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Es la primera gran actuación del nuevo equipo de gobierno municipal. La movilidad. «Acabar con los atascos», dijo el recién proclamado alcalde, Jesús Julio Carnero, cuando anunció que comenzaba el proceso para «derogar la ordenanza de movilidad» que se aprobó el 5 de julio ... de 2022 en el Pleno del Ayuntamiento y que entró en vigor el 14 de julio de aquel mes. Una maniobra propia de un equipo que conoce bien el paño burocrático y que busca adelantar plazos. Ganar tiempo. Algunas obras son de sencilla ejecución. Por ejemplo, López Gómez. Basta con repintar la calle para eliminar el carril bus. Sin embargo, al pasar de ser un decreto a una ordenanza de movilidad, después del recurso del propio PP estimado por los tribunales, la normativa cuenta con una especie de 'blindaje' que hace que una medida tan simple como esa pueda provocar incluso derivadas legales. Por eso, lo primero es comenzar el proceso de «derogación» de la norma, en realidad una «modificación», para abrir el periodo de alegaciones mientras se va avanzando en la creación de la nueva ordenanza.
Porque no puede haber un limbo legal. Cada ordenanza de movilidad deroga la anterior, con lo cual es preciso que exista una nueva que sea la que elimine la aún vigente y dicte las reglas actualizadas del juego.
Por de pronto, lo primero que se ha encontrado el concejal de Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca, es un aluvión de reclamaciones y sugerencias. Se recibían en torno a 3.500 al mes por todos los conceptos en el buzón digital del Ayuntamiento. Solo en un día de esta semana, el miércoles, entraron cerca de 400, la mayor parte de ellas relacionadas con la anunciada reforma de la movilidad. Mensajes similares llegaron también a Auvasa y a correos de diferentes departamentos. Algunos de esos mensajes, a los que ha tenido acceso El Norte, muestran el debate abierto en la sociedad vallisoletana a este respecto. «Estoy en contra de la desaparición del carril bus, hay que fomentar el transporte colectivo», dice un usuario. «Estoy en desacuerdo con derogar la ordenanza de movilidad del anterior grupo municipal», escribe otro. «Me gustaría que se mantuviese el carril bici y no se derogase la normativa», aporta uno más.
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Antonio G. Encinas
Lo segundo que se ha encontrado el edil al frente del área es una sucesión de peticiones de reuniones de diferentes colectivos afectados de uno u otro modo, desde los comerciantes, como Fecosva, o la Confederación de Empresarios, hasta la Asamblea Ciclista o los taxistas. El mensaje que se ha trasladado ha sido de tranquilidad. Se va a estudiar caso por caso y la previsión del nuevo equipo no es borrar de un plumazo los 21 carriles bus y todos los ciclocarriles de la ciudad. Es cierto, eso sí, que hay algunos que se han fijado como objetivos prioritarios a revisar o, incluso, revertir: Isabel la Católica, avenida de Gijón, López Gómez y el acceso por el puente hasta Poniente. Serán los primeros en los que se actuará. Sin embargo, otros no se van a tocar y en algunos casos se pueden estudiar diferentes opciones.
Ricardo Fernández, de la comisión de Movilidad de la CEOE de Valladolid, considera que «cualquier restricción de acceso al centro va en detrimento de los negocios», por lo que en el caso de los carriles bici como de la zona de bajas emisiones su organización buscará «el menor impacto posible», aunque siempre dispuestos «a colaborar y trabajar con el Ayuntamiento y a favor del desarrollo de las empresas y de la economía y de que se mantengan los puestos de trabajo». Posturas compatibles, eso sí, con la precaución debida de no contravenir demasiado a Europa, que hay dinero en juego. «Somos conscientes de que hay una normativa Europea que hay que respetar, que viene impuesta y hay que llevarla a cabo», explica Fernández.
Alberto Romo, presidente de Radio Taxi, espera que el Ayuntamiento escuche las propuestas de los diferentes colectivos. «Las expectativas son buenas», asegura. «Lo que pretenden hacer -deduce tras una conversación con el concejal responsable- no es quitar todos los carriles bus y carriles bici del trirón, sino hacer una reestructuración para facilitar al coche particular la acción en determinadas vías. Calle por calle. Dónde está atascada la gente y cómo se puede ayudar». Y pone un ejemplo. «Volver a situar las marquesinas de autobuses dentro para que el autobús, cuando está en carga o descarga, no ocupe un carril haciendo tapón. Eso sucede, por ejemplo, frente al Lava y en Plaza de España».
Los comerciantes apuntan algunas cuestiones más. Jesús Herrera, de Fecosva, echa de menos «un plan auténtico de movilidad para poder tener una circulación mejor. Lo que se está consiguiendo es que sea difícil acceder. Que se mejore el transporte público, con muchas frecuencias, para que no necesiten traer el coche, pero que se haga primero esa solución y luego se pueden incorporar otras medidas, y no al revés. Si no hay alternativa, la gente se va a los centros comerciales, donde tienen facilidad para aparcar». Y dentro de esa cuestión espinosa del aparcamiento reclama que los puntos de alquiler de Biki «instalados en sitios que eliminaban aparcamientos» se ubiquen en las aceras.
Rafael Monedero, de Avadeco, explica que lo ha oído hasta ahora del nuevo alcalde le parece lógico. «Hablaba de diseñar mejor la ordenanza de movilidad y en eso estoy muy de acuerdo. Vamos a ver qué se puede hacer», explica. Y en esa concordancia se encuentra el hecho de darle a cada zona lo que sea mejor en función de la necesidad.
La Asamblea Ciclista, mientras tanto, y otras organizaciones afines, han comenzado a reunirse para poner en común algunas cuestiones que se van a dejar ver en las alegaciones a la derogación de la ordenanza de movilidad. Jorge Jolín explica que están «a la expectativa» y han pedido una reunión con el concejal. «Vamos a presentar un documento de alegaciones que difundiremos entre nuestros participantes y socios para presentarlo», anuncia. Alegaciones que incluyen no solo a los carriles bici, sino también a los exclusivos para bus y taxi. «Porque impacta todo, movilidad, ruido, incremento de tráfico por la demanda inducida...».
Tras la ordenanza de los carriles bus y bici llegará el turno de la zona de bajas emisiones (ZBE), que los dos partidos del actual tándem de Gobierno, PP y Vox, pretenden «reducir al mínimo» legal imprescindible.
«Algunas zonas limítrofes de la zona de bajas emisiones se van a saturar, está por definir cuál es la zona grande, pequeña o su tamaño», explica Rafael Monedero (Avadeco). Jesús Herrera, de Fecosva, asegura la ampliación de la ZBE «no estaba justificada ni por el tamaño ni por la contaminación real. Decían que estaba basada en criterios técnicos que nunca nos han enseñado», se queja.
Ricardo Fernández (CEOE) cree que habrá buena conexión con el nuevo equipo de Gobierno a este respecto. «Es fundamental que el trazado sea lo menos grande posible y que funcione de una manera eficaz y no restrictiva, en el sentido de todo lo que va parejo, tránsito de personas para acceder a negocios y servicios como suministros de mercancías».
El anterior equipo de Gobierno ha advertido de que eliminar todo este plan puede tener incidencia en la captación de fondos europeos para los que Valladolid era destino prioritario.
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