Valladolid
La retirada de la verja despeja la plaza de Puente Colgante dos semanas después de su inauguraciónValladolid
La retirada de la verja despeja la plaza de Puente Colgante dos semanas después de su inauguración«La verdad es que ya era hora», suspiran satisfechos los viandantes y nuevos inquilinos que esta semana han visto como la nueva plaza habilitada en el patio del antiguo cuartel de la Guardia Civil de Puente Colgante perdía por fin el último vestigio de ... su pasado militar para abrirse definitivamente a la ciudad, y a sus ciudadanos, dos semanas después de la sonada inauguración de las recién estrenadas viviendas de alquiler social para jóvenes en las que se ha reconvertido el edificio. Y del anuncio de que este ágora de casi tres mil metros cuadrados pasará, «próximamente», según acotaron después, a llamarse 'coronel Manuel López Muñoz, en memoria del militar asesinado por los Grapo en el Cuatro de Marzo el 15 de junio de 1990.
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Aquella inauguración, encabezada por los presidentes de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y de la Diputación, Conrado Íscar, y el alcalde, Jesús Julio Carnero, en la que se formalizó la entrega de las llaves a los primeros de los 63 adjudicatarios de los remozados pisos de alquiler, se produjo con un escollo urbanístico, y no menor, que reduciría desde entonces a la mínima expresión el acceso a la plaza sin placa por el paseo del Cid. Los operarios solo retiraron aquel día un pequeño tramo de 12 metros de los 50 que medía la oxidada verja verde del antiguo patio del cuartel. Y allí, con sus 38 metros de longitud y luciendo aún carteles de su pasado militar -un 'SOLO AUTORIZADOS' en mayúsculas-, se mantuvo cercenando el grueso de la entrada de vecinos y visitantes.
Trece días, con sus trece noches, se mantuvo el vestigio del cuartel en pie. Hasta que el pasado martes (29 de octubre) los operarios acudieron por fin a la plaza y retiraron la oxidada reja verde. «Estuvieron por la mañana y enseguida la quitaron... por fin», relatan los vecinos, muchos de los cuales ultiman estos días sus mudanzas y que desde ese día, «por fin», pueden meter por unos minutos sus coches a la plaza -hasta ahora la verja lo impedía- para facilitar la descarga de enseres al borde de los portales del interior de la plaza.
Otro llamativo, como mínimo, escollo urbanístico, en cuanto a la accesibilidad de la plaza, bordea su perímetro. Allí se conserva una estrecha acera de brea de apenas un metro y medio de ancho, con su firme irregular y sus viejos bordillos -la misma que en el resto del paseo del Cid-. Algo sorprendente si se tiene en cuenta que es la única vía de paso -al otro lado no hay acera- tanto a la plaza como a los portales interiores de unas viviendas en las que se han invertido más de siete millones de euros para su rehabilitación después de diez largos años exactos desde la declaración de ruina -el 30 de octubre de 2014- del cuartel cuando aún era habitado por familias de guardias civiles.
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La reparación de la acera, en este sentido, apunta a ser competencia municipal si se tiene en cuenta que todo el paseo del Cid, en sus más de cuatrocientos metros de longitud entre las calles Puente Colgante y Valdivia, mantiene la brea en su estrecha acera del lado de las viviendas y carece de la misma del lado de los jardines que miran a la margen izquierda del Pisuerga. Este paseo, de hecho, no se incluyó en las progresivas obras de reurbanización del entorno, que concluyeron a finales del año pasado con el adoquinado completo de la paralela avenida de los Reyes Católicos y de todas las vías perpendiculares que desembocan en el paseo del Cid.
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Antonio G. Encinas
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Tanto es así que las aceras adoquinadas bordean tres de los cuatro laterales del remozado bloque del antiguo cuartel de Puente Colgante Reyes Católicos, Juan Sebastián Elcano y Puente Colgante-, todos salvo el acceso a la plaza del 'coronel López Muñoz' por el paseo del Cid. Allí, a ambos lados de sus cincuenta metros lineales de entrada, ahora abiertos de par en par con la retirada de la vieja verja, el adoquinado se corta de forma abrupta salvo por un par de parches de hormigón que dan paso al irregular firme de brea del grueso de la acera.
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En cuanto a la nueva plaza en sí, inaugurada el pasado 16 de octubre, el espacio cuenta con 2.883 metros cuadrados en los que se han habilitado parterres ajardinados con 27 árboles, aún de escaso porte, en torno a un espacio estancial con cinco bancos, un pequeño espacio de juegos infantiles con tres balancines y cinco faroles diferentes a las ocho colocadas en el vial de rudo hormigón que recorre las entradas interiores a sus ocho portales y por las que pueden acceder los vecinos -ninguna señal lo impide- con sus coches para realizar breves cargas y descargas.
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