«Ya era hora. ¡Qué maravilla!», coincidían en exclamar a primera hora de la mañana de este viernes los numerosos ciclistas y viandantes al encontrarse al final del Camino Viejo de Simancas, que une la capital con dicho municipio, con el puente medieval reabierto al ... tránsito -exclusivamente peatonal y ciclistas- después de casi un año y medio de obras de rehabilitación que, en cuanto a la mejora de su accesibilidad, han incluido la renovación completa de su firme, ahora adoquinado y con losetas en el centro para facilitar el paso de las bicicletas.
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Los trabajos de remodelación del puente sobre el Pisuerga del siglo XIII arrancaron el 1 de julio del año pasado y finalizaron el jueves, cuando se reabrió «por fin», según suspiraban hoy algunos de sus 'usuarios', al paso para volver a conectar las dos partes de Simancas, desde el Camino Viejo hacia el acceso a su núcleo urbano, un nexo muy transitado por ciclistas y paseantes y fundamental para acercar las urbanizaciones e instalaciones de la localidad situadas en la margen izquierda del río.
La intervención, en la que se han invertido 1,37 millones de euros, se ha prolongado durante diecisiete largos meses, en los que peatones y ciclistas se veían obligados a dar un rodeo de un kilómetro por el puente 'nuevo', para vehículos, que une el Camino Viejo de Simancas con el casco urbano y la autovía A-62, cuya entrada se encuentra a cuatrocientos metros del puente medieval.
En cuanto a las obras en sí, los vecinos se han encontrado con el firme completamente renovado y una hilera de modernas farolas negras con puntos de luz led que mejoran de manera más que notable la accesibilidad en un puente muy transitado y que desde hace 2006, cuando se inauguró el puente moderno sobre el río para los vehículos, se restringió su utilización a peatones y ciclistas, eso sí, con una señal que advierte a estos últimos de que deben moderar su velocidad al tratarse de una vía de uso compartido. «Antes era como de cementillo y la verdad es que ahora ha quedado fenomenal y es una maravilla poder volver a pasar por aquí», destacaba un vecino de una urbanización cercana mientras 'estrenaba' el remozado puente.
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La intervención, que ha corrido a cargo de la Junta, ha ido mucho más allá y ha supuesto la rehabilitación completa de sus sillares y la unión de sus juntas para mejorar la impermeabilización de esta infraestructura crucial para la movilidad en Simancas y que forma parte del trazado del camino de Santiago procedente del ramal sur que parte de Madrid. Es, además, muy frecuentada por ciclistas procedentes de la capital.
El director general de Carreteras e Infraestructuras, Jesús Puerta, ha resumido este viernes que las obras se han centrado en «trabajos de rehabilitación con una serie de actuaciones llevadas a cabo tanto en los cimientos de las pilas del puente –reparando las zonas dañadas en la base de pilas, tajamares y espolones–, como en los alzados, pretiles y pavimento» y ha añadido que «se han saneado y limpiado todas las superficies del puente y se ha rejuntado toda la sillería».
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Los operarios, además, han reconstruido cincuenta metros lineales, de los 230 del tablero, de los pretiles del puente (los muretes de los laterales de la parte superior), en los que se han respuesto las piedras con sillares originales «recuperados del lecho del río», que se han reintegrado a su emplazamiento original para eliminar «los tramos reconstruidos con ladrillo y mortero de cemento».
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Se dan así por finalizados, prosigue el responsable de Carreteras e Infraestructuras, «todos los trabajos» después de diciesiete meses de obras en los que se ha procedido, en resumen, a «la reparación y acondicionamiento de las cimentaciones de las diceiséis pilas del puente y a la limpieza de la vegetación y al rejuntado de paramentos, arcos y bóvedas de todo el puente». Eso además de renovar su firme con un nuevo pavimento de adoquines y losas de granito y de renovar también los puntos de luz.
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De manera que el puente medieval muestra ahora su mejor cara y facilita el paso a peatones y ciclistas a su largo de remozado firme de más de doscientos metros que vuelven a unir desde el pasado jueves las dos márgenes del Pisuerga entre el Camino Viejo y el casco urbano de Simancas.
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