la reconstrucción de una pequeña parte, para que se identifique que se trata de un león, pero sin llevar la recuperación más allá para no inventar ninguna pieza no documentada del original.
8
Los capiteles también se han limpiado y recuperado. Al subir al andamio y ver de cerca el estado del inmuebles, sorprende que en intervenciones anteriores se restauraron los motivos que quedaban a la vista del viandante, pero no aquellos que, escondidos, apenas se podían ver desde la acera.
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El balcón está rematado por un frontón en cuyo centro luce la cabeza de un angelote.
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Portada, arco central y puerta
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En la zona de la portada se hicieron pruebas de limpieza con acetona, proyección de silicato de aluminio y láser de distintas longitudes de onda, ya que la piedra es más blanda y ha de protegerse la zona escultórica. En este caso, los mejores resultados se han obtenido mediante la aplicación de láser.
12
En el arco central sobre la puerta principal se están restaurando varias figuras de delfín. Está rodado por motivos vegetales.
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En el entablamento de la portada de arco de medio punto está representado el Cardenal Mendoza, promotor del edificio, arrodillado ante Santa Elena de Constantinopla, la persona que según la historia católica halló la santa cruz en su peregrinación a Jerusalén.
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Decoración, columnas y sillares
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Decoración de la fachada,
con animales mitológicos
e imaginarios.
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En varias zonas del edificio pueden verse esculpidas varias cruces de Jerusalén, el emblema del Cardenal Mendoza.
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Columnas con motivos vegetales.
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Sillares renacentistas de la parte central de la fachada. Se utilizó a finales del siglo XV una piedra de más fácil labrado que, sin embargo, era mucho más débil, lo que ha perjudicado su estado de conservación.
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Los muros
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21
Han sido halladas reintegraciones volumétricas de impostas realizadas con poliéster y fibra de vidrio, mayormente huecas y en estado de ligera descomposición. Se ha acordado retirar estos elementos extraños que están perjudicando a la piedra y se ha apostado por una reintegración más natural mediante morteros.
20
Se ven las diferentes pruebas de limpieza realizadas sobre la fábrica para retirar las pátinas existentes, que tienen todas yeso en su composición y pueden dañar la piedra. Se observa que la más eficaz en todas las zonas (salvo en la portada) es la limpieza mediante proyección de silicatos de aluminio. También se ha probado con proyección de cáscara de nuez, óxido de aluminio y piedra pómez.
21
En el siglo XVIII hubo una gran intervención en el palacio, con la firma de Ventura Rodríguez, que introdujo elementos neoclásicos, con la construcción de nuevas ventanas, el balcón y rejerías. Esta intervención, posterior en el tiempo, presenta un mejor estado de conservación.
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Juntas y morteros
23
Se han examinado los morteros de juntas existentes y se observa gran diversidad a lo largo de diferentes intervenciones. Algunos de ellos, con componentes cementosos que han sido retirados y sustituidos por morteros de cal que permiten que la piedra no acumule humedad.
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Capitel
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Uno de las partes más dañadas de la fachada era este contrafuerte en la esquina de la plazuela con la calle Cardenal Mendoza. La caída de agua desde la cubierta (el pesebrón estaba roto) dañó gravemente la piedra, afectada también por intervenciones anteriores. Ha sido necesaria la inserción de un esqueleto interior para la posterior reconstrucción de la base.
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La restauración, por partes
La parte final de los trabajos en la fachada del Colegio Mayor Santa Cruz se concentran en la parte central, con suciedad, humedad, pérdidas de material y grietas.
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Punto por punto
Pináculos, balaustrada y cornisa
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Los pináculos habían perdido una parte importante de material, especialmente unas bolas decorativas. Cada uno de ellos tenía cerca de 32 y en algunos apenas se conservaban dos. Ha sido necesaria la recuperación de más de cien mediante mortero de reparación.
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Se ha detectado pérdida de material en pináculos y en la balaustrada superior. Se han recuperado además los flameros de la cornisa. Esta zona de la cubierta ha sido una de las que ha requerido una más rápida intervención, para la reparación del pesebrón y los canalones.
2
En la cornisa se han encontrado gran cantidad de canes sustituidos en la intervención de Luis Cervera Vera, alrededor de 1980. Los que quedan originales están bastante deteriorados. Por eso, su limpieza se ha afectado exclusivamente por láser para no dañar las piezas más deterioradas.
