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En Pozuelo de la Orden están revueltos. A muchos les han tocado la fibra sensible y están dispuestos a defender su tradición hasta el final. La intención del Arzobispado de Valladolid de que la reliquia de Santa Ana se exponga de manera continua en la iglesia de este municipio, con 47 habitantes empadronados, ha puesto en pie de guerra a los veinte cofrades de la advocación y a los que respaldan la costumbre «inmemorial» de que este vestigio sea custodiado por los miembros de la hermandad en un domicilio particular. Fue el pasado 26 de julio cuando se desató el contencioso. Era la fiesta de la santa y en el transcurso de la celebración el párroco, Francisco Casas, encendía la mecha al reclamar, por orden de la autoridad eclesiástica, que la reliquia se quedara en el templo.
«Hubo una trifulca importante, el cura tirando de ella para llevársela y los cofrades igual, tuvo que venir la Guardia Civil a poner orden», relatan los testigos de un episodio que califican de «dantesco». Finalmente, la pieza de plata, que alberga en su interior un trozo de tela que se atribuye a la madre de la Virgen María, regresó a la casa donde descansaba. Aseguran que el sacerdote les dijo que existía una carta oficial con la decisión, pero ese día no se aportó.
Fue el primer capítulo. El 14 de agosto el prelado de la Diócesis, Luis Argüello, se desplazaba a la localidad para intentar templar los ánimos. «Muy amable, nos comentó que teníamos que elaborar unos estatutos de la Cofradía en los que tenemos que establecer también cómo se custodia la reliquia, pero al final los tiene que refrendar él y nos tememos que no admita que sigamos como hasta ahora», explica Manuel Díez Villafáfila, presidente de la hermandad.
¿Por qué ese empeño en mantener esos restos en una casa? «Ya han desaparecido varias cosas de valor de la iglesia, una pila bautismal, algunas imágenes... si dejamos la reliquia ahí puede que ocurra lo mismo que hace cuatro años cuando robaron y no queremos eso, para nosotros es muy importante», subrayan.
En el Arzobispado acotan que, de momento, no hay nada decidido, aunque matizan que la idea del párroco es que los vestigios puedan estar expuestos en la iglesia de Santo Tomás de Aquino para que puedan ser venerados no solo en la novena dedicada a la santa, sino cuando se celebre misa los domingos. Destacan que ahora la reliquia se guarda en un único domicilio y aseguran que hay vecinos de pueblo que quieren tenerla en el templo.
El alcalde del municipio, Juan María Gutiérrez, también es partidario de no cambiar lo que funciona bien desde hace «muchísimos años». «Siempre ha sido así, hay miedo de que si la llevan a la iglesia pueda desaparecer», abunda el regidor, quien sí reconoce que a algunos les gustaría que se expusiera junto al altar de la iglesia de Santo Tomás de Aquino.
A la espera del desenlace, en Pozuelo de la Orden están en guardia. «No sé a qué viene intentar acabar con una tradición que es del pueblo», remacha el presidente de la Cofradía.
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