Valladolid

La reconstrucción de la cúpula de la Vera Cruz recuperará el material original de la cubierta

Fuentes municipales aclaran este extremo ante la inquietud de la propiedad, la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, dado que sus responsables están viendo cómo las hojas del calendario corren debido a que prácticamente han pasado cuatro meses desde el desplome de la cubierta -25 de junio- y todavía no ha comenzado la reconstrucción. Más con una fecha crucial a tener en cuenta: la Semana Santa de 2025, que será entre el 13 y 20 de abril, domingos de Ramos y de Resurrección, respectivamente, dado que les gustaría salir procesionalmente desde su penitencial.

Los técnicos municipales «llevan trabajando meses con el proyecto de ejecución» en una intervención «donde se tratará de recuperar el conjunto de la cúpula como en origen». El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento Valladolid, Ignacio Zarandona, se muestra cauto a la hora de concretar datos pendiente de la decisión final de su concejalía «desde donde se han hecho muchas consultas, en el ámbito público y también en el privado, e incluso de horas de investigación para saber cómo era la cúpula para conseguir el mejor resultado». «A partir de esta desgracia arquitectónica, pese a todo, surge la oportunidad de devolver el aspecto original al templo», determina Zarandona.

Precisamente, teniendo en cuenta que, aunque el templo se construyese sobre 1667, la cúpula en tiempo posterior y después de sucesivas intervenciones sobre las cubiertas hasta probablemente comienzos del siglo XX en que se coloca la teja -denominada ferroviaria en aquellos tiempos porque se utilizaba en ese tipo de edificios-, el propio informe de Patrimonio aporta dos sugerencias a esta reconstrucción respecto a la cubierta propiamente dicha y, más en concreto, en relación a poner teja como estaba hasta el momento del colapso de junio o colocar pizarra, que según la documentación aportada era lo original.

La definitiva será una solución a justificar con los preceptivos informes, como aclara el edil, dado que sendas propuestas no son vinculantes. En este sentido cabe recordar que, hasta el derrumbe y como se ha conocido en los últimos siglos, el tejado de la linterna era de pizarra y el de la cúpula de teja plana. Pues este recubrimiento que estábamos acostumbrados a ver podría variar porque el arquitecto del proyecto, Fernando Bonrostro, lo tiene claro como recoge en el documento presentado a tramitación porque su apuesta es recuperar la pizarra negra en todo el conjunto «como en origen».

Se trata de un proyecto ambicioso, como coinciden las partes, donde la madera será el elemento estructural principal de la nueva cúpula. Esta pieza de madera abovedada tendrá un diámetro de unos 10 metros para cubrir un agujero cuya superficie alcanza los 100 metros cuadrados. La gran estructura, que en principio se trabajará en un taller de fuera de Valladolid, estará conformada por grandes traviesas que a su vez serán montadas y cosidas previamente a ras de suelo, en plena calle.

A continuación, con una grúa de gran tonelaje, se procederá a colocarlo en su emplazamiento superior. Este sombrero de la Vera Cruz se instalará de una pieza y el casquete del mismo, la unión con el tambor del templo, se hará con rosca de ladrillo, como aclara el propio arquitecto de la obra. Junto a estos detalles estructurales, la solución estética: la disposición de pizarra negra tanto en el tejado del faldón como en la propia cúpula, destacando así entre el resto de la cubierta de la iglesia que es de teja anaranjada.

Entre las singularidades de esta construcción destaca la linterna que corona la penitencial con cuatro ventanas aunque la estructura original contenía un total de ocho huecos dado que conforma un octógono en sí misma. Pero esta imagen también pasará a la historia porque el proyecto actual aborda la recuperación de las ocho ventanas alargadas del cuerpo más alto que permitirá una mayor entrada de luz al ganándose así nuevas perspectivas en el interior también dependiendo de la hora del día y de la estación del año.

Una luz natural que también aportará otra perspectiva al interior de la cúpula donde resaltará la recuperación del nuevo color a medio camino entre ocres y marrones claros de tonalidades incluso doradas que sustituirán al color azul pintado ya en época moderna. Se quiere conseguir una tonalidad cercana al dorado, con los consiguientes sobresaltos de las molduras y las figuras geométricas que se trazan en la cúpula, intentando devolver también el aspecto original al interior a la cúpula salteando a su vez por otros ocho grandes ventanales.

Y pendientes cada lunes de la Junta Local de Gobierno, «ahora sí que sí», el presidente de la histórica cofradía, Raúl Díez Segovia, confía en que la aprobación del proyecto de ejecución sea cuanto antes y comenzar a la mayor brevedad los trabajos con el objetivo de que la próxima Semana Santa puedan salir del céntrico templo.

Unas obras, por cierto, cuyo presupuesto podría alcanzar los 400.000 euros de los cuales, una parte aún sin concretar, contará con financiación municipal como el concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, anunció en el pleno monográfico del asunto de este viernes. Una reunión extraordinaria de la Corporación Municipal donde se buscaron responsables y culpables del derrumbe a plomo de la cúpula con la pretensión única de la hermandad de evitar politizar el asunto y poder recuperar la normalidad en su iglesia tanto en sus cultos como en su perspectiva cultural y patrimonial dado que esta penitencial es algo así como el mejor y mayor museo de la escultura del barroco de la mano del principal escultor de la época, Gregorio Fernández con obras tan sobresalientes como la Virgen de la Vera Cruz, Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna o El Descendimiento.