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No hace falta salir de Valladolid para poder contemplar el primer coche que se fabricó en FASA hace casi setenta años. En el vestíbulo del Museo de la Ciencia, al que se puede acceder gratuitamente, permanece estacionado desde mayo del 2007 el primer turismo que se fabricó en las antiguas naves del Paseo de Arco de Ladrillo. Hablamos del legendario Renault 4CV, el primero de los 26.298 que salieron entre 1953 y 1958 de la factoría capital del Pisuerga, una joya automovilística que a punto estuvo de ser convertida en un amasijo de hierros. «La primera piedra del despegue económico de Valladolid y, en cierto modo, de toda Castilla». Palabra de Miguel Delibes. Abro hilo:
↓ El 18 de abril de 1953 se presentó en el Ayuntamiento de Valladolid el primer Renault 4CV montado en FASA, pero no fue hasta 1 de agosto de ese mismo año cuando comenzó el trabajo en cadena en las naves de los números 44/46 del Paseo del Arco de Ladrillo. Once días más tarde, los vallisoletanos ya pudieron ver desfilar desde la factoría de FASA hasta la Plaza Mayor una caravana con los once primeros 'renaults' –sin matrícula– fabricados en la ciudad castellana. Entre los conductores se encontraba Manuel Jiménez-Alfaro, fundador de la fábrica de automóviles vallisoletana y la persona que había conseguido traerse de Boulogne-Billancourt, en la periferia de París, un par de años antes –el 12 de febrero de 1951– el contrato de cesión de la licencia para fabricar el 4/4 en la piel de toro.
↓ El sueño de Manuel Jiménez-Alfaro pudo empezar a rodar en Valladolid gracias a su alianza con Nicolás Franco Bahamonte –hermano mayor del Generalísimo– que le sirvió para superar todos los escollos administrativos. Pero, ¿qué llevó a un militar andaluz a elegir Valladolid para la primera fábrica de automóviles privada del país? Hay varios motivos. El primero, que en la capital del Pisuerga vivía su madre y su hermano José, que era el director de la Fábrica Nacional de Explosivos. El segundo, que mantenía una gran amistad con el alcalde de la ciudad José González-Regueral, antiguo compañero suyo en la Academia Militar. Y, por último, que consiguió que un grupo de inversores aportaran el primer capital de 5 millones de pesetas de la fábrica y desembolsaran después 39 de los 55 millones de la primera ampliación.
↓ Aunque muchos creen que fue el Seat 600, en realidad fue el Renault 4 CV el primer utilitario que se fabricó en España y puso los cimientos de FASA a mediados del siglo XX, cuando la factoría contaba con menos de un centenar de trabajadores, que cobraban un salario semanal de 165 pesetas (1 euro) los oficiales y 150 pesetas (90 céntimos) los especialistas. Durante muchas décadas, en la empresa vallisoletana se cobraba dinero contante y sonante, efectivo que llegaba en furgones escoltados por la Guardia Civil a la puerta de caja.
↓ Las piezas para montar los primeros Renault 4CV llegaban a la factoría vallisoletana en vagones Transfesa, que contaban con unos ejes intercambiables que les permitían superar las diferencias en el ancho de vía de lado y lado de los Pirineos. El recorrido París-Valladolid se salvaba en tan solo seis días. Los cajones con las piezas de los turismos salían precintados de Billancourt y eran abiertos en el apartadero de la factoría pucelana, ante el personal del Cuerpo Pericial de Aduanas. En las naves de la Carretera de Madrid las carrocerías se desengrasaban con una brocha y gasolina y se pintaban sin cabina. En la línea de guarnecidos se incorporaban todas las piezas –más de 4.000– y en la de carrusel, que estaba elevada, se montaban todos los elementos de los bajos. Era un coche compacto, cómodo y económico, que permitía llevar a cuatro personas, gracias a su suelo plano despejado al situar el motor en voladizo en la parte trasera. Y cubrían los 252,5 kilómetros que separaban Valladolid de Madrid en dos horas y treinta y siete minutos.
↓ En los primeros envíos desde Francia llegaron 84 carrocerías con la primera una base de imprimación, junto con los conjuntos motor-propulsores ensamblados –motor, embrague, caja de velocidades, suspensión y palieres–. En España se fabricaba el equipo eléctrico, desde las bujías a la batería, pasando por las lámparas, el motor de arranque y todo el cableado –219,46 metros por coche– porque había un compromiso con el Ministerio de Industria de que el 25% de las piezas fueran de origen nacional.
