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Un agente de la Policía Científica obtiene dos muestras en el lugar de la explosión. El Norte
Explosión de gas en Valladolid

La reforma de la cocina que pudo desencadenar la trágica explosión en Goya

La principal hipótesis de la Policía es que la fallecida llegó a la vivienda después de pasear a los perros, olió a gas y cerró la llave de la caldera, aunque la fuga provenía de otro punto

Álvaro Muñoz

Valladolid

Sábado, 27 de enero 2024, 19:33

Fue una explosión «accidental», así califica la Policía Científica lo ocurrido en la noche del 1 de agosto en el 1ºC del número 32 de la calle Goya. Allí, epicentro de la deflagración, se produjo una gran acumulación de gas que acabó con la ... vida de Teresa Bergondo, de 53 años, después de un cúmulo de acontecimientos ocurridos ese mismo día, pero también hace décadas a tenor del informe vinculante de los expertos.

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Lo que pasó ese 1 de agosto es que Teresa llegó a casa a última hora de la tarde después de pasear a sus perros. Se percató de un fuerte olor a gas e inmediatamente cerró la llave de la caldera (así la hallaron los agentes). Hecho este insólito porque según declaró su hija su madre siempre la tenía abierta, tanto en verano como en invierno, para disponer de agua caliente. Teresa intentó solventar ese olor cerrando la llave que más tenía a la vista, sin percatarse de la importancia de girar la llave general de entrada a la vivienda. Hasta abrió las ventanas para airear el inmueble.

Lo que no sabía la víctima es que el escape que estaba inundando su vivienda esa tarde provenía de otro punto, concretamente de un codo sin soldar después de unas modificaciones en la cocina hace años (entre 2000 y 2012), cuando sus hijos eran pequeños. Por motivos que se desconocen, aunque la Científica tiene indicios, ese elemento se soltó y el gas se multiplicó por todo el inmueble.

Tubo sin soldar y por el que se produjo la fuga en la vivienda de Teresa, según la Policía Científica. El Norte

Hasta que se produjo la explosión que cortó el suministro de raíz a todo el edificio al desconectarse la tubería a la altura del armario regulador ubicado en la fachada junto al portal. De esta forma, se estuvo produciendo una fuga de gas de forma continua y bastante abundante, posiblemente durante varias horas, provocando que el mismo se fuera dispersando por toda la vivienda.

Consumo elevado de gas

El escape de gas fue plausible con los datos de los contadores del edificio. Se constata que fueron 52 metros cúbicos los que se proporcionaron a la vivienda de Teresa desde el 7 de julio, casi un mes antes de la explosión, siendo «más de 17 veces lo habitual al consumo de los meses de verano, ya que el resto de vecinos gastaron entre dos y tres metros cúbicos».

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Un fatal desenlace que tiene su origen hace unos años, cuando en esa vivienda había una cocina de gas. «En algún momento, donde está el lavavajillas, había una cocina de gas que ahora está en el trastero», declaró la hija de Teresa a los agentes.

Estado de los vehículos del taller ubicado debajo del 1ºC. El Norte

Esa se retiró, pero las tuberías siguieron ahí en un enjambre de codos y varias 'T' para dar servicio únicamente a la caldera (renovada en 2021). Uno de ellos, según atestigua la Científica, sin soldar. Con esos antecedentes, la Policía Científica considera la hipótesis más plausible que «el escape de gas se produce cuando por algún movimiento previo del lavavajillas u otro golpe o vibración en la zona de la encimera (por manifestaciones de la hija una semana antes de los hechos habían procedido a recortar la encimera en la zona de la vitrocerámica situada en el lado contrario a la caldera, con la finalidad de poder colocar una nueva que era más grande y con sus bordes rectangulares), hiciera que el tubo B que estaba únicamente ensamblado y unido por presión, se desencajara aunque fuera parcialmente debido a la ausencia total de soldadura de esa parte del codo con el tubo horizontal que enlazaba con el tramo A que venía desde el patio de luces», inciden los expertos.

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Ahí comenzó una fuga de gas que «rápidamente» empezó a ocupar toda la superficie de la cocina, pasillo y las habitaciones.

Sin autoría de la reforma

¿Y quién dejó sin soldar esos tubos? Es la pregunta que se hacen los investigadores y familiares. Para la Policía Nacional el periodo de entre 2000 y 2012 es de vital importancia. Fue en el 2000 cuando la víctima de la deflagración y el por aquel entonces su marido (fallecido en 2022) cambiaron completamente el mobiliario de la cocina e instalaron la vitrocerámica, «pudiendo ser en ese momento o antes del 2012 cuando se produjo la anulación del ramal de tubería que daba servicio para una cocina-horno de gas, bien por eliminación del ramal o por su precintado», refleja el informe policial.

Ya en 2012 se afirma que en esa vivienda únicamente existía una caldera de gas, sin hacer ninguna mención al ramal que en el año 2000 había para la cocina de gas. Se le volvió a preguntar a la hija para asegurar que «tenía 3 años y que lo único que sabe a través de familiares es que la reforma de la cocina les fue regalada a sus padres por un amigo de la familia, desconociendo qué empresa lo pudo llevar a cabo, ya que el amigo de sus padres, al igual que estos, había fallecido».

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Un bombero inspecciona el interior del inmueble. El Norte

Según apunta la Policía, la «neglicencia» anónima hasta la fecha se encuentra en ese lapso de tiempo. El error se centra en el instalador, pues según reflejan los expertos tenían que haber metido al circuito, con una bomba, o similar, una fuerte presión (unos 16 bares) y entonces el tubo sí que se hubiese desencajado. «El que hubiesen aplicado agua jabonosa (uso habitual) a los empalmes de cobre para localizar fugas, tampoco la hubiesen detectado, ya que al estar el tubo y el codo perfectamente encajados no habría fugado», refleja un amplio informe de 130 páginas en el que se descarta el suicidio o la implicación de terceras personas en un homicidio.

Los bomberos y forenses rescatan el cadáver de Teresa por la parte trasera del inmueble. El Norte

La familia de la fallecida, a la espera de los informes de la autopsia y de toxicología

El informe de la Policía Científica les confirmó algo que ellos ya sospechaban, que su madre, Teresa Bergondo, no se había suicidado. Días después de tener en su poder ese análisis, el juez instructor archivaba la causa al tratarse de un accidente para dejar cerrada la vía penal, sin afectar la civil. Y en esas se encuentran los hijos de Teresa, a la espera de saber cuál será el siguiente paso. Pero aún no lo tienen determinado, pues se encuentran a la espera de los informes de la autopsia de su madre y de las pruebas toxicológicas. Les han confirmado que en el juzgado aún no han entrado y desconocen dónde se hallan.

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