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La pléyade de concejales y militantes socialistas y de Toma la Palabra -procuradores o ex ediles del Ayuntamiento, por ejemplo- que asistieron a la presentación ... de Óscar Puente competía en número con los que se concentraban en la puerta de la Agencia Tributaria por el soterramiento, que recibieron la visita de Jesús Julio Carnero. Las dos posturas irreconciliables sobre el ferrocarril, simbólicamente representadas en un mismo escenario.
A Óscar Puente le acompañaron los altos cargos del Ministerio de Transportes involucrados y a Jesús Julio Carnero, sus concejales de Movilidad (Alberto Gutiérrez) y Urbanismo (Ignacio Zarandona). A diferencia de lo ocurrido hace un año, esta vez fue el propio ministro el que presentó el proyecto diapositiva a diapositiva. Y comenzó por una aclaración: esto es un proyecto que ya se contemplaba en 2017, cuando se firmó el convenio de integración con el ministro Íñigo de la Serna (PP) y el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones (PP). «Se licitó el 11 de abril de 2019. Hemos tardado seis años desde que se licitó el proyecto. Porque ya anticipo que como el ministro es de Valladolid van a decir... Tiene que ver conmigo en algunas cosas, pero el proyecto es de hace mucho tiempo, no se hace porque yo sea el ministro de Transportes. Se adjudicó el 7 de noviembre de 2019 a Tipsa, se firmó el 15 de noviembre, mi cumpleaños».
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Ahí radica, además, la respuesta a una de las cuestiones que volvió a plantear Jesús Julio Carnero después, en una rueda de prensa de réplica en el Ayuntamiento de Valladolid. «Voy a seguir luchando por el soterramiento como lo he hecho hasta ahora. ¿A qué obedece el cambio de un presupuesto de 70 millones a uno de 253 millones? ¿Es voluntad política o no?», cuestionó. Hay que recordar que esta obra se incluyó en el convenio de integración como parte de un proyecto global, pero es Adif la única impulsora, promotora y pagadora de la obra de la estación. Cuando se ideó la ampliación, en ese 2017 del convenio, no se había liberalizado el sector ferroviario de pasajeros, lo que ha incrementado el tráfico y los operadores en liza con la llegada de Iryo, Ouigo y la 'bajo coste' de Renfe, Avlo. Tampoco se habían previsto ni la U de Olmedo ni otras infraestructuras que se han impulsado justo después. Además, se han podido incrementar las partidas por la aportación de fondos europeos, dentro de los programas de recuperación y sostenibilidad post-pandemia.
Óscar Puente no quiso entrar en valoraciones sobre la posible compatibilidad o incompatibilidad de la estación con el soterramiento, aunque ya dijo en su día en una entrevista en El Norte que «la estación mata» el relato del soterramiento. «Es una oportunidad incuestionable para Valladolid y su futuro».
«Lo importante es que la ciudad conozca hoy la estación y más adelante hablaremos de esa relación, de esa posible compatibilidad o incompatibilidad, y lo haremos con datos», zanjó. Y aludió a Carnero. «Ya sé que hay a quien hoy le parece compatible la estación, pero incompatibles los pasos de Ariza, cosa que difícilmente se puede entender desde un punto de vista técnico, pero nosotros lo que haremos será dar una respuesta técnica a eso», anunció el ministro.
Mientras tanto, Jesús Julio Carnero convocó a los medios para un primer «análisis superficial» de la estación de tren. «Hemos tenido conocimiento provisional de la estación, me parece bien, pero para mí las prioridades de la ciudad son otras. Por supuesto, acometer una estación acorde con el soterramiento de las vías del tren», dijo. Y consideró que «técnicamente» no impide un futuro soterramiento. Consideración que nace a partir de un razonamiento más teórico que técnico. «Entendemos que técnicamente no se malogra [el soterramiento] por que se acometa esta obra. Malo sería de que, a sabiendas de que [el soterramiento] se malogra por [la construcción de] una estación de trenes, se acometiera de manera consciente la realización de esa estación. Porque nadie puede impedir que Valladolid, ahora o a futuro, tenga lo que la ciudad quiera. Y si quiere el soterramiento, nadie lo puede impedir».
El ministro de Transportes comenzó su explicación con un mapa de las líneas de alta velocidad en España, las actuales y las que están en obras. «Valladolid va a ser un punto estratégico y vertebrador», dijo. Apoyó la afirmación en «cuatro infraestructuras que tendrán una incidencia muy grande en la conversión de Valladolid». La primera es la conexión entre Burgos y Vitoria, que va a licitar su primer tramo, Pancorbo-Ameyugo, por 400 millones de euros. Luego están «la Y vasca, la Palencia-Santander, que está en ejecución, y la U de Olmedo, en ejecución». Obras que convertirán a Valladolid, explicó, «en el núcleo del eje Galicia-País Vasco».
Y a ellas hay que sumar «la Estación Pasante de Atocha», obra adjudicada hace algo más de un año por 450 millones de euros. «Es la obra que comunicará todos los tráficos del sur y oeste con el norte sin hacer transbordo. Completa el túnel del Chato entre Chamartín y Atocha. Así, habrá trenes directos Valladolid-Sevilla, por ejemplo. O la futura conexión del Ave con Extremadura y Lisboa», señaló.
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