↓ El modelo inicial que desfiló por las calles Valladolid era muy vallisoletano. Las primeras unidades se distinguían por seis rayas brillantes –llamadas 'bigotes'– en la calandra, por la chapa ovalada con el anagrama de FASA en el morro y el escudo esmaltado de la ciudad de Valladolid incrustado en el volante. El precio inicial del primer coche de FASA fue de 62.000 pesetas (372 euros). Y no dependía directamente de la empresa. Desde el fin de la Guerra Civil y hasta el año 1966 era la Oficina Central de Precios, dependiente del Ministerio de Industria, quien, a partir de los precios propuestos por los productores, fijaba los precios definitivos de los automóviles.
↓ La producción en serie del 4CV en Valladolid empezó el 1953 y terminó el 21 de noviembre de 1958. Durante este lustro se fabricaron 26.298 unidades. En realidad, este pequeño utilitario se había lanzado en Francia unos años antes, en 1946, con el nombre de Renault 4 CV y bajo el eslogan «¡4 puertas, 4 plazas, 4 CV, 440 000 francos!». Fue un modelo desarrollado clandestinamente en Renault en la Segunda Guerra Mundial. Las primeras unidades fueron pintadas de color amarillo –de ahí su apodo de 'trozo de mantequilla'– con excedentes de pintura de las tropas alemanas y cuentan que su puesta a punto pudo estar supervisada por Ferdinand Porsche. En España, lo rebautizaron como 'cuatro cuatro', por sus cuatro puertas y cuatro plazas. En Valladolid fueron más allá y fue apodado como el 'seis bigotes' o el 'haiguita', aludiendo a sus formas aerodinámicas. Sea como fuere, las publicaciones de la época eran contundentes a la hora de describirlo: «El pequeño 4/4 es formidable, consume poco, anda mucho y no presenta problemas al mantenimiento».
↓ Venía equipados con dos bocinas 'FEMSA', la primera con un sonido más bajo para ciudad y la segunda bocina con un tono más alto para carretera. Y en los primeros modelos, como el que nos ocupa, la puesta en marcha era manual, con un tirador. Esta casa, El Norte de Castilla, adquirió una de esas primeras unidades para «para las necesidades del periódico». Fue Miguel Delibes la persona que convenció a Fernando Altés Villanueva, gerente en aquella época del decano de la prensa española, de comprar este pequeño automóvil. Y, para probarlo, el escritor y director del periódico, se lo llevó a Suances con su mujer y sus hijos. «Era un coche modesto que podía con todo. Afrontaba las cuestas sin arredrarse y la primera le sobraba», escribió Delibes, que quedó tan «encantado» con la experiencia que adquirió otro 'cuatro cuatro' para su familia.
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↓ Porque en el pequeño turismo que se fabricaba en Valladolid, a pesar de ser un utilitario muy compacto –3,60 metros de largo, 1,43 de ancho y 1,45 de alto–, podían viajar cuatro personas cómodamente. Su motor, colocado en la parte trasera, no restaba espacio a los ocupantes y permitía, además, un maletero más que digno en la zona delantera. Y disponía de cuatro puertas, un punto a su favor frente al Seat 600. El pequeño propulsor de 4 cilindros rendía 21 CV, suficientes para lanzar los 600 kilos de peso hasta los 80 kilómetros por hora con una caja de cambios de solo tres relaciones.
↓ El primer 4/4 que salió de la cadena de montaje vallisoletana con el número de fabricación 00001 quedó registrado en Tráfico con la matrícula M-106.741 y fue declarado el 17 de noviembre de 2004 por la Junta de Castilla y León Bien de Interés Cultural. La primera propietaria fue una mujer sevillana, Asunción Agruña y de Zapata.
↓ El vehículo, propiedad en la actualidad de la familia Jiménez-Alfaro, se expone de forma permanente en el Museo de la Ciencia de Valladolid desde el año 2007. Y se puede ver gratis, porque cualquier persona puede acceder al vestíbulo del museo de la Avenida de Salamanca sin pagar entrada. Cualquier día de la semana, excepto los lunes. Si hoy podemos ver el FASA 00001 es gracias a la ingente labor del madrileño Enrique Martí Mingarro, presidente del Club Español de Amigos del Renault 4/4 y un enamorado de este mítico vehículo. Él fue quien localizó el coche, lo recuperó y lo restauró. Porque el primer vehículo que salió de FASA estuvo a punto de convertirse en un amasijo de hierros. «Renault lo había tirado en un desguace de Madrid». Se lo contamos en siete días.
Enrique Martí Mingarro, presidente del Club Español de Amigos del Renault 4/4, localizó y restauró el primer turismo que salió de la factoría de Arco de Ladrillo y que Renault había tirado en un desguace de Madrid: «Ha sido el gran proyecto de mi vida», asegura.
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