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En las cornisas conviven elementos originales de piedra (sobre todo algunos canecillos) con reintegraciones de piedra y otras de hormigón, unas con morteros blancos y otras, más bastas, con hormigones grises que posteriormente recibieron una mano de pintura para disimular material y color. Se han retirado esos hormigones para hacer nuevos morteros.
Parte superior de la fachada
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En las fachada (y también en el portal de entrada) hay varios escudos del cardenal Mendoza. Y presentan una curiosidad. Todos comparten motivos heráldicos: unas bandas y el lema ‘Ave Maria Gratia Plena’. La curiosidad es que no todas las letras aparecen en los escudos. El cantero empezó a tallar las palabras, empezando por distintas zonas y esto hizo que, en algunos casos, no cupieran todas las letras.
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Escudo de los Reyes Católicos.
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Sobre el escudo de los Figueroa luce el busto de un león que se encuentra en muy mal estado. Se va a proceder a la reconstrucción de una pequeña parte, para que se identifique que se trata de un león, pero sin llevar la recuperación más allá para no inventar ninguna pieza no documentada del original.
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Los capiteles también se han limpiado y recuperado. Al subir al andamio y ver de cerca el estado del inmuebles, sorprende que en intervenciones anteriores se restauraron los motivos que quedaban a la vista del viandante, pero no aquellos que, escondidos, apenas se podían ver desde la acera.
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El balcón está rematado por un frontón en cuyo centro luce la cabeza de un angelote.
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Portada, arco central y puerta
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En la zona de la portada se hicieron pruebas de limpieza con acetona, proyección de silicato de aluminio y láser de distintas longitudes de onda, ya que la piedra es más blanda y ha de protegerse la zona escultórica. En este caso, los mejores resultados se han obtenido mediante la aplicación de láser.
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En el arco central sobre la puerta principal se están restaurando varias figuras de delfín. Está rodado por motivos vegetales.
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En el entablamento de la portada de arco de medio punto está representado el Cardenal Mendoza, promotor del edificio, arrodillado ante Santa Elena de Constantinopla, la persona que según la historia católica halló la santa cruz en su peregrinación a Jerusalén.
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Decoración, columnas y sillares
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Decoración de la fachada,
con animales mitológicos
e imaginarios.
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En varias zonas del edificio pueden verse esculpidas varias cruces de Jerusalén, el emblema del Cardenal Mendoza.
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Columnas con motivos vegetales.
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Sillares renacentistas de la parte central de la fachada. Se utilizó a finales del siglo XV una piedra de más fácil labrado que, sin embargo, era mucho más débil, lo que ha perjudicado su estado de conservación.
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Los muros
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Han sido halladas reintegraciones volumétricas de impostas realizadas con poliéster y fibra de vidrio, mayormente huecas y en estado de ligera descomposición. Se ha acordado retirar estos elementos extraños que están perjudicando a la piedra y se ha apostado por una reintegración más natural mediante morteros.
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Se ven las diferentes pruebas de limpieza realizadas sobre la fábrica para retirar las pátinas existentes, que tienen todas yeso en su composición y pueden dañar la piedra. Se observa que la más eficaz en todas las zonas (salvo en la portada) es la limpieza mediante proyección de silicatos de aluminio. También se ha probado con proyección de cáscara de nuez, óxido de aluminio y piedra pómez.
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En el siglo XVIII hubo una gran intervención en el palacio, con la firma de Ventura Rodríguez, que introdujo elementos neoclásicos, con la construcción de nuevas ventanas, el balcón y rejerías. Esta intervención, posterior en el tiempo, presenta un mejor estado de conservación.
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Juntas y morteros
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Se han examinado los morteros de juntas existentes y se observa gran diversidad a lo largo de diferentes intervenciones. Algunos de ellos, con componentes cementosos que han sido retirados y sustituidos por morteros de cal que permiten que la piedra no acumule humedad.
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Capitel
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Uno de las partes más dañadas de la fachada era este contrafuerte en la esquina de la plazuela con la calle Cardenal Mendoza. La caída de agua desde la cubierta (el pesebrón estaba roto) dañó gravemente la piedra, afectada también por intervenciones anteriores. Ha sido necesaria la inserción de un esqueleto interior para la posterior reconstrucción de la base.
