Valladolid
El Renault Siete vuelve a casa en el triste aniversario de sus 50 años de vidaValladolid
El Renault Siete vuelve a casa en el triste aniversario de sus 50 años de vidaSi tienes un coche como este es por razones sentimentales. Me recuerda tu infancia, cuando monté por primera vez de niño y pensé que era el más bonito del mundo», explica Víctor Tranche, propietario de un flamante Renault Siete, un modelo fabricado en exclusiva en ... Valladolid que este fin de semana ha vuelto a circular en caravana por la que fue su cuna hace medio siglo de vida. Una efeméride, en positivo, que han querido celebrar en la capital los poseedores de 40 de los 159.533 modelos que salieron de la factoría de Fasa; pero que esconde una tragedia ocurrida precisamente cuando aquel R-5 con 'culo' estaba ya en fase de producción y casi listo para una salida al mercado nacional que tuvo que retrasarse a raíz del voraz incendio, intencionado, según todos los indicios, que arrasó la planta de Montaje 2 el 30 de octubre de 1974, hace ahora cincuenta años, y que dejó diez fallecidos –siete trabajadores de limpieza y tres operarios de la propia Fasa–.
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El Renault Siete fue una rareza en la flota de la época de la firma francesa, ya que su producción se destinó solo a España y su nombre se inscribió en el portón del maletero con letras, y no con números, como era la dinámica habitual de la empresa. El caso es que aquel modelo destinado a ofrecer una alternativa más asequible para las familias que el entonces buque insignia de su flota, el R-12, fue presentado en sociedad el 7 de noviembre de 1974 en Alicante.
Fue una convocatoria organizada con antelación a la tragedia de finales de octubre y allí se confirmó que la venta del flamante Renault Siete, prevista para ese mismo mes, se retrasaría unas cuantas semanas por el incendio de la fábrica. «Fue la nota triste de esta presentación; mucho más triste para quienes hemos visto nacer esta industria y hemos seguido, paso a paso, su desarrollo hasta situarla en cabeza de las industrias europeas del automóvil», relataba el autor (J. L. L.) del artículo publico por El Norte con motivo de la presentación del Renault Siete, cuya fabricación en la planta vallisoletana (1974-1982) coincidió en el tiempo con la de su hermano menor, el más popular y longevo R-5 (1972-1984).
Los primeros modelos del Renault Siete saldrían finalmente a la venta y la cadena vallisoletana, una vez recuperada la normalidad en la factoría –las llamas devoraron 10.000 de sus más de 60.000 metros cuadrados–, produciría 19.941 unidades anuales, 5.000 menos de las previstas inicialmente, durante los ocho años que estuvo en fabricación. El Siete, eso sí, acabaría sustituyéndose en 1978 por el 7 tradicional de la firma del rombo.
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Los últimos R-7, con pequeñas modificaciones en su motor original de 1.037 centímetros cúbicos, incorporarían algunas novedades como cabeceros en sus asientos delanteros en el modelo de gama alta (GTL). «Aquí he traído uno de los primeros modelos que se vendieron, de 1975», mostraba ayer orgulloso Eduardo Peñalver, un coleccionista leonés de Renault Siete, que tiene precisamente siete modelos de todas las épocas. «Es una enfermedad, heredé uno de mi abuelo y, como me gustan muchísimo, he seguido comprando», reconoce el participante de la concentración que este fin de semana ha reunido cuarenta Renault Siete en una caravana que ha recorrido la capital en la que nació hace medio siglo y su entorno, con paradas en la fábrica y en el concesionario de Vasa en Arroyo; así como distintas carreteras de la provincia, en una cita organizada por la asociación Renault Siete7 club.
José Luis Jimeno
Presidente de la asociación de Amigos de Renault
Un viaje al pasado, con un triste telón de fondo, pero que devuelve a la vida aquel popular modelo que condujeron cerca de 160.000 españoles y que unas decenas de nostálgicos conservan con mimo. «No es un coche muy cotizado, puedes comprar uno en buen estado de revista por unos 2.000 euros», explica Miguel Ángel Brezmes, un vallisoletano que aún conduce uno de los R-Siete que no solo fueron fabricados aquí sino que fueron diseñados directamente en España sin pasar por Francia, como era lo habitual en los modelos de la época. Aquel coche, cuya «mecánica permite una mantenimiento bastante asequible», vino a sustituir al R-8 para ocupar el segmento familiar intermedio entre los R 5 y 12.
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«ElRenault Siete va dirigido a los que prefiriendo un coche clásico de tres cuerpos y cuatro puertas (como el Renault 8), buscan una mecánica avanzada (tipo Renault 5 o Renault 6) dentro de una línea moderna y sobria», apuntaba el cronista que recogió la presentación del modelo aquel 7 de noviembre de 1974, quien concretaba que se trataba de un «coche familiar medio que le hacía falta a Fasa-Renault» y del que se dijo que venía «a comerse al veterano R-8 y al discutido R-6».
«Es muy bonito conservar los clásicos y ojalá algún día podamos ver todos estos modelos en un museo de Renault en Valladolid por el que llevamos años peleando», apuntaba ayer el presidente de la asociación de Amigos de Renault, José Luis Jimeno, que estuvo presente en la cita de los Renault Siete.
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