Valladolid
«Nuestro punto fuerte es la venta física y la completamos con la 'on line', que es un escaparate al mundo»
Jesús, Lourdes, Isabel y Marta son cuatro hermanos, propietarios de un grupo de tiendas de ropa, que se aferran tenazmente a su legado. Son herederos de una tradición arraigada en su familia y luchan contra viento y marea para mantener viva la llama de este ... negocio que ha sido testigo de décadas de cambios y transformaciones en el mundo de la moda y el comercio.
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Su padre, Melitón Herreras, natural de Adalia, y su madre, Lucinia Revuelta, de San Cebrián de Mazote, montaron un negocio en Mota del Marqués de venta de fruta y pescado. En los años 60 emigraron a la ciudad en busca de un mejor futuro para sus hijos. Primero lo intentaron con un comercio de alimentación y más tarde, en 1970, se pasaron al sector textil. Poco a poco, los hijos se fueron introduciendo en la empresa familiar, que actualmente cuenta con tres establecimientos, Marta y Mere, en la Avenida Palencia, 23 y en Avenida Segovia, 35-37 y Lemon, en calle Cervantes, 6. En ellos se puede encontrar ropa de primeras marcas y una amplia selección de ropa de fiesta y ceremonia. «En los inicios trabajábamos, sobre todo, ropa de hogar, también ropa de niño y ropa interior, pero con los años, nos hemos ido especializando en ropa de vestir para hombre y mujer», comenta Jesús Herreras, que es, además, presidente de Fecosva. «Este sector ha cambiado muchísimo.
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En los años 70 y principios de los 80, el comercio cumplíamos la función de abastecer a la población, porque apenas había variedad y la gente estaba deseosa de comprar. Tampoco había competencia con grandes cadenas. La estructura del mercado era muy diferente y solo había tiendas pequeñas como las nuestras. Entonces, se daba otro estilo de venta. Como dato curioso, en los años 70 el sector textil tenía por costumbre, en época de Reyes, regalar juguetes por cada compra», prosigue. En los años 80, fueron testigos de la irrupción de los grandes almacenes. El primero fue Galerías Preciados y más tarde el Corte Inglés y otras grandes superficies. «Las grandes cadenas de moda y grupos como Inditex o Cortefiel fueron más tarde nuestra principal competencia, y en los últimos años el gran cambio ha sido Internet y el comercio electrónico. Esa ha sido la gran revolución para todos los sectores, no solo para el nuestro», comenta este comerciante.
Esta familia ha tenido siempre una gran visión de negocio. De hecho, en 1993 introdujeron en sus tiendas los primeros ordenadores. Lo veían como una herramienta imprescindible para la gestión de stocks. «Parece mentira que a día de hoy, todavía haya tiendas que no están informatizadas. La última gran revolución han sido las redes sociales», dice Jesús, para quien la base y esencia de su negocio es la venta física. «Nos gusta ver al cliente, asesorarle, que vea las prendas, se las pruebe y les hagamos los arreglos. Eso para nosotros es fundamental. Nuestro punto fuerte es la venta física, que completamos con la 'on line', que es un escaparate al mundo. Nos preocupamos de hacer buenas fotos de nuestras prendas y de actualizar nuestros perfiles en redes. Para nosotros el comercio electrónico es un complemento importante que nos permite vender en toda España», remata Herreras.
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