Nerea Rodado, dependienta

«Reducir la jornada de trabajo es ganar en calidad de vida»

«Tiene muchas ventajas. Yo creo que reduce el estrés, el ir y venir, porque te da más libertad en cuanto a los desplazamientos. Y para conciliar es mucho mejor porque tienes más tiempo», explica, «sobre todo cuando tienes hijos y les tienes que llevar a la guardería, al colegio...», apunta. También permite disponer de «más vida social», y en su opinión es algo que «se notará en la salud», porque «parece una bobada pero no es lo mismo trabajar 40 horas que 37,5, son casi tres horas que al final de la semana se van acumulando», manifiesta.

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Puesto que esa disminución aún no es efectiva –está pendiente de negociarse y recibir luz verde en el Congreso de los Diputados– Nerea aún no sabe cómo podría aplicarse en su tienda, donde además de ella hay otras dos trabajadoras que tienen la jornada completa, a las que se suman otras empleadas con un horario inferior. «No sé cómo lo hará la empresa ni cómo lo van a distribuir, porque como todavía se tiene que aprobar...», señala.

«Me imagino que tendrán que contratar a alguien», aventura en un primer momento, aunque acto seguido señala que otra opción es que incrementen la jornada de aquellas personas que ahora no llegan al máximo de horas y están interesadas en alcanzarlo. «Seguramente hagan esto segundo, porque en mi tienda miran mucho por el equipo que hay y sí, seguramente subirán las horas a la gente que lo quiere. Así que mira, como digo yo, todos contentos», concluye esta dependienta vallisoletana.