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La restauración, por partes
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La parte final de los trabajos en la fachada del Colegio Mayor Santa Cruz se concentran en la parte central, con suciedad, humedad, pérdidas de material y grietas.
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Pináculos, balaustrada y cornisa
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Los pináculos habían perdido una parte importante de material, especialmente unas bolas decorativas. Cada uno de ellos tenía cerca de 32 y en algunos apenas se conservaban dos. Ha sido necesaria la recuperación de más de cien mediante mortero de reparación.
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Se ha detectado pérdida de material en pináculos y en la balaustrada superior. Se han recuperado además los flameros de la cornisa. Esta zona de la cubierta ha sido una de las que ha requerido una más rápida intervención, para la reparación del pesebrón y los canalones.
2
En la cornisa se han encontrado gran cantidad de canes sustituidos en la intervención de Luis Cervera Vera, alrededor de 1980. Los que quedan originales están bastante deteriorados. Por eso, su limpieza se ha afectado exclusivamente por láser para no dañar las piezas más deterioradas.
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En las cornisas conviven elementos originales de piedra (sobre todo algunos canecillos) con reintegraciones de piedra y otras de hormigón, unas con morteros blancos y otras, más bastas, con hormigones grises que posteriormente recibieron una mano de pintura para disimular material y color. Se han retirado esos hormigones para hacer nuevos morteros.
Parte superior de la fachada
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En las fachada (y también en el portal de entrada) hay varios escudos del cardenal Mendoza. Y presentan una curiosidad. Todos comparten motivos heráldicos: unas bandas y el lema ‘Ave Maria Gratia Plena’. La curiosidad es que no todas las letras aparecen en los escudos. El cantero empezó a tallar las palabras, empezando por distintas zonas y esto hizo que, en algunos casos, no cupieran todas las letras.
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Escudo de los Reyes Católicos.
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Sobre el escudo de los Figueroa luce el busto de un león que se encuentra en muy mal estado. Se va a proceder a la reconstrucción de una pequeña parte, para que se identifique que se trata de un león, pero sin llevar la recuperación más allá para no inventar ninguna pieza no documentada del original.
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Los capiteles también se han limpiado y recuperado. Al subir al andamio y ver de cerca el estado del inmuebles, sorprende que en intervenciones anteriores se restauraron los motivos que quedaban a la vista del viandante, pero no aquellos que, escondidos, apenas se podían ver desde la acera.
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El balcón está rematado por un frontón en cuyo centro luce la cabeza de un angelote.
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En la zona de la portada se hicieron pruebas de limpieza con acetona, proyección de silicato de aluminio y láser de distintas longitudes de onda, ya que la piedra es más blanda y ha de protegerse la zona escultórica. En este caso, los mejores resultados se han obtenido mediante la aplicación de láser.
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En el arco central sobre la puerta principal se están restaurando varias figuras de delfín. Está rodado por motivos vegetales.
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En el entablamento de la portada de arco de medio punto está representado el Cardenal Mendoza, promotor del edificio, arrodillado ante Santa Elena de Constantinopla, la persona que según la historia católica halló la santa cruz en su peregrinación a Jerusalén.
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Decoración, columnas y sillares
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Decoración de la fachada, con animales mitológicos e imaginarios.
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En varias zonas del edificio pueden verse esculpidas varias cruces de Jerusalén, el emblema del Cardenal Mendoza.
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Columnas con motivos vegetales.
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Sillares renacentistas de la parte central de la fachada. Se utilizó a finales del siglo XV una piedra de más fácil labrado que, sin embargo, era mucho más débil, lo que ha perjudicado su estado de conservación.
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Los muros
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Han sido halladas reintegraciones volumétricas de impostas realizadas con poliéster y fibra de vidrio, mayormente huecas y en estado de ligera descomposición. Se ha acordado retirar estos elementos extraños que están perjudicando a la piedra y se ha apostado por una reintegración más natural mediante morteros.
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Se ven las diferentes pruebas de limpieza realizadas sobre la fábrica para retirar las pátinas existentes, que tienen todas yeso en su composición y pueden dañar la piedra. Se observa que la más eficaz en todas las zonas (salvo en la portada) es la limpieza mediante proyección de silicatos de aluminio. También se ha probado con proyección de cáscara de nuez, óxido de aluminio y piedra pómez.
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En el siglo XVIII hubo una gran intervención en el palacio, con la firma de Ventura Rodríguez, que introdujo elementos neoclásicos, con la construcción de nuevas ventanas, el balcón y rejerías. Esta intervención, posterior en el tiempo, presenta un mejor estado de conservación.
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Juntas y morteros
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Se han examinado los morteros de juntas existentes y se observa gran diversidad a lo largo de diferentes intervenciones. Algunos de ellos, con componentes cementosos que han sido retirados y sustituidos por morteros de cal que permiten que la piedra no acumule humedad.
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Uno de las partes más dañadas de la fachada era este contrafuerte en la esquina de la plazuela con la calle Cardenal Mendoza. La caída de agua desde la cubierta (el pesebrón estaba roto) dañó gravemente la piedra, afectada también por intervenciones anteriores. Ha sido necesaria la inserción de un esqueleto interior para la posterior reconstrucción de la base.
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Los pináculos habían perdido una parte importante de material, especialmente unas bolas decorativas. Cada uno de ellos tenía cerca de 32 y en algunos apenas se conservaban dos. Ha sido necesaria la recuperación de más de cien mediante mortero de reparación.
Se ha detectado pérdida de material en pináculos y en la balaustrada superior. Se han recuperado además los flameros de la cornisa. Esta zona de la cubierta ha sido una de las que ha requerido una más rápida intervención, para la reparación del pesebrón y los canalones.
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En la cornisa se han encontrado gran cantidad de canes sustituidos en la intervención de Luis Cervera Vera, alrededor de 1980. Los que quedan originales están bastante deteriorados. Por eso, su limpieza se ha afectado exclusivamente por láser para no dañar las piezas más deterioradas.
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En las cornisas conviven elementos originales de piedra (sobre todo algunos canecillos) con reintegraciones de piedra y otras de hormigón, unas con morteros blancos y otras, más bastas, con hormigones grises que posteriormente recibieron una mano de pintura para disimular material y color. Se han retirado esos hormigones para hacer nuevos morteros.
Parte superior de la fachada
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En las fachada (y también en el portal de entrada) hay varios escudos del cardenal Mendoza. Y presentan una curiosidad. Todos comparten motivos heráldicos: unas bandas y el lema ‘Ave Maria Gratia Plena’. La curiosidad es que no todas las letras aparecen en los escudos. El cantero empezó a tallar las palabras, empezando por distintas zonas y esto hizo que, en algunos casos, no cupieran todas las letras.
Escudo de los Reyes Católicos.
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Sobre el escudo de los Figueroa luce el busto de un león que se encuentra en muy mal estado. Se va a proceder a la reconstrucción de una pequeña parte, para que se identifique que se trata de un león, pero sin llevar la recuperación más allá para no inventar ninguna pieza no documentada del original.
Los capiteles también se han limpiado y recuperado. Al subir al andamio y ver de cerca el estado del inmuebles, sorprende que en intervenciones anteriores se restauraron los motivos que quedaban a la vista del viandante, pero no aquellos que, escondidos, apenas se podían ver desde la acera.
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El balcón está rematado por un frontón en cuyo centro luce la cabeza de un angelote.
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Portada, arco central y puerta
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En la zona de la portada se hicieron pruebas de limpieza con acetona, proyección de silicato de aluminio y láser de distintas longitudes de onda, ya que la piedra es más blanda y ha de protegerse la zona escultórica. En este caso, los mejores resultados se han obtenido mediante la aplicación de láser.
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En el arco central sobre la puerta principal se están restaurando varias figuras de delfín. Está rodado por motivos vegetales.
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En el entablamento de la portada de arco de medio punto está representado el Cardenal Mendoza, promotor del edificio, arrodillado ante Santa Elena de Constantinopla, la persona que según la historia católica halló la santa cruz en su peregrinación a Jerusalén.
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Decoración, columnas y sillares
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Decoración de la fachada, con animales mitológicos e imaginarios.
En varias zonas del edificio pueden verse esculpidas varias cruces de Jerusalén, el emblema del Cardenal Mendoza.
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Columnas con motivos vegetales.
Sillares renacentistas de la parte central de la fachada. Se utilizó a finales del siglo XV una piedra de más fácil labrado que, sin embargo, era mucho más débil, lo que ha perjudicado su estado de conservación.
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Los muros
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Han sido halladas reintegraciones volumétricas de impostas realizadas con poliéster y fibra de vidrio, mayormente huecas y en estado de ligera descomposición. Se ha acordado retirar estos elementos extraños que están perjudicando a la piedra y se ha apostado por una reintegración más natural mediante morteros.
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Se ven las diferentes pruebas de limpieza realizadas sobre la fábrica para retirar las pátinas existentes, que tienen todas yeso en su composición y pueden dañar la piedra. Se observa que la más eficaz en todas las zonas (salvo en la portada) es la limpieza mediante proyección de silicatos de aluminio. También se ha probado con proyección de cáscara de nuez, óxido de aluminio y piedra pómez.
En el siglo XVIII hubo una gran intervención en el palacio, con la firma de Ventura Rodríguez, que introdujo elementos neoclásicos, con la construcción de nuevas ventanas, el balcón y rejerías. Esta intervención, posterior en el tiempo, presenta un mejor estado de conservación.
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Se han examinado los morteros de juntas existentes y se observa gran diversidad a lo largo de diferentes intervenciones. Algunos de ellos, con componentes cementosos que han sido retirados y sustituidos por morteros de cal que permiten que la piedra no acumule humedad.
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Uno de las partes más dañadas de la fachada era este contrafuerte en la esquina de la plazuela con la calle Cardenal Mendoza. La caída de agua desde la cubierta (el pesebrón estaba roto) dañó gravemente la piedra, afectada también por intervenciones anteriores. Ha sido necesaria la inserción de un esqueleto interior para la posterior reconstrucción de la base.
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La Universidad ha destinado 700.000 euros en esta obra que busca reverdecer el «buque insignia» de la institución. «Tenemos varios inmuebles históricos», reconoce Grijalba, «pero contar con este, el primer edificio del Renacimiento en España, es un privilegio, y la restauración tiene que estar a la altura». Con las más modernas técnicas láser de limpieza, con análisis de la piedra a través de técnicas no invasivas, con bombardeos de rayos x para analizar el estado de la construcción.
«Este tipo de edificios necesitan un cuidado enorme, hay que socorrerlos continuamente, porque son mucho más delicados de lo que parece», apunta González Fraile. «Aparentan más robustez de la real», cuenta antes de explicarlo con claridad. «Durante siglos, las mejores piedras se destinaban a los castillos y los edificios militares. Aquí, hay buenos materiales en el exterior, pero las zonas interiores de los muros suelen tener cascotes, morteros de cal… y eso hay que cuidarlo más», asegura González Fraile, especialista en restauración de monumentos y catedrático emérito de la UVA.
«También influye que el edificio ha vivido muchas vicisitudes a lo largo de la historia», añade. «No menos de quince actuaciones en 500 años», apunta José Ramón Sola, también redactor del proyecto.
La construcción del palacio comenzó en 1486, por iniciativa del cardenal Pedro González de Mendoza, quien impulsó un colegio universitario en la ciudad, para acoger «primero a gente de mérito y luego a personas con más influencia, como hijos de la aristocracia y la nobleza». Las primera trazas del edificio eran de carácter gótico, pero cuando el cardenal Mendoza lo descubrió, mandó paralizar las obras para adaptarlo a las normas arquitectónicas del Renacimiento, estilo pujante en Italia, del que era gran admirador. Y así, lo introdujo en España a partir de Valladolid. «En estas obras de restauración hemos descubierto, en el interior de los muros, algunas piezas renacentistas que no corresponden con el resultado final, lo que nos da testimonio de que hubo varias pruebas e intentos». «Es un edificio que consta de varias capas de cebolla. La fachada, claro, es las más importante, la que atesora el poder visual, un carácter representativo que podríamos definir como el Instagram del Renacimiento», cuenta Sola.
A partir de aquí, ha habido numerosas intervenciones posteriores. La más importante fue la llevada a cabo por Ventura Rodríguez, quien introdujo en el siglo XVIII líneas neoclásicas en los balcones y ventanas. También la rejería (sometida hoy a su limpieza) es de esta época. Y ahora se hacen pruebas de color para que reviva la que pudo ser su imagen original.
Ventura Rodríguez utilizó para su reinterpretación del edificio una piedra de mejor calidad que la original. La mayor parte de la fachada del palacio está construida con piedra caliza del páramo, seguramente de Villanubla. Y con una curiosidad: apenas hay (sobre todo en la parte inferior del inmueble) marcas de cantero. Para esas piezas del siglo XVIII se usó una piedra similar, procedente de Sepúlveda con toda probabilidad. Pero para el cuerpo central, también de finales del siglo XV, se empleó piedra dolomita, de Torrelaguna, un municipio al norte de Madrid, cerca de Guadalajara, donde el cardenal Mendoza tenía sus canteras. «Es piedra franca, que se trabaja igual en todos los sentidos. Se puede esculpir en ella con gran facilidad, es como tiza», indican los arquitectos. Esto permite tallas detallistas y delicadas, pero no es un material resistente, mucho menos a la intemperie, con el sol de cara durante buena parte del día (orientación oeste). Y a esto habría que añadir los problemas que se han sumado en este siglo XX: tráfico, contaminación, diferencias cada vez más acusadas de temperaturas.
Las tareas de restauración llevadas a cabo en el pasado, todas ellas acometidas seguramente con la mejor de las intenciones, no siempre fueron beneficiosas para el edificio. Para la reparación y las reconstrucciones anteriores se usaron cementos y poliésteres que fueron considerados punteros en su momento, pero que no dejaban transpirar a las piedras, lo que agudizó los problemas de humedades. Por eso, una de las grandes labores llevadas a cabo en esta restauración de 2024 ha sido examinar los morteros de las juntas existentes: se han abierto, limpiado y renovado. Para ello, se han quitado las uniones de cemento, yeso y resinas que se emplearon en el pasado y ahora se ha recuperado un tratamiento más similar al original, con mortero de cal, que permite que las piedras «respiren» y no absorban tanta humedad.
Obras de restauración
en el palacio de Santa Cruz
El análisis de la fachada renacentista recoge
muchas patologías y se ha encontrado
en peor estado del que sospechaba
el equipo restaurador.
Área de visión
Fachada oeste,
ala izquierda
Hongos
y líquenes
Afección muy grave
de humedad
en la piedra
Humedad
con afectación
leve
Alteraciones
cromáticas
Humedades
de capilaridad
Pinturas o
recubrimientos
impermeables
Área de visión
Fachada oeste,
ala derecha
Humedades
de afectación
media
(zonas de
sombra)
Afección muy grave
de humedad
en la piedra
Humedades
de capilaridad
Alteraciones
cromáticas
Afección
de humedad
grave
Pinturas o
recubrimientos
impermeables
Fachada norte
Humedades
de afectación
grave
Humedades
de afectación
media
(zonas de
sombra)
Hongos
y líquenes
Afección
muy grave
de humedad
en la piedra
Humedades
de
capilaridad
Pinturas o
recubrimientos
impermeables
Fachada sur
Afección
muy grave
de humedad
en la piedra
Humedades
de afectación
media (zonas
de sombra)
Afección
de humedad
grave
Hongos
y líquenes
Alteraciones
cromáticas
Humedades
de
capilaridad
Pinturas o
recubrimientos
impermeables
Fuente: UVA
GRÁFICO:
PEDRO RESINA LÓPEZ
Obras de restauración
en el palacio de Santa Cruz
El análisis de la fachada renacentista recoge
muchas patologías y se ha encontrado
en peor estado del que sospechaba
el equipo restaurador.
Área de visión
Fachada oeste,
ala izquierda
Humedades
de capilaridad
Hongos
y líquenes
Afección muy grave
de humedad
en la piedra
Humedad
con afectación
leve
Alteraciones
cromáticas
Pinturas o recubrimientos
impermeables
Área de visión
Fachada oeste,
ala derecha
Humedades
de afectación
media
(zonas de
sombra)
Afección muy grave
de humedad
en la piedra
Humedades
de capilaridad
Afección
de humedad
grave
Alteraciones
cromáticas
Pinturas o recubrimientos
impermeables
Fachada norte
Humedades
de afectación
grave
(esquina suroeste)
Humedades
de afectación
media
(zonas de
sombra)
Hongos
y líquenes
Pinturas o
recubrimientos
impermeables
Afección
muy grave
de humedad
en la piedra
Humedades
de capilaridad
Fachada sur
Afección
de humedad
grave
Humedades
de afectación
media (zonas
de sombra)
Hongos
y líquenes
Pinturas o
recubrimientos
impermeables
Afección
muy grave
de humedad
en la piedra
Alteraciones
cromáticas
Humedades
de capilaridad
Fuente: UVA
GRÁFICO: PEDRO RESINA LÓPEZ
Obras de restauración en el palacio de Santa Cruz
El análisis de la fachada renacentista recoge muchas patologías
y se ha encontrado en peor estado del que sospechaba el equipo restaurador.
Fachada oeste
Humedades
de afectación
media
(zonas de
sombra)
Hongos
y líquenes
Afección muy grave
de humedad
en la piedra
Humedad
con afectación
leve
Alteraciones
cromáticas
Humedades
de capilaridad
Afección
de humedad
grave
Fachada norte
Fachada sur
Pinturas o recubrimientos
impermeables
Fachada norte
Fachada sur
Humedades
de afectación
grave
(esquina suroeste)
Humedades
de afectación
media
(zonas de
sombra)
Afección
de humedad
grave
Humedades de afectación
media (zonas de
sombra)
Hongos
y líquenes
Hongos
y líquenes
Pinturas o
recubrimientos
impermeables
Afección
muy grave
de humedad
en la piedra
Alteraciones
cromáticas
Humedades
de capilaridad
Fuente: UVA
GRÁFICO: PEDRO RESINA LÓPEZ
Uno de los primeros pasos ha sido la recuperación de las cubiertas, con la restauración de los canalones y de la balaustrada (que habían registrado desprendimientos de la cornisa). «Con el paso del tiempo, se había debilitado mucho el gran pesebrón que recoge las aguas». Presentaba juntas cuarteadas y estaba lleno de vegetación. Esto provocaba colapsos en el sistema de evacuación de las aguas pluviales y acrecentaba los problemas de humedad», indica José Ramón Sola. Esta «humedad en el alma de los muros, al salir al exterior, arrastra todas las sales, que producen una erosión importante en las piedras», indica Óscar Luis Casado, arquitecto director de la obra por la Universidad.
Una de las zonas más delicadas está en el contrafuerte que hace esquina con la calle Cardenal Mendoza (con mirada hacia el colegio de San José). «Había entrado agua y estaba en muy mal estado. Estaba exfoliado, desligado y hemos tenido que hacer unas labores importantes de consolidación».
Además, se está llevando a cabo una «respetuosa» restauración artística, con la recuperación tanto de los sillares del cuerpo central como de los grupos escultóricos, hasta el punto en el que se facilite su lectura (que se identifiquen las figuras que representan), pero sin llegar a una reconstrucción total que incluya piezas perdidas de las que no existe documentación. «No nos vamos a inventar nada», aseguran los responsables de la obra, quienes recuerdan que esta delicada fase es la que acomete durante estas semanas, junto a la limpieza con láser de las esculturas. «Es una labor casi de orfebrería para retirar, milímetro a milímetro, las capas de suciedad acumuladas durante tantos años».
Y aquí hay que actuar sobre algunos de los elementos más representativos de la fachada. Como las cruces de Jerusalén (uno de los emblemas del cardenal Mendoza), repartidas en varias zonas del inmueble. También sus escudos, todos ellos rayados y con el lema 'Ave María Gratia Plena', aunque ninguno de ellos es igual a los demás, ya que las letras de esta consigna no se inscribían en orden y las letras varían de un escudo a otro (y en muchos, ni siquiera se llegaban a completar: se incluían las palabras que cabían).
Entre las filigranas, destacan imágenes de delfines, grifos, numerosos motivos vegetales…
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Ha habido que retirar también elementos utilizados en rehabilitaciones pasadas y que hoy se han demostrado perjudiciales para la piedra, como la fibra de vidrio que, en el siglo XX, se empleó para la reconstruccion de cornisas y capiteles. Con esta intervención, se eliminan esos pegotes y se lleva a cabo una sustitución con mortero, más respetuosa con la construcción original.
Una vez que concluyan todas estas tareas, se aplicará una pátina «para proteger, igualar» y que el Palacio recupere «el color más parecido al que pudo tener en 1490». Para ello, se han tomado muestras de distintas partes de la fachada y analizado la luminancia. Y todo ello, para recuperar el esplendor de un edificio que este otoño se podrá de nuevo disfrutar en plenitud.
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