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Siluro de 35 kilos pescado esta semana por Adrián Hidalgo y Sergio Rodríguez en Villanueva de Duero. El Norte
El siluro, un depredador «asentado» en los ríos de Valladolid

El siluro, un depredador «asentado» en los ríos de Valladolid

Dos aficionados pescan a lance un ejemplar de 35 kilos y 1,70 metros en Villanueva de Duero

E. E.

Valladolid

Martes, 2 de abril 2024, 14:27

«A día de hoy no afecta a otras especies, pero poco a poco se irán haciendo los dueños de los ríos», augura el delegado en Valladolid de la Federación de Pesca y Cásting de Castilla y León, Roberto Carlos Valdivieso, sobre la creciente presencia del siluro en los principales ríos de la provincia. Porque, aunque hace un llamamiento a la calma e insiste en que en la actualidad este depredador «no supone un problema», remarca que se trata de una especie invasora «asentada» en territorio vallisoletano «desde hace tres o cuatro años».

En el Duero, dice, se pueden encontrar «casi por todo su cauce». En el Pisuerga, más de lo mismo. «Por la zona de San Miguel del Pino es donde es más frecuente ir a pescar. En el Pisuerga, en el mismo Valladolid, aunque hay pocos alguno ha habido, por Simancas han salido unos cuantos ya...», trata de enumerar Valdivieso, al tiempo que asegura que «lo normal» es encontrarles, tras años dejándose ver por aguas vallisoletanas, de al menos veinte kilos.

Pero en Valladolid ya los hay incluso más grandes, como el que capturaron a lance este mismo lunes Sergio Rodríguez y Adrián Hidalgo en las inmediaciones de Villanueva de Duero. Estos dos vallisoletanos, aficionados a la pesca deportiva que comparten afición desde hace casi dos décadas, se desplazaron hasta la citada localidad para pescar lucios. Sabían que allí había «algún siluro», pero no tan grande como el que sacaron de las profundidades del Duero: 1,70 metros de longitud y un peso de unos 35 kilos. «No nos lo esperábamos, fue una casualidad», coinciden, al tiempo que destacan la complejidad de la captura. «La zona donde estábamos pescando era un poco complicada, a cierta altura, con lances muy largos... Y a contracorriente, a la hora de recoger es más difícil», explican.

Pero no quedó ahí. Entusiasmados y aún sorprendidos por las dimensiones del depredador que acababan de atrapar, volvieron a intentarlo y capturaron otro, también de gran tamaño aunque «un poco más pequeño». «Ni en el Duero ni en el Pisuerga habíamos sacado uno antes; sabíamos que había, pero no pensábamos que de este tamaño. Llevan cuatro días como quien dice y ya son así», señalan.

El pescador, su único rival

Al igual que el delegado de la Federación de Pesca en Valladolid, creen que las especies autóctonas comenzarán a sufrir las consecuencias de su presencia más pronto que tarde. «Sobre todo especies como la carpa o el barbo, con el paso de los años irá mermando la población», opina Adrián Hidalgo. «Con el lucio acabará porque es su competidor, y con el barbo veremos, porque está creciendo abismalmente», prosigue Sergio Rodríguez.

Coinciden todos ellos en que el siluro, una vez introducido en las aguas, es prácticamente imposible de erradicar. «Se irán haciendo los dueños del río y acabando con todas las especies; habrá un momento que ellos mismo se regularán, como ha pasado en el Ebro, en Mequinenza...», asevera Roberto Carlos Valdivieso, mientras incide en que el único 'contrincante' que puede tener a día de hoy esta especie invasora es el pescador. «Tenemos poca información porque estamos pescando donde podemos y hay muchas zonas del río que no conocemos, en las que los peces están a su gusto, sin molestarles. Tanto en el Pisuerga como en el Duero hay pescable el 1% o el 2%, de forma que si tienes diez kilómetros, el pescador solo puede acceder a veinte metros», lamenta el representante de Valladolid en la Federación de Pesca.

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