Los robos de catalizadores se mudan a los garajes de Villa de Prado

Allí reside Carmen Ponce, quien en la mañana de este martes se percató de que le faltaba el catalizador, la sonda lambda y desperfectos de su coche de 21 años. Unos daños que le han modificado sus hábitos para ir a trabajar diariamente al centro comercial Vallsur, pero sobre todo le ha generado la preocupación ante la posibilidad de perder el vehículo. «Tengo miedo de que la aseguradora solo pague por el valor que tiene el coche, que tiene 21 años, y eso no llegue al total de la reparación. De momento, la Policía, tras poner la denuncia, ya me ha llamado para ver el vehículo en el taller», apunta Ponce, que acude al trabajo estos días con el coche de su hermano. «Esta noche no he dormido pensando qué podían hacer en este vehículo», continúa.

Precisamente en ese aparcamiento comunitario subterráneo se han registrado más robos en los últimos días. Concretamente en la madrugada del martes, cuando aparecieron las lunas de una furgoneta reventadas. Del interior, según refleja la denuncia interpuesta en la Policía Nacional, se han llevado las herramientas de un profesional. Los hechos los investiga ya la Policía Judicial. «No es la primera vez que nos roban en este garaje. Somos alrededor de nueve bloques de viviendas. Una vez rompían las lunas de los coches para hacerse con los mandos de las puertas», apunta Carmen Ponce.

Estos robos de catalizadores se suman a los ocurridos este verano en Pinar de Jalón y entre el parque de Canterac y el Hospital Río Hortega y, recientemente, en el sur de la ciudad. Exactamente en un radio de un kilómetro, el que discurre entre las calles Capuletti, enfrente de la Consejería de Presidencia, y Alcaparra, en el barrio de El Peral. Un breve lapso de tiempo entre todos los robos (tres catalizadores en dos noches) que propició el inicio de una rápida investigación de la Policía como ha sucedido con los de Villa de Prado.

La sustracción de estas piezas ya ha obligado a los desguaces de la ciudad a tomar medidas excepcionales para evitar sustos mayores. «Nosotros lo primero que hacemos nada más recepcionar un vehículo es retirar el catalizador para evitar sustos», apunta Manuel Cano, de Desguaces Cano.

Tras ser retiradas, estas van a un contenedor con una custodia especial y con medidas determinadas de seguridad. «Tenemos bastante cuidado. Los desmontamos porque hace unos años nos quitaban muchos», añade Cano, que reconoce que estas piezas alcanzan un valor de entre los 70 y los 200 euros en el mercado negro. «No todos valen lo mismo, ni siquiera en el mismo modelo de coche», prosigue.