Portales a los que intentó acceder el sospechoso, en Amor de Dios y Gutierre de Cetina.
La Rondilla (Valladolid)

La resistencia de los cuatro abuelos ante el sospechoso del triple crimen: «Todos le plantaron cara»

Vecinos de los bloques a los que intentó acceder A. Y. minutos antes de ser detenido destacan el valor de los dos matrimonios para que no se escondiera en sus viviendas

Álvaro Muñoz

Valladolid

Martes, 16 de agosto 2022

Su valor y arrojo fue determinante para dar con la detención de A. Y., principal sospechoso del triple crimen de La Rondilla en el que fallecieron tres personas en dos pisos a una escasa distancia entre ellos (calle Linares, 32 y Marqués de Santillana, 2). ... Los cadáveres, calcinados y dos ellos con signos manifiestos de heridas con arma blanca, fueron encontrados sobre las 16:30 horas del pasado sábado después de que los Bomberos de Valladolid completarán las labores de extinción.

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Seis horas después del macabro hallazgo, en las calles aledañas, se desarrollaron los episodios finales de un suceso que deja cuatro héroes, anónimos ante la sociedad en general pero con el reconocimiento de los agentes y de sus vecinos, los mismos que vieron y escucharon todo lo sucedido entre las 22:15 y las 23:00 horas, momento que fue finalmente detenido A. Y. en la calle Góngora.

El desenlace de la trágica historia arranca a las 22:15 horas en el número 33 de la calle Amor de Dios. Un portal que forma un angosto ángulo y que sirve de atajo para llegar hasta Portillo de Balboa. Allí centró su mirada A. Y. para esconderse tras vislumbrar el dispositivo que la Policía Nacional empezaba a desplegar para evitar una posible huida del sospechoso.

Accedió al portal y puso rumbo a uno de los pisos bajos del número 33, donde reside un matrimonio mayor. «Le plantamos resistencia y conseguimos echarle», recuerda el marido por el telefonillo antes de ser cortado por un familiar al recordarle que «no ves lo que te pasó el viernes».

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Llevaba una navaja

En la misma puerta de acceso al portal, otra pareja recuerda lo vivido sobre las 22:15 horas. «Tuvieron mucho valor porque el hombre llevaba una navaja. Les debió hacer varias heridas y estuvieron alrededor de dos horas en el interior de la ambulancia, aunque no fueron trasladados al hospital. Puede ser que vinieran de andar sobre esas horas y que esta persona (por el detenido posteriormente) les sorprendiera cuando intentaban entrar en su casa», explica una vecina del bloque, a la que le llama la atención que no escuchara ninguna sirena. «Los policías y los sanitarios llegaron enseguida y registraron todas las plantas del edificio. No escuchamos ningún ruido, parecía que estuvieran a escasos metros por lo rápido que sucedió todo», concluye.

Tras el intento frustrado en Amor de Dios 33, A. Y. cambió de objetivo. Media hora más tarde, sobre las 22:45 horas, empezó a seguir a otro matrimonio de avanzada edad en la calle Gutierre de Cetina con la intención de repetir el 'modus operandi'. Mismo prototipo de víctimas y mismo propósito, colarse en su vivienda para esconderse.

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«Al llegar al portal, el matrimonio y el detenido entraron a la vez. Al escuchar que la pareja se quedaba en uno de los pisos bajos, él se montó en el ascensor afirmando que iba al tercero o cuarto. Salió del ascensor y sorprendió al matrimonio en el rellano de su casa. La mujer plantó cara y empezó a gritar», detalla un vecino que salió al portal al escuchar el tumulto en el exterior de su vivienda. «Luego me enteré de lo que supuestamente había hecho y se me pone la piel de gallina. Me podía haber hecho lo mismo que a las personas de Linares y Marqués de Santillana», añade.

Fue precisamente él, que no quiere desvelar ni su nombre ni el piso en el que vive, el que se encargó de levantar al matrimonio del suelo. «Al hombre le acompañé hasta la salita de estar y a la mujer la levanté del suelo. A escasos minutos llegó la Policía y la ambulancia y yo me retiré. Fue otra vecina (que no ha querido hacer ningún comentario de su intervención) la que llamó y la que vio al agresor. Dio detalles de la ropa que llevaba y la dirección que había tomado tras abandonar el portal», concluye este vecino del número 2 de Gutierre de Cetina.

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Los golpes al matrimonio propició que se les trasladaran al hospital, donde fueron atendidos. Horas más tarde recibieron el alta y desde entonces conviven en casa de una hija.

Tras la huida de su segunda intentona, A. Y. puso rumbo a la calle Góngora, compró una botella de agua en un locutorio y se escondió entre dos coches antes de ser sorprendido finalmente por agentes de la Policía Nacional.

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