Los vehículos del nuevo carril deberán ceder el paso en el enlace de La Cistérniga

Los trabajos acometidos desde el pasado mes de julio (y que están a punto de concluir) han supuesto la construcción de un nuevo carril, que se suma al que ya existía de bajada desde la ronda exterior VA-30 hasta la rotonda de La Cistérniga. Los vehículos que circulen hacia La Cistérniga o la A-11, en dirección hacia Tudela o el polígono de La Mora, deberán coger el carril de bajada de la izquierda, que desemboca en la rotonda actual. Los que quieran ir en dirección hacia Valladolid, tendrán que tomar el nuevo carril, a la derecha, que evita la primera rotonda y llega hasta el tramo de 230 metros que hay entre las dos glorietas. Y ahí es donde está la nueva clave del enlace.

En ese tramo, tendrán prioridad los vehículos que vengan desde la rotonda (procedentes de la A-11 o de la entrada de La Cistérniga). Y serán los conductores que bajen desde la VA-30 en dirección hacia Valladolid los que tendrán que incorporarse al carril principal y, por lo tanto, cumplir con el ceda el paso.

Ese tramo de 230 metros entre rotondas contará con los dos carriles actuales y el tercero (para los que bajan desde la VA-30) se concibe como un carril de incorporación, ya que al llegar a la segunda rotonda, los tres carriles se han convertido en dos. El presupuesto de esta obra es de 338.225 euros.

Durante esta semana, se están colocando además los quitamiedos, ante la inminente apertura de esta modificación, que intentará paliar los importantes atascos que, en determinadas horas, se generan en la zona. Los problemas se registran desde el primer día de apertura del enlace, el 13 de octubre del año 2010.

«El tráfico que soportan las glorietas excede su capacidad, formándose de manera cotidiana colas de vehículos en los ramales que acceden a las glorietas», explicaban los técnicos de la Demarcación de Carreteras del Estado en un informe remitido en noviembre de 2018 al Ministerio de Transportes (entonces de Fomento). Eso sí, en ese mismo escrito, se consignaba que la Demarcación juzgaba «que esta actuación es insuficiente para resolver completamente la problemática del enlace».

«En este sentido -continuaba el documento-, en la propuesta de orden de estudio se indica que en el proyecto de trazado de la ronda exterior sur de Valladolid se preveía la posibilidad de diseñar este enlace con una tipologlía de tres niveles en el futuro».

Ese mismo documento recordaba que allí existe además un tramo de concentración de accidentes, identificado en el año 2015 entre los puntos kilométricos 357,9 y 358,4 de la A-11, «eso es, justo en la finalización de esta autovía en la glorieta sureste de este enlace». De acuerdo con los estudios realizados, los técnicos atribuían esta concentración de accidentes a varias causas.

La primera era el «no respeto de la prioridad de la glorieta». «Esta situación se agrava para los vehículos que acceden desde la autovía A-11, ya que provienen de un trayecto de largo recorrido a altas velocidades y deben adaptarse a una situación de tráfico urbano. También influye la pendiente media del 3 % en los últimos 2 kilómetros de la A-11» en la bajada desde el túnel de La Cistérniga.

La segunda de las causas apuntaba a la «elevada intensidad de tráfico y la no elección por parte de los conductores de los carriles de circulación adecuados tanto en accesos como en el anillo de la glorieta».

Y el tercero de los puntos esgrimidos en este documento, con la firma del director general de Carreteras, apuntaba directamente a las «retenciones de gran importancia en los accesos a la glorieta en las horas